Las siguientes semanas fueron mucho mejor, Jimin ya no lloraba, salía de casa y se le veía mas sonriente y eso hacía muy feliz al castaño pero había algo que le incomodaba y era el hecho que desde aquel día que llego de la escuela en la que sus padres pelearon, solo incrementaron las peleas, llegaba a casa y su padre ya no estaba, despertaba por las mañanas por los gritos entre estos aparte de que su padre parecía ya ni vivir en esa casa pues nunca estaba en ella.
Esa mañana no fue la excepción, nuevamente loa gritos de sus progenitores le despertaron, se levanto de la cama caminando con algo de miedo a la puerta, abrió esta en silencio, solo podía escuchar como se gritaban eh insultaban entre ellos, fue bajando las escaleras con sus ojos inundados en lagrimas hasta que llego al final de esta y logro escuchar algo que le rompió el corazón.
— ¡QUIERO EL DIVORCIO!Aquellas dos palabras fueron le cayeron como un balde de agua helada sobre su tibio cuerpo, no pudo evitar soltar un sollozo el cual hizo que ambos adultos voltearan a su dirección, no supo como reaccionar por lo que primero que paso por su fue correr escaleras arriba y encerrarse en su habitación, cerro esta y se fue deslizando hasta que quedo sentado en el piso frio de aquella obscura habitación, miraba hacia un punto fijo mientras seguía llorando en silencio, por su mente solo pasaban constantes imágenes de la que solía ser su familia, aquellas cenas entre risas, los campamentos en el bosque, sus cumpleaños en algún parque de diversiones, las navidades frente a la chimenea con chocolate caliente, cada una de ellas las visualizaba como si de una película se tratara mientras seguía llorando por el hecho de que tal vez no volvería a tener eso, ya no llegaría de casa y cenaría con sus padres, ya no pasaría las noches de fines de semana sentados en la habitación de sus padres mientras veían alguna película y reían felices, con tan solo dos palabras aquello se había roto.
Despertó al escuchar el ruido de su alarma, se levanto del suelo dándose cuenta que durmió en este empezando a sentir dolores en su espalda y cuello, camino hasta la ducha y se dio una corta, salió y vistió lo primero que encontró en su closet, tomo su celular y audífonos dejando de lado su cámara, ese día no tenía ganas alguna de tomar fotos, bajo hasta la sala notando el silencio en la casa, fue hasta la cocina y no encontró a nadie lo cual le alegro un poco, no tenía ganas de ver a sus padres o de aguantar sus gritos.
Al llegar a la escuela se sentía cansado, agotado, su cuerpo dolía y sentía que su cabeza ardía, caminaba por los pasillos de su escuela con loas audífonos puestos, a lo lejos vio a Jimin, quería ir hasta este y poder abrazarlo un rato dejando salir todo lo que tenía guardado pero al acercarse un poco mas noto a cierto chico pálido y de cabellera negra hablando muy entretenido con su rubio amigo, cuando noto las mejillas sonrojadas de este supo que no sería bueno interrumpir, solo sonrío feliz por su amigo y camino hasta su primera clase.
Apenas pudo mantener la concentración en sus clase, le dijo a su maestra de teatro que no podía quedarse ese día mintiendo diciendo que tenía un compromiso familiar y es que en realidad no tenía fuerza para poder seguir en la escuela, solo quería llegar a su casa y dormir.
Emprendió camino a su casa sintiendo su celular vibrar, lo saco de de sus pantalones mirando que tenía un mensaje de su madre el cual decía "tenemos que hablar cuando llegues a casa" eso le hizo sentir un nudo en su estomago empezando a sentir y pensar en lo que le dirían sus padres, incluso el sueño se el fue.
dio la vuelta y empezó a caminar sin rumbo hasta que termino en una de esos locales de videojuegos, por curiosidad y por no querer volver a su casa termino entrando a este, pasaba por en medio de los videojuegos casi desiertos, al parecer ya nadie pasaba tiempo en este tipo de videojuegos hasta que escucho a lo lejos el sonido de una maquina en funcionamiento y vio a cierto pelinegro de ojos grandes y sonrisa bonita.
Se acerco a este sonriendo levemente hasta que llego a su lado y toco suavemente su hombro.
—¡Tae!
El castaño en cuanto vio esa bella sonrisa de conejito le hizo olvidar por completo aquel mensaje de su madre y la discusión de la noche anterior.
—¿Puedo estar contigo aquí?
—Por supuesto TaeTae.
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la esperanza tiene nombre.
Fanfiction¿que pasaría si la luz encargada de iluminar la tristeza de los demás se apagara?