Jennie no se había conformado con mentirle y prometerle cosas que no iba a cumplir a Lisa, ahora también lo había hecho con Rosé.
Las cosas en la relación de Jennie y Lisa iban de mal en peor, realmente Lisa no entendía exactamente que estaba pasando, lo único que sabía es que Jennie cada día era más lejana, ya casi nunca la llamaba, eran muy pocos y cortantes sus mensajes de texto, y de alguna visita no se podía ni hablar, Jennie no iba a su casa y tampoco le permitía a Lisa llegar de improviso a su departamento.
Lisa entonces comenzaba a desesperarse y buscar a Jisoo a ver si ella le podía dar alguna explicación.
Jisoo se limitaba a decirle que seguro estaba estresada por el nuevo proyecto que se venía, que ya conocí a Jennie cuando se cerraba en si misma y no le apetecía hablar con nadie, Lisa refutaba esto con el argumento de que esto no podía ser así con ella, por Dios era su novia y no podía simplemente alejarla así cada que se le daba la gana.
Por qué esto no era nuevo, ya se lo había aplicado otras veces pero nunca llegó al extremo de casi cortar la comunicación, realmente aún que Lisa la amaba esto ya estaba sobrepasando sus límites.
Muchas veces no la entendía, no sabía como amarla y que Jennie le permitiera ser todo lo romántica que ella podía llegar a ser.
Claramente sabía que su relación no era como la de cualquier persona, tenían que ser lo más discretas posibles, además de que casi todo lo tenían que hacer entre cuatro paredes, muchas veces incluso cuidando que no hubiese algún curioso en su ventana.
Obviamente todo esto no era lo ideal, pero era lo que tenían y lo que se podía hacer y con eso se conformaba.
Ahora que Jennie decidió que se encerraría de nuevo en si misma por unos días, Lisa dedicaba sus tardes a estar ya fuera con Jisoo o con Rosé, pero más con Rosé, ya que no le apetecía pasar por eso sola, triste y abandonada en su casa.
Prefería estar enrollada en una manta, comiendo helado y palomitas, mientras veía series abrazada a Rosé.
O en dado caso también Jisoo las acompañaba de vez en cuando.
Por su parte aún que Rosie no lo decía estaba fúrica, ya que las cosas que había hablado con Jennie parecieron entrar por un oído y salir por el otro, por dentro ardía de coraje al ver cómo parecía que Jennie no tenía palabra, y ni siquiera se compadeció poquito de Lisa a quien tanto decía amar.
Lisa no quería pensar mucho en lo frustrante que podía llegar a ser Jennie, y junto a sus amigas lo lograba bastante bien, con Jisoo jamás faltaban las bromas y las tonterías y con Rosé, con ella simplemente se sentía como en casa, todo era tan cómodo a su lado, se conocían tan bien, que incluso si una estaba de mal humor, la otra le daba su espacio aún sin siquiera pedirlo.
Aún seguían siendo aquellas dos niñas lejos de casa, que encontraron refugio una en la otra, aún eran esas dos niñas que se amaban incondicionalmente.
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