Cap. 35

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POV's Lancasste
15 de Diciembre, 4:00 pm.
Terminé de cambiarme, tome mi celular y llame a Mycroft.
Mycroft..., es raro decirle por su nombre con toda la confianza del mundo.

—Sr. Holmes.— le llame por su apellido.
—lista?— abrió un poco la puerta sin asomar más que su mano.

Yo terminé de abrir la puerta y tome su mano, quería hacerlo y la forma en la que la puso fue la adecuada para tomarla como invitación a hacer lo que hice.

—lista.— lo mire.

Él sólo sonrió ligeramente y salimos a la entrada del hospital.
Hasta llegar ahí soltó mi mano.

—puedo firmar su salida?— preguntó y yo asenti dando permiso.

Mientras él se acercaba al mostrador a firmar, yo a unos pasos de distancia mire a otro lado.
Valla que soy una adolescente encantada con esta situación.
No siento culpa por sentirme así estando comprometida, debería pero no, y me siento bien, incluso me siento tan diferente en una buena forma.

—el auto nos espera.— informó Mycroft dándome el paso.
—creí que pediriamos un taxi.— mencioné.
—Has salido del hospital, no pienses que te llevaré en un taxi, jamás, aunque estuvieras bien de salud.—

¿Me hablo de tú?

—pensé que diría que era por usted, un funcionario de Gobierno en taxi.— dije lo que realmente pensaba.

POV's narrativo

—no soy tan narcisista como parece.—

Pero por supuesto que el caballero inglés lo era.
Esta vez no, ninguna vez en la que Kendra estuviera presente pues ella le importaba aún más.

—no importa mi puesto, importa usted.—

Lo dijo mientras ya caminaba a la salida.
Mycroft lo pensó en voz alta y al darse cuenta de lo que dijo, ventilando una parte de lo que siente por ella.
Quiso maldecirse pero sólo lamio sus labios con mucho disimulo y fruncido un poco el ceño.
La dama que lo acompaña a su izquierda sólo noto lo último, con un leve sonrojo miró a su caballero inglés y le tomo la mano.

POV's Holmes
15 de Diciembre, 5:02 pm.

Recién llegábamos a su casa, la cual era diferente a la que conocí la primera vez que mi hermano estuvo en América.
Abrí la puerta y ayude a Lancasste a bajar.

—gracias, no se preocupe, pero gracias.— dijo luego de aceptar la ayuda.

La acompañe a la entrada, nos detuvimos a dos pasos de esta.

—tengo 3 habitaciones extras donde usted podría quedarse en una, tengo un buen té que seque yo misma y aunque no sepa cocinar mucho, puedo hacer algo bastante delicioso para ambos, si acepta quedarse.— ofreció sonriente.

Como hasta ahora era constante, mire hacía abajo.
La verdad era que debía regresar a Londres.
Anhelaba quedarme con ella, me gustaría que ella me acompañara, siendo otra opción para cuidarla totalmente de cerca, pero la situación era que no somos nada como para yo deslindarme de un problema nacional durante ya 3 días, por que si me quedaba a mañana, yo no regresaría al trabajo hasta el tercer día, maldito uso horario.
Y no éramos nada como para que ella me acompañara sin más.
Esto era un suplicio mayor.

—debe regresar...— dijo a lo que regrese la mirada al frente.
—me temo que así es..., Kendra, si me permite poder hablarle de tú.— espere su permiso.
—sí Mycroft.— y ella hizo lo mismo.
—para mí sería un gustó cuidarte un poco más y en persona, pero ahora hay una cuestión que debo resolver.— hable por mi trabajo.— puedo ausentarme pero no es algo muy correcto de mi parte y en verdad te pido una disc...—

Protección a testigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora