Capitulo 1

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10:00 de la noche, un bar nuevo, recién abierto.

Una gran oportunidad para continuar su misión de autodestrucción.

Aparco se coche en frente de un gran bar con un letrero en neón que brillaba más de lo que sus ojos podían soportar.

Pero eso no la freno, sabía que ahí se encontraba su destino , y camino hacia aquel extraño lugar

Entró con la confianza de saber que saldría con alguien debajo del hombro esa noche. Porque sabía que así iba a ser.

Se paró en la entrada mirando al rededor, observando la gente que se encontraba ahí, para ella no era tarde, pero algunos ya empezaban a irse.

La joven mujer se sentó en el asiento de la barra recién libre, por una pareja que ya se veían muy ebrios para continuar con la fiesta.

A unos asientos a la izquierda de ahí se encontraba una mujer muy guapa, pero se notaba que no le haría mucho caso.

Otra estaba en la derecha, pero no parecía que estaba para ligar, ya que se encontraba llorando mientras lo dejaba de beber.

Le daba pena, el hecho de que la gente llore por cosas absurdas, no conocía personalmente a la mujer, pero no creía que fuera tan preocupante.

El camarero se le acercó para tomar orden de lo que ella quería, pero no pido decidir. Empezaría por una cerveza .

El señor de pelo negro se retiró para continuar con su trabajo, mientras Remy seguía viendo a su alrededor.

Nadie parecía interesante, o no al menos que pudiera ayudarla con su misión .

El camarero le pasó la bebida y sin tomarse un segundo para pensar , se levantó para dar una vuelta mientras bebía aquel licor frío.

Nadie , no había nadie en aquel lugar.

Pútrido y aburrido.

Debería haber buscado mejor , o ido a un bar gay, ahí siempre hay chicas con las que acostarse.

Después de no encontrar nada, se dio la vuelta para irse, pero en ello una mano le agarro del brazo haciéndole parar en donde se encontraba .

Una mujer de pelo largo rubio era la dueña de aquella extremidad, que rápidamente apartó de Remy, para invitarla a sentarse en una silla enfrente de esta.

No tenía nada que perder, y no tenía ningún plan de irse a casa sin acción, por lo tanto le pareció muy interesante aquella oferta.

una noche cualquiera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora