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  -¡Llegué! –exclama haciendo énfasis con sus palabras.

  Cierra dando un portazo, pone su abrigo en el perchero y camina a su habitación.

  -¿Dónde estabas?

  La voz de su madre se escucha en el comedor, se dirige hacia allí y la ve rodeada de papeles.

  -Fui a tomar café.

  -A ti no te gusta el café, además, son las nueve.

  Su madre se levanta mirándola con el seño fruncido. Cruza sus brazos caminando donde su hija.

  -Dame una explicación coherente, ¿con quien estabas?

  -Con nadie.

  -¡No me mientas, Elizabeth!

  -No lo hago, ahora si me permites –dice dando media vuelta–, me voy a dormir.

  Camina hasta su habitación y cierra dando un portazo. No ha avanzado nada. Él continua con su indiferencia, eso le cansa. Echada en su cama observa sus paredes, entonces se le ocurre, es un pensamiento fugaz, pero le agrada.

  Hola, mañana será un lindo día, es momento de libertad, a las 4, no lo dudes un segundo ¿vamos a Plaza Gentil?

  Talves no le fue bien hoy pero no se frustrara por un hombre.

  Se pone su ropa de dormir y justo cuando se dispone a hacerlo suena un pitido en su smartphone.

  Mañana nos veremos de todas formas en lo de sobrevivencia, pero me parece bien, buenas noches J

  Bueno lo consiguió, ahora si dormirá tranquila.

Hola que les parece esta historia? :3 besos Tami <3

¿Acaso dices que me amas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora