Mi querido hermano.

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Salimos de casa. Las 11:09. Nos dirigimos a la cafetería que esta al lado de nuestro piso. En el camino me encuentro con mis supuestos amigos.

-Hola, ¡guapota!-me suelta la irritable de Peyton Wassall. Esa chica me hizo la vida imposible cuando era pequeña pero en el instituto, supuestamente, cambio y empezamos a ser amigas.
-¡Cara! Hace que no te vemos una eternidad ¿ha ido todo bien?-Me pregunta mi primer amor. Un chico con ojos verdes, un estilo elegante y una sonrisa perfecta. Nunca le he interesado como novia, aunque si como amiga.
-Se podría decir que si. Todo va a cambiar en mi vida. No tengo tiempo ni ganas de contarlo. Quiero que sepáis que os quiero y todo lo que se dice cuando la gente se despide, pero que en el fondo, solo me habéis traído problemas, así que, que os den.-me despido y mi hermano me coge de la mano para guiarme a la cafetería, mientras nos reímos a carcajadas.

La cafetería es vieja pero no he probado tan buen café en ningún sitio, aparte de que me encanta como huele. Un dulce olor a canela y ese aroma de la tarta de manzana cociéndose en el horno. Nos sentamos uno enfrente del otro. Se le nota serio, y me preocupa.

-Bueno, ahora sí. Suéltalo todo.
-Bien, te lo cuento todo. Aunque supongo que lo sabrás.
-¿Porqué?-me pregunto. La verdad es que no tengo ni idea de lo que se puede tratar. Lo único que sé, es que Lena es una completa inútil y que soy muchísimo más lista que ella.
-Da igual.-me toca el hombro con la mano y sigue.-Estaba en clase de historia y de repente Lena se me acerca. Entonces ella me da una notita donde me cuenta que quiere tener sexo conmigo y un poema. Me estaba riendo a carcajadas, sinceramente, aunque ella no se lo tomo bien. Entonces ahora soy el chico que ha dejado plantada a la chica mas guapa del instituto. ¿Que te parece?
-Woah, ósea que la inútil de la alemana quiere sexo con mi hermano. Dios, a lo que llega la gente para ser el centro de atención. Solo te doy un consejo: déjala que haga ella lo que quiera, básicamente, porque no es buena compañía y como soy tu hermana mayor ya sabes que no quiero que andes con chicas, a pesar que tengas diecisiete años.
-¿Porqué eres tan buena hermana, Cara? Te quiero, enserio. Me encantan tus consejos.-me dice con una sonrisa tonta, que me hace llegar a pensar que no me quiere como hermana y que me podría considerar otra persona. Es mi hermano. No, esta opción esta rotundamente prohibida.
-Yo también, hermano. En el fondo, la verdad, es que no se que sería de mí sin ti.-le contesto, con esa pregunta aún dando vueltas en mi cabeza y le doy un abrazo. Enserio, es lo único que se me ocurre. Esta idea no para de gritar en mi cabeza y esto me pone muy nerviosa.

La ansiada vida de CaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora