"El que no sabe de amores, Llorona
No sabe lo que es martirio.
El que no sabe de amores, Llorona.
No sabe lo que es martirio."-¿No te enteraste?, ayer alguien se atrevió a hablarle a la Bikina, la quiso tocar ella le respondió con una cachetada- eran alrededor de las nueve de la noche cuando él se encontraba en un pequeño bar que encontró cerca del lugar donde se hospedaba, estaba cansado y molesto.
-¿Quién fue el idiota que lo hizo?- preguntó la otra mujer con burla- con el carácter que tiene más lo creída que es, ¿por qué se acercaría a ella?, ¿que no conoce su fama?- a cada palabra su fuerza de agarre sobre el vaso incrementaba.
-Según me contaron... no, es alguien nuevo en el pueblo-
-¿Un turista más interesado en la atracción del pueblo?- azotó el vaso sobre la barra interrumpiendo la plática de esas mujeres, ambas voltearon sorprendidas.
-Si lo rompe, lo paga- le dijo el dueño del lugar molesto.
-No se preocupe- se levantó furioso de su lugar, sacó su billetera y dejó sobre la barra un billete que podría cubrir más de la cuenta. Salió de ahí enojado, no volvería ahí, demasiadas preguntas rondaban en su mente, ¿qué tan importante era ella para que todos hablaran así?, ¿qué había cambiado en ella si él la recordaba siendo educada y amable con todos?. Necesitaba respuestas, aún más después de su decepcionante encuentro. ¿Esperabas que ella te recibiera bien después de todo?, su mente lo traicionó, él había idealizado un escenario y la realidad distaba mucho de eso.
-Ahí viene-
-¿Qué hace aquí a esta hora?-
-Es 1 de noviembre, es normal que esté aquí-
Los murmullos habían comenzado, llevaba dos días ahí y ya estaba arto, quería gritar para que se detuvieran las habladurías, no podían ser tan crueles, no con ella. Ella era la que menos se lo merecía. Detuvo su caminar al llegar a una esquina de la calle principal, observó como las personas iban con ramos de flores de color naranja, muy del día, habían algunos vendedores sobre la calle, la mayoría ofrecía ceras, flores e incienso, pero cada vendedor y comprador detenía sus acciones sólo para verla a ella. Con vestido blanco bordado que llegaba al suelo, un abrigo negro para el frío otoñal, un ramo de esas flores descansando sobre su brazo izquierdo y un velo blanco cubría gran parte de sus risos. Era una imagen idílica, la mujer perfecta.
-¿Nuevo huipil?- dos jovencitas a las cuales les calculaba no más de veinte años, se detuvieron a hablar frente a él.
-El sastre me dijo que le hacen los huipiles a la medida, quien fuera la Bikina, hermosa, rica e inalcanzable-
-Antes muerta que pasar por sus penas-
-Rosa, no digas eso-
-¿Miento?, uno se le murió y otro la abandonó, parece que nadie la quiere, ni siquiera es feliz, sólo mira su cara-
-Mejor vámonos, ella ya se fue-
-Es que hoy es la noche de la Llorona- la burla estaba impregnada en cada palabra, como veneno de una serpiente en cada mordida. Tan concentrado estaba en los murmullos que había perdido la dirección a donde iba. Cada comentario le generaba curiosidad y angustia, y si la gente no se equivocaba, él era uno de los motivos. No, no había necesidad de eso, ella ya se lo había confirmado.
-¿Viste a la Llorona?-
-¿A dónde irá?-
-Viene de la iglesia y creo que ahora se dirige a donde él descansa-

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Ella
FanfictionCon motivo del 2 de noviembre, Día de Muertos en México, escribí la continuación del Song fic. Ella Es - Escrito con inspiración de la canción de La Bikina interpretada por Karol Sevilla. Mi Pequeña Llorona - Escrito con Inspiración de las cancione...