Preparando todo

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Con el paso del tiempo cada uno de los miembros de la hermandad comenzó a dar lo mejor para que todo saliera bien.

El plan de Dulce consistía en llevar al policía hacía el cartel y, luego a un lugar especial.

Decidieron dividirse por zonas, Dulce se encargo del exterior, convirtiendo los alrededores del cartel en un precioso prado verde con algunas flores y plantando patatas.

Rubius y Willy se encargaron del pasillo que Alex recorrería antes de encontrarse con Fargan, lugar que fue la tarea del Búho.

Tuvieron un momento de suma confianza dónde nadie vio lo que el otro estaba haciendo en su parte, respetando los límites de su área en cuestión.

La primera en terminar fue Dulce, que no tuvo que hacer mucho más que picar y colocar tierra, haciendo un camino que conecte con alguna parte verde para que el césped pueda llegar a cubrir toda la zona. Esperaban que todo esté completamente verde para cuando sea el momento.

Fargan podría haber sido el segundo en terminar, pero estaba tan decidido a qué todo este perfecto que simplemente pudo avanzar realmente cuando su amiga estuvo libre para aconsejarle.

Willy y Rubius, al ser dos, pudieron cumplir con la tarea bastante rápido, aunque se dejaron sus pequeños secretos en ella.

Cuando todo estuvo terminado, salieron de la pequeña fosa que habían decorado y la taparon con con césped falso.

Para la mañana siguiente, Fargan había perdido la noción del tiempo, por estar trabajando toda la noche, pero aún más había olvidado que debía trabajar ese día.

Cuando llegó a la estación, Alex y él estaban casi a juego, en sus caras se notaba la falta de sueño, solo que el más pequeño estaba peor, se notaba que había empezado a descuidarse, comiendo menos, tal vez.

El día de trabajo fue muy duro, tal vez por la poca paciencia que caraba el stormtrooper o las ansias porque acabe del búho.

Como el día anterior, el jefe de los policías, Alexby, delegó todas las tareas que pudo para seguir investigando a la hermandad oscura, esta vez centrándose en el trabajo de campo: investigando todo el pueblo, cada lugar en el que la hermandad estuvo presente.

Aprovechando que el más bajito no estaba dando vueltas, escribió la carta que sería detonante para que todo el plan se lleve a cabo. Su letra estaba un poco desprolija por el cansancio, pero era entendible y difícil de reconocer así que le bastaba así que la selló en una carta.

En un momento de patrullaje, escapó hacia la casa de Luzu, dispuesto a hablar con él.

- Hombre, Fargan, sopa de veneno, que te trae por aquí? Espero que no estés pensando en poner una mira- Dijo algo alegre al verlo atravesar su muralla, aunque realmente estaba pensando en cuándo fue que desactivó sus torretas.

- Luzu, compañero, vengo con el tiempo justo, porque me escape del trabajo, pero quiera pedirte un favor para solucionar lo que ya sabes.

- Claro ¿Tienes un plan?

- Si, ya lo he pensado y preparado todo, solo me falta un pequeño detalle, necesito que le des esto- Dijo sacando la carta de su bolsillo- a Alex

- Se la doy así nada más?

- No... De hecho, te lo pido a ti porque eses Luzulas, necesito que lo enganches en una flecha y lo claves cerca de él, cosa que lo va pero no lo dañe ¿Crees que podrías hacer eso sin que te vea?

- ¡Por supuesto! Cuenta conmigo, luego me dices cómo te fue.

- ¡Claro, muchas gracias Luzu!

- No hay de qué, ahora vete antes de que te echen en falta.

- Sisi, nos vemos y gracias otra vez.

Se despidieron y el policía bajo felizmente las largas escaleras que tenía el chico evil hasta el pueblo para, finalmente, volver al trabajo.

Cuando terminó su jornada laboral, todo el sueño que tenía se desvaneció. Estaba tan nervioso que podría saltar por todo el lugar sin problemas.

Se dirigió hacía donde debía esperar a su enamorado, escalando la montaña en la que su cartel de pedida de mano se encontraba, solo que lo hizo unos metros más atrás.

El lugar donde se declararía era una habitación incorporada en la montaña por la que se entraba por unas escalerillas, que era las que él usaba, o por el pasillo que Alex usaría, el cual no había llegado a ver en ningún momento.

Estuvo tan ocupado que simplemente tuvo que confiar en sus hermanos y permanecer en la decorada sala que él preparó, teniendo una pequeña mesita con algo de agua y comida, además de un par de sillas.

Una vez entro, se puso a ultimar detalles y a leer el discurso que Dulce le preparo para que nada salga mal, dispuesto a esperar ahí al más pequeño.

Una vez entro, se puso a ultimar detalles y a leer el discurso que Dulce le preparo para que nada salga mal, dispuesto a esperar ahí al más pequeño

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(Pequeño plano de lo que hizo cada uno)

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