Right here 𔘓 HopeMin

O5

Jimin: 

Me empujó a la cama, suspiré cuando rebote en las sábanas blancas y sus manos huesudas envolvieron mi cintura, haciéndome quedar frente a él.

Hoseok me giró hacia él, nos miramos cara a cara y eso fue suficiente para que su aliento bañado en alcohol chocara contra mi sentido del olfato, cerré mis ojos al sentirlo, era...relajante.

Me acurruqué en su pecho y el me resguardó en él, rodeandome con sus largos brazos, suspirando en mi oído.

Cuando conocí a Hoseok fue gracias a Namjoon, un universitario que vendía droga a unas cuadras de mi instituto, allí había mandado a varias personas a buscar droga, era mi primera vez pidiendo una. Cuando llegué, estábamos solo yo y Hobi, al vernos fue instantáneo, una corriente eléctrica pasó por todo mi cuerpo, obligandome a hablarle.

Y desde que empecé a hablar con él, a conocerlo, a relacionarme y quererlo, ya no necesite droga para calmar mi sed.

Por qué Hoseok se había vuelto en mi droga, era adicto a él.

Era mi droga favorita.

—Ho..—mumuré en su pecho, él hizo un sonido entre dientes para que yo sepa que me prestaba atención.— ¿Qué haremos cuando termine la preparatoria?

—Supones que vivirás conmigo,¿Verdad?—preguntó Hoseok y una risita traviesa se escuchó de mi parte, él rió en mi oído.— Ser felices, Jiminie. Ser felices entre nosotros a nuestra forma.

—Nuestra forma...—repeti, levante mi mirada y quedé a centímetros de sus labios, mirandonos ambos a los ojos por un rato.

Sus hoyuelos aparecieron en sus dos mejillas, y me dio un beso en los labios.

Me dio un beso.

Él a mi.

No yo a él.

Sonreí de inmediato a alejarme y me escondí más en su pecho, dejando que me protegiera.

Siempre que nos veíamos, él no era de demostrar amor, siempre yo era el que daba besos o abrazos, Hoseok era bastante reservado y él solo me escuchaba cuando lo necesitaba y me aconsejaba.

Digamos que nunca supo demostrar amor ya que su familia no se lo enseñó.

Cuando me molesto, empiezo a decirles muchas cosas horribles, y cuando reacciono me doy cuenta de lo estupido e hiriente que puedo llegar a ser.

Hace unos días él me pidió que no le bajara el autoestima, que lo amara sin lastimarlo. Sus ojos se veían llorosos pidiendomelo, como si me rogara para que lo amara sin lastimarlo.

Pero no podía controlarlo, era inevitable no ponerme así, mis estupidos problemas mentales me consumían.

Cuando tenía once años, Mamá me dijo que vaya a comprar ropa junto a ella y que quería que yo la acompañara...pero termine en un psicólogo.

Mi madre siempre decía que yo no era alguien normal, mi personalidad era rara y aveces llegaba a ser demasiado egoísta. Aunque yo siempre me vi como un niño cualquiera y normal, mis pensamientos nunca habían sido raros...

Pero mis padres siendo doctores creían que yo no estaba bien.

Desde los once empecé a ir al psicólogo hasta los dieciséis, donde fui medicado por un largo plazo de tiempo ya que los psicólogos me dijeron que tenía un transtorno mental, más específicamente; transtorno de la personalidad.

Eso nadie lo sabía excepto mis padres, a los diecisiete dejé de ir al psicólogo y tomar medicación, por eso aveces mis pensamientos van en contra de mi y dicen cosas realmente hirientes para los demás y que para mi son fáciles de decir, no siento ni una pizca de culpa al decirlo.