Estaban ambos chicos en el patio del colegio, el rubio estaba en brazos de su castaño amigo mientras este le abrazaba con fuerza dejando que se desahogue en sus brazos, la verdad es que el castaño había quedando demasiado sorprendido cuando escucho la razón del llanto de su amigo, es que le era casi imposible de creer pues el ahora ex novio de su amigo le amaba demasiado, siempre le traía pequeñas sorpresas cuando venia por el rubio, se les veía tan perdidamente enamorados que cuando lo escucho fue como un balde de agua fría sobre su cuerpo.
—No entiendo por que no lo hizo, yo siempre le di todo mi amor, le di mi confianza y mira como me paga.
—olvídalo jimin-ssi, ese chico no merece tus lagrimas, ¿por que no mejor hacemos una pijamada en tu casa?.
—¿Me harás de esas galletas de chocolate que te salen tan ricas?
El castaño dio una risa al escuchar el pedido de su contrario, aun recordaba cuando eran mas jóvenes, el rubio antes castaño se había caído de la bicicleta y había raspado toda su rodilla por lo que no dejaba de llorar así que el castaño pensó que un poco de sus galletas especiales le sería de mucha ayuda y no se equivoco esa tarde se la pasaron comiendo galletas y contando historias de terror en el cuarto de Jimin.
—Por supuesto que si Jimin-ssi, te haré todas las galletas de chocolates que quieras.
Se levantaron del pasto a la vez que tomaban sus mochilas y salían de las instituciones rumbo a la casa del rubio, en todo el camino el castaño decía o hacía cualquier tontería con tal de poder escuchar la linda risa de su mejor amigo, siempre fue así, cuando el rubio estaba mal ambos amigos hacían pijamada en la casa de este ultimo y el castaño se dedicaba a animar y hacer reír a su mejor amigo.
Ambos chicos iban caminando tomados de la mano mientras el rubio reía por los malos chistes de su castaño amigos y es que realmente eran malos, pero ese era el punto y con ello lograba hacer reír mucho mas a su mejor amigo.
Estaban a unos metros de la casa del castaño cuando a lo lejos observo como sus padres discutían y el padre del castaño salía enfadado de la casa para luego tomar su auto eh irse, ambos menores e miraron entre si y siguieron su camino hasta llegar a la casa del castaño, este abrió la puerta y vio a su madre llorar en la sala.
—¿mamá? ¿Qué paso?
La madre del Tae descubrió su rostro y limpió este rápidamente al ver que su hijo no estaba solo, noto la nariz roja del rubio al igual que los ojos de este y sonrió para tranquilizar a ambos menores.
—No es nada mi cielo, vienes a hacer pijamada, ¿cierto Jimin?
La dulce dama dio una risa al ver como el rubio se sonrojaba y se escondía tras su hijo.
—Esta bien cariño, sabes que eres bienvenido a esta casa.
Ambos menores sonrieron felices y corrieron a la habitación del menor, esa noche se la pasaron entre películas, galletas, mascarillas y risas, tantas que incluso al rubio se le había olvidado por completo por que lloraba y es que ese era la magia que el castaño tenía, podía lograr que sus seres queridos sonrieran de nuevo incluso solo con su presencia.
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la esperanza tiene nombre.
Fiksi Penggemar¿que pasaría si la luz encargada de iluminar la tristeza de los demás se apagara?