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Frente a frente, estaban aquella camioneta negra con todos los tripulantes de la mafia Lee frente al carro policial 0325, mientras el menor de los comisarios y el mayor de los mafiosos se veían fijamente con un rayo imaginario saliendo de sus ojos. Pero claramente de manera diferente, ya que en un lado estaba Minho, cruzado de brazos, viéndolo con la cabeza media deladeada y sonrisa divertida; mientras que Jeongin se mantenía con una mirada seria y los labios ligeramente apretados, sin dejar de lado su mano derecha puesta en el arma que traía cerca de sus caderas.

— Deberías bajar esa mano cariño —habló el marrón al peliazul, dando un paso hacia éste, mientras el mismo retrocedía— no querrás una bala en esa hermosa cabecita pequeño bebé

— ¿A quién crees que hablas Lee? —el menor estaba furioso, no podía evitar apretar el arma con fuerza cuando deseaba pasarle una bala por la cabeza para que dejara de hablar— agh, ¿Qué haces aquí? Se supone que debías ir en dirección contraria —murmuró el otro con molestia, desviando la mirada de éste.

— ¿Yo? ¿Dirección contraria? —rió levemente para ordenar a sus hombres, bajar las armas con las que estaban apuntando a los policías— pero si pensé que querías que te diera otro besito~

"No!" —-pronunció totalmente rígido, dejando que una sola palabra hiciera chasquear la lengua del mayor, cuando éste comenzaba a pegarse a su lado, bajando su cabeza al oído de éste.

— No te creo —el menor se alejó, pegando el pecho de aquel hombre de tatoo de serpiente en el cuello, con la boca del arma que mantenía al lado de su pierna— vaya, cálmate. No te quiero comer comandante Yang

Sonrió.

"Aún no" —pronunció uno de sus ayudantes. Al escucharlo el mayor pareció tomar su arma, por lo que no evitó dar un paso hacia atrás, escondiéndose detrás de la espalda del recluta Lee Felix, quien era observado desde el comienzo por uno de los comisarios del escuadrón 0325. Un tal Bangchan, según su placa.

— Como sea

Dijo Minho, pasando un brazo por detrás del cuello de su hermoso policía, mientras éste observaba aquel movimiento paso a paso.

— Hoy mi querido cariñito nos dejará ir, ¿Cierto? —pronunció el gato mayor— desearía que lo hagas. Así no tendrías problema a lo que vendría

Jeongin: ¿Por qué debería? —contestó, pellizcando la mano de éste, logrando que la sacara inmediatamente.

Minho: auch —rió inclinándose hacia él— la pregunta sería, ¿Por qué no deberías? Vamos, sabes quién soy y lo que puedo hacer. No creo que te gustaría que usaramos todo nuestro asernal solo para acabar con tus hombres. No cuando ya lo hice una vez.

Pronunció.

Al escuchar eso muchos se quedaron observando a Yang Jeongin, quien, al ver los ojos de todos sobre él, no evitó apretar sus puños contra el mayor, al igual que sus dientes y su mandíbula.

Ese hombre frente a él se estaba pasando de la raya, y no le gustaba para nada esa confianza. Aun cuando su cuerpo quisiera volver a besar esos malditos labios que le causaban ansiedad por estar piensa y piensa solo en él en las noches, debajo de las finas sábanas dentro de su habitación. Cuando verdaderamente odiaba no matarlo cuando debía.

"¿Te gustó el beso?" —recordó aquella pregunta. Más cuando iba a responder con odio y agresividad contra el de apellido Lee, alguien lo detuvo, dejando oír su voz tan fina y gruesa.

Su padre estaba ahí.

Y más de uno podía reconocerlo. En especial aquel chico de pecas que tuvo que esconderse en el auto de los malos para no dejar que ese señor lo viese. No deseaba que reconociera a quien también formaba parte de la familia Yang - Hwang, al ser el futuro esposo del hijo mayor y hermano de Yang Jeongin, Hwang Hyunjin, hijo único y descendiente de la madre de esta familia, quien, como todos, mantenía una familia lejana a su propio compromiso. Muy de ellos.

MR. LEE [MINJEONG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora