Capítulo 1: ''Malik''

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Primer día de clases. Mi Primer día de clases en la universidad. La ansiedad y el nerviosismo empeoran mi día, aunque eso no es un problema, claro que no. El problema aquí es que empezare algo nuevo, una experiencia muy grande para esta etapa de mi vida, y tengo miedo en arruinarlo todo. Como lo hago casi siempre, aunque no me importe. Pero esta vez quiero hacer algo diferente. Algo que me ayude a disfrutar de vivir, sin complicaciones y sin paredes que impidan mi camino. Esta vez no dejare de lado todas las oportunidades que se presenten en mi camino. Dejaba que la gente hable mal de mí. Pero esta vez no lo harán.

Termine de tomar mi café con leche, y di el ultimo mordisco a mi tostada con membrillo. Me levante para agarrar mi mochila y salir. Se estarán preguntando donde estarán mis padres, pues ellos como siempre trabajan casi todo el día trabajando. Estoy todo el tiempo sola aunque ya esté acostumbrada. Para pasar el tiempo leo libros, soy amante de las novelas, sagas, cuentos... etcétera; también toco la guitarra y canto pero no escribo canciones. Intenté hacerlo una vez pero era una porquería, no soy buena escribiendo canciones y me da risa. Porque lo único que escribo son experiencias y sentimientos que yo no descubrí o sentí. Eso es totalmente ridículo.

Me dispuse a caminar, ya que no tenía auto. No es que no querría uno, sino que no tenía el suficiente dinero para comprarme. Solo mi papá tiene. Lo usa para ir a trabajar, en unas ocasiones lleva a mi mamá con él para alcanzarla al trabajo. Pero a mí no, porque salen temprano aunque me gustaría... Igual caminar no está nada mal, en realidad me gusta, porque así tienes algo que hacer. Va creo yo, porque dicen que hace bien a la salud. Yo lo necesito mucho porque no soy esa típica chica que sale casi todos los días de paseo, o salir a bailar y esas cosas. Soy de las normales, solo salgo para ir a hacer las compras o ir a la escuela, nada del otro mundo.

Me puse los auriculares que tenía en la mochila y reproduje música en mi celular- al menos tenia celular- y lo deje en mi bolsillo del pantalón. Hoy era de esos típicos días que cuando era el primer día de clases el día es precioso. Y también estaba siendo un poco de calor, y por eso me vestí con una remera blanca sin mangas con estampa del signo de la paz, combinándolo con un pantalón vaquero negro desgastado y zapatillas converse que tanto me gustan.

Seguía escuchando música hasta que llegue por fin. Muchos jóvenes de mi edad, y también más grandes iban y venían del gran establecimiento. Otros se quedaban en un lugar charlando en grupo y otros caminando de un lado a otro. Bien este es el comienzo. Cuando me acercaba más a la puerta de entrada del establecimiento, muchos me miraban, escuché unos mormullos como ''¿quién es esta?'' o ''Es la nueva'' bien otra vez llamas la atención de todos Kelly, pensé. Será mejor entrar de una vez e irme directo a la secretaria para pedir mis horarios de clase. Pero como no sabía dónde carajos estaba, tenía que pedir ayuda a alguien.

Un chico de cabello oscuro y ojos grises que estaba apoyado de espaldas al casillero, con las manos metidas en los bolsillos delanteros de su pantalón, me miraba mientras yo estaba ahí mirando por todos lados buscando a algún adulto mayor para que me informe, porque no quería preguntar a cualquiera. Pero como vi que no había casi nadie por el pasillo suponiendo que en unos minutos empezarían las clases, me desesperé y entonces no me quedaba de otra que preguntarle a aquel chico, ya que era el único que me prestaba atención y eso me extrañaba un poco. Me acerque a él insegura  pero decidida, él seguía mirándome fijamente a los ojos. OH POR DIOS QUE LINDOS OJOS, pensé.

-¿Hola disculpame, sabes dónde está la secretaría? – pregunte algo tímida, odio cuando pasa esto.

El chico seguía sin apartar la vista, luego sonrío. –SÍ, está en la segunda puerta de este pasillo a la derecha.

-¡Oh, gracias! – dije para luego darme la vuelta y dejarlo allí solo otra vez. ¿Estará esperando a alguien? Va, a quién le importa, me reí de mi misma mientras abría la puerta que el chico me había indicado.

Tu fama no me deja amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora