secuestrada

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Capítulo1

La música decae y mis movimientos se suavizan hasta que termino en aquella pose simple y suave que tanto me gusta.

Estoy sudando, mi pecho sube y baja con rapidez mientras intento acompasar mi respiración. Siento las gotas de sudor corriendo por mi rostro y por mi espalda, que está cubierta por mi leotardo negro ajustado.

No hay absolutamente nadie en el estudio de danza. Me he quedado a practicar hasta muy tarde y mis músculos gritan por descanso.

Sin previo aviso, me tiro al suelo y comienzo a deshacer el nudo de mis desgastadas puntas de ballet. Cuando las retiro de mis pies, me doy cuenta de que estoy sangrando de las uñas. Ésta vez si me he excedido. Masajeo mis pies tensos y comienzo a hacer estiramientos, para que los músculos no queden como rocas por tanto esfuerzo.

Cuando he terminado, me pongo mis viejas converse y mi gran sudadera. Me queda cuatro veces más grande de lo que debería, pero no me importa. Guardo dentro de mi maleta mis viejas puntas, el leotardo sudoroso y el short que traía. Me he puesto mis vaqueros y estoy lista para volver a casa.

Abro camino hasta el estacionamiento del estudio y me doy cuenta de que es bastante tarde. Deben ser alrededor de las diez de la noche. Estoy por llegar a mi auto. Escasos cinco metros me separan de él y entonces, un golpe sordo hace que me tambaleé y caiga al suelo. Todo me da vueltas, estoy aturdida y la cabeza me duele horriblemente.

"No. Te. Desmayes." Me regaño mentalmente mientras me obligo a intentar incorporarme.

Otro golpe en mi cráneo y mi visión se vuelve borrosa de los bordes. Me giro sobre mi espalda, intentando ver quién está golpeándome, pero no soy capaz de procesar nada con rapidez. Siento un dolor horrible en costado y grito de dolor. Alguien me introduce un trozo de tela en la boca y la sella con cinta adhesiva, es cuando comienzo a luchar. No logro enfocar nada debido al aturdimiento, pero no puedo dejar de pelear, patalear, arañar e intentar incorporarme.

Siento dolor en el estómago y me sofoco. No puedo respirar, no puedo gritar, no puedo ver absolutamente nada y estoy entrando en pánico.

Otro golpe en la cabeza y de pronto el mundo desaparece...

-¿Acaso se han vuelto locos, maldita sea? -una voz irrumpe lejanamente mi sueño. -, ¡No puedo creerlo!, ¡No puedo jodidamente creerlo!, ¡Son una maldita bola de imbéciles!

La voz se hace cada vez más presente en mi realidad y comienzo a ser consciente del olor a humedad. No puedo ver nada. Tengo algo cubriendo mis ojos. Intento mover mis manos para liberar mi vista pero no puedo mover las manos. Tampoco puedo mover los pies.

Algo roza mis muñecas con fuerza y de pronto, un horrible dolor en la cabeza me golpea. Me duele un costado, el estómago y la cabeza, horriblemente. Tengo algo en la boca y me duele la mandíbula por no poder cerrarla por completo, debido al objeto que tengo dentro.

Gimo de dolor e impotencia y la voz calla por completo.

-Ha despertado -dice otra voz, más aguda e irritante.

-¿Cómo lo has adivinado, imbécil? -espeta la primera voz, con sarcasmo. -. Eres un maldito genio.

-¡Joder, Thomas ¡Eres tan malditamente irritante a veces! -dijo la segunda voz.

-¡Tú eres un imbécil la mayoría del tiempo, agradece que no te golpeé fuerte en éste momento!, ¡¿En qué demonios estaban pensando!? -espetó la primera voz, aparentemente, el chico es llamado "Thomas"

Deduzco que es un chico, debido a que su voz no suena tan madura. Es ronca, sin embargo.

-¿Qué van a hacer con ella? -inquiere la voz de Thomas

-Querrás decir que VAMOS a hacer, con ella -dice otra voz, arrastrada y perezosa.

-¿Ahora también es mi maldito asunto?, no lo fue cuando decidieron secuestrarla, pero sí lo es cuando se trata de que nos joda la policía. Eso no me parece muy justo, si me lo preguntas. -dice Thomas Se escucha irritado.

Comienzo a gimotear para que se den cuenta de que los estoy escuchando, pero parecen ignorarme. -Tranquilo Thomas, sólo vamos a tenerla aquí por un par de semanas, si todo sale bien -dice la segunda voz.

-¿Y si no sale bien, Brien?, nos vamos a joder todos -espeta Thomas

-Es suficiente, Sangster. Brien y yo lo tenemos todo bajo control. -dice la tercera voz, con su tono arrastrado.

-Más les vale que así sea, Benn o voy a malditamente matarte si termino en la cárcel por tu culpa. -dice sangster(chicas mejor es sangster,Thomas)

Una risa ronca brota de Benn. -Por ahora, vamos a darle un poco de agua y comida. Ceballos, encárgate. -dice.

Brien masculla algo que no puedo entender y escucho el azote de una puerta. Una mano retira bruscamente la cinta de mi boca y escupo el trozo de tela.

-¡AUXILIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! -grito frenéticamente. -¡AUXILIOOOO!, ¡QUE ALGUIEN ME AYUDEEEEEEEEEEEEEE!

Un golpe en mi mejilla me hace chillar de dolor y de sorpresa. -¡Maldita sea, Benn!, ¡No le pegues!, ¡No tienes porqué pegarle! -espeta la voz de Sangster. Hay coraje en su voz.

-Escúchame bien, tú, pequeña perra -sisea Benn. -. Estamos en medio de la nada. Nadie puede escucharte, mucho menos venir a salvarte, así que, si eres inteligente, deja de hacerme enfadar o voy a matarte.

Siento algo frío contra mi sien y trago duro. Estoy casi segura de que está apuntándome en la cabeza con una pistola y lo único que puedo hacer es tragarme el nudo de mi garganta. -P-Por favor, déjame ir -digo, con un hilo de voz.

-Benn... -la voz de Sangster destila advertencia.

-Lo haré, cariño. Lo haré. Cuando tu padre me dé un par de millones. -dijo Benn.

-Y-Yo puedo dártelos. Y-Yo puedo conseguirlos. D-Déjame ir y t-tendrás lo que quieras -tartamudeo, aterrada.

-¿Me crees estúpido, no es así? -canturrea Benn.

-¡Por favor! -suplico. Mi voz quebrándose por las lágrimas que estoy a punto de derramar.

-Es suficiente, Benn. Déjala en paz -dice Sangster Luego se dirige a mí diciendo-: Serán solo unos días.

-¿Estás loco, Sangster?, ¡Serán más que unos jodidos días!, tenemos que hacer que la familia se vuelva loca buscándola. Que estén moviendo todas sus influencias para encontrarla. Que estén dispuestos a entregarlo todo por recuperarla. Entonces, nosotros pediremos el rescate. Serán más que unos jodidos días, ¿comprendes? -dice Benn

La atrocidad de sus palabras recae en mi estómago terriblemente y lágrimas pesadas caen por mis mejillas. Esto tiene que ser una maldita pesadilla.

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