Los Enigmas de la Magia

Parte 2: Comienza el examen

A la mañana siguiente, Merry únicamente era una masa de nervios que no paraba de moverse mirando al vacío pensando en el día de hoy mientras tanto Édgar se encontraba leyendo el periódico tomando el desayuno cosa que Merry no hizo.

- Aun faltan unas horas, cálmate y desayuna algo o te pasara factura - dijo Édgar mientras ojeaba el periódico por encima.

- ¡Cállate! Me cuesta concentrarme si me hablas. Ademas para ti es fácil decirlo... - le respondió cambiando de un tono alto a uno bajo.

- Lo aprobaras tranquila, te he entrenado bien - dijo animándola mientras se levantaba y recogía el desayuno. - Vamos a la academia, así te despejaras.

Al salir del hotel, caminaron tranquilamente hasta llegar a la avenida principal donde Merry quedo impresionada ante el colorido y dinamismo de los puestos comerciales que se encontraban a los lados, las personas hablando unas con otras, los niños jugando, incluso algunos magos haciendo guardia por las calles para evitar algún crimen. Sin duda alguna, eran los ciudadanos los que le daban esa vida a la ciudad con la ayuda de la Academia de Magia y sus magos.
Tras unos cuantos minutos andando llegaron por fin a la entrada de la Academia que se eregia una magnífica e impresionante  ciudadela en el centro de Fandir. Al entrar Merry vio a muchos otros chicos y chicas los cuales se encontraban allí por el mismo motivo que ella, presentarse al examen de acceso. Unos minutos después un joven magos con un uniforme de color azul y marcas blancas se acerco a Merry y Édgar

- Buenos días a ambos, ¿estáis aquí para realizar en el examen de acceso? ¿Me dices tu nombre por favor? - les pregunto el joven mago.

- ¡S-si! Me llamo Merry Lightber - respondió ella nerviosa.

- ¿Lightber? Entonces... ¿Usted es Édgar Lightber, uno de los primeros cazadores de brujos? - preguntó el joven mago con entusiasmó.

- Si, soy yo, ¿por? - respondió extrañado.

- Usted es uno de los veteranos de la guerra más famosos. En los años de posguerra cazo a cientos de brujos rebeldes, es un honor conocerlo - hizo un reverencia para mostrar su respeto.

- No hacen falta reverencias algunas, sino necesita más datos nos vamos, muchas gracias por atendernos - se despidió Édgar dándole pequeños empujones a Merry para irse cuanto antes de allí.

- ¿Édgar? ¿Qué pasa? - pregunto sorprendida ante esa evasiva.

- Te lo contaré en otro momento... Pero mientras tu concéntrate en tu prueba - respondió rápidamente para terminar esa conversación.

Merry quedo extrañada de que Édgar fuese tan famoso en el mundo mágico por que ella pese a haber estado viviendo con él todo ese tiempo no conocía nada de los años anteriores a que la encontrase cuando su pueblo fue arrasado por los brujos. El rostro de Édgar transmitía una sensación de miedo pero a la vez de pena por que realmente se arrepentía de muchas de las cosas que hizo durante esos duros años. Posteriormente entraron a la academia y Édgar le dijo que camino que debía seguir para llegar al salón donde se realizaban la prueba y otras actividades de la academia y mientras se lo explicaba sonó una campana para avisar a los participantes de que ya iba a comenzar el examen. En ese momento Merry salió corriendo por los pasillos para no llegar tarde y tras doblar una esquina se choco con otra persona que por culpa de la velocidad no vio y se trataba de una chica de la misma edad que ella con el pelo corto de color rubio y a simple vista un poco más baja que Merry.

- ¡Auh! Eso duele jope - exclamo Mery cayendo al suelo de culo.

- L-lo siento no estaba atenta por donde iba - afirmo la chica con la que se choco.

La chica la ayudo a levantarse de nuevo y ambas se presentaron, su nombre es Amira Ryuan única hija de unas de las familias de magos mas importantes del consejo y de la misma edad que Mery. Ella tenia las mismas intenciones que ella en la Academia, presentarse para el examen de ingreso y por ello decidieron seguir juntas y continuar hablando hasta llegar a la sala donde se iba a realizar el examen. Al llegar y traspasar la puerta, observaron el grupo de jóvenes que como ellas esperaban a que la hora del examen comenzase. Era una gran sala con tan solo dos puertas y un circulo dibujado en el centro, al rato de la puerta del fondo de la sala aparecieron un anciano con un uniforme de mago de color azul oscuro y una chica mucho mas joven con una especie de lista en las manos ataviada con un uniforme similar pero de color magenta que se fueron acercando al centro del circulo de la sala.

- Atención a todos los participantes cuando vayan escuchando su nombre acérquense al circulo y comenzara el examen - dijo la chica alzando la voz para que se le oyese claro.

- Ahora explicare en que consistirá el examen - dijo el anciano mirando a a todos los presentes - Cada uno de ustedes deberá conseguir atravesar la barrera que vaya a crear y conseguir llegar al centro justo donde me encuentro y cada uno tendrá diez minutos para poder completar los requisitos - pronuncio con un tono serio y firme.

Los aspirantes quedado sorprendidos dado que en un principio parecía una prueba fácil, pero lo que nadie pensó es en el nivel mágico del anciano pues como se dice "nunca juzgues un libro por su portada". Al ir nombrando de uno en uno a los aspirantes, confiados y algunos con un aire de superioridad dada a la diferencia de edad, se acercaban a las afueras del circulo para prepararse cuando el examinador cuando le diesen la señal para comenzar. Pero como era de espera ni con un siglo hubiese bastado para ninguno de los aspirantes que iban pasando pues no conseguían si quiera dañar la barrera creada por el anciano que permanecía en el centro de la circunferencia con las manos en la espalda atento a los ataques de los aspirantes. Llegado el momento tan solo quedaban Amira y Mery que al ser las ultimas en inscribirse fueron las ultimas en realizar el examen.

- Dado que nadie lo ha conseguido, ¿que tal si os doy la opción de realizar el examen juntas? eso si, al hacerlo las dos solo tendréis cinco minutos para conseguirlo - dijo a las chicas que quedaron sorprendidas ante ello.

- Pero, ¿no era una prueba individual? - pregunto Amira - Creo que no podríamos visto lo visto de todas formas... - dijo agachando la cabeza.

- ¡Aceptamos! Venga Amira, demostremos le a ese viejo engreído de quienes somos - responde Mery decidida dándole una palmada en la espalda a Amira.

- ¡S-si! ¡Adelante! - grito Amira motivada por las palabras de Mery.

Y por fin llego el turno de las chicas aun nerviosas pero motivadas se lanzan hacia la barrera para superar la prueba que tanto habían esperado.

Continuará...