Farmacéutico

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Con un café en mano y su escritorio lleno de papeles, estaba Jimin en su turno de trabajo. Como casi siempre era. Periodos largos de más de diez horas.

No lo iba a negar, amaba esto, sin embargo había ciertas ocasiones que lo hacían dudar, también estaban las situaciones que lo hacían apreciar.

Con un suspiro, miró el reloj colgado en la pared. 15:30. Tenía que soportar un rato largo para ir a su hogar, cocinar algo mientras bebía un vino y quizás también ver una película con sus tres gatos que tenía como hijos. Por suerte, hasta el momento su jornada laboral no había sido pesaba como otras veces, por lo tanto agradecía que así fuera, no tenía ganas de llegar con la cabeza explotada por algunas personas problemáticas que llegaban a la comisaría, ya sea quejándose, denunciando o por algún delito que cometiera.

-Aquí te traemos al farmacéutico, de nuevo. - Kim y Jung, unos de los tantos compañeros de trabajo que tenía entran trayendo consigo un adolescente con más de diecisiete pero menos de veinte. Su apariencia era a la mayoría de chicos de su edad, vans negras, jeans desgastados, camiseta y una campera del mismo color que llevaba sus zapatillas.

-Jeon Jungkook. - No puede evitar reírse al verlo de nuevo en la comisaría. Sus compañeros y él lo habían apodado "farmacéutico" debido a que siempre que lo agarraban robando era en farmacias y no era ocasion de una vez, así que ya era común verlo por ahí - Adivino, robando en una farmacia. -Dando una risotada más, busca la guía de nombres que han llegado a la cárcel y vuelve hacia él. Quien ya estaba sentado frente a su escritorio esposado.

-Park, aquí te dejamos las cosas que robó para confiscar. -Apoyó el otro policía una bolsa de plástico con algunos remedios dentro de ellas.

-Gracias muchachos. - Responde antes que los dos hombres se hayan ido. Después de haber obtenido lo que buscaba, se sienta frente al más joven mirándole.- Bueno, Jeon. Ya tienes claro como es aquí ¿no? - El mencionado apenado asiente con la cabeza gacha - Está bien. Sabes como soy yo, si te comportas bien conmigo ganaremos los dos, de lo contrario el único afectado serás tú. - Dicho aquello abre la libreta y busca entre las páginas el nombre de él. Ya en sus manos la sección del chico anota todos los requisitos y le pinta los dedos. - Hoy serán cinco horas y te vas. Mientras tanto me dirás por qué has robado estas cosas. - Sin recibir ninguna respuesta del menor, lo lleva a la celda asignada, para seguido volver a su escritorio.

Atrajo la bolsa hacia él, hurgando lo que contenía dentro. Hasta agarrar un pote transparente con pastillas de color rojizo. Lo inspeccionó un poco y lo mostró al chico.

-Pastillas para dormir. - Sin dudar habla el menor.

-¿Tomas pastillas para dormir?

Con una encogida de hombros responde: -Mi mamá... y yo. De vez en cuando... po-pocas.

-Muy bien. - Revuelve la bolsa un poco más para seguido sacar dos remedios juntos que no distinguía bien que era.

-Para la tensión y tiroides. - responde de inmediato al ver de qué se trataba.

- ¿Tú mamá sufre de tiroides? -Le pregunta inspeccionando los envases.

-Si... y de vez en cuando se le sube demasiado la tensión, para eso las pastillas. - Suspira encogido en su celda.

-¿Y también sufre ella de asma? - Pregunta de nuevo con una recarga para inhalador.

-N-no, eso es mío. - Dirige su mano a los bolsillos de sus pantalones para sacar su inhalador y enseñárselo.

-Oh. - Guarda todo en su lugar y se acerca a él. - ¿Tienes suficiente dentro? - pregunta refiriéndose al objeto que exhibió recién, pero el muchacho niega lentamente. - Bien. Me sorprende que no me haya dado cuenta de eso antes. Es la primera vez que lo robas - Hablando con total normalidad va a buscar aquella bolsa y saca el envase para dárselo al menor. - Solo por esta vez.

El muchacho duda unos segundos antes de agarrarlo y cambiarlo, dejando la vieja en el suelo.

- Tu madre ¿sabe que haces esto?. Siempre viene un hombre a pagar para sacarte. -Camina hasta estar apoyado en su escritorio.

-No. Es mi ex padrastro quien viene. -Lo mira unos segundos en silencio. Totalmente atraído por el comisario, tan hermoso con su uniforme negro que resaltaba totalmente sus curvas y vaya que tenía curvas. - Si se entera mi madre se muere.

-¿Entonces qué le dices cuando llegas a tu casa con estos medicamentos?

- Que los compré con el dinero de mi trabajo.

-¿Y tienes trabajo? - Arquea una ceja.

-N-no. - Atrae sus piernas hasta pegarlas a su pecho, usándolo como cueva para su rostro. Siempre era lo mismo cuando lo encerraban. Preguntas y más preguntas que lo apenaban.

Por la parte de Jimin al verlo así, su corazón se le encogió más. Siempre ese chiquillo logró causar eso en él. Le daba ganas de llevarlo a su casa y tenerlo para su cuidado. Lamentablemente las cosas no podrían ser así, pero algo se le permitía.

Con suspiro va hacia la celda abriendo esta para poder entrar.

-¿Por qué? - Se agacha hasta quedar frente a el menor a una distancia considerable.

Que precioso lunar tenía debajo de esos labios secos y partidos. Pensó Jimin cuando el menor levantó su cabeza

-La mayoría de los lugares quieren adultos con más de veinte años.

-Yo te doy un trabajo.

-¿Sí? ¿Adónde?

-¿Sabés de mozo?




























































Yo como siempre haciendo cosas kks🤠✌🏻 igual, me causa ternura esta historia, merezco darme mi propia estrella😔.

CREO Q ESTÁ CORREGIDO DKWKKEKS: QUE CRINGE DOYYYYYYYYYY🥳

¿Otra vez tú? ᴷᵒᵒᵏᵐⁱⁿ ᵐⁱⁿⁱᶠⁱᶜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora