One Shots Percabeth

Un oceano de distancia IV

La nota estaba escrita con tinta verde, en un papel floral que parecía hecho a medida.

A la familia Blofis,
¡Qué noche tan divertida! Muchas gracias por abrirme su casa y brindarme una cena y una conversación tan maravillosa. Me lo pasé tan bien y fue un placer volver a verlos a todos. ¡Hagámoslo de nuevo pronto!
Todo el amor,
Bree.

Annabeth devolvió apresuradamente la nota al alféizar de la ventana de la cocina cuando Sally volvió a entrar en la habitación.

—Y todavía tengo este gran libro sobre el desarrollo, de cuando Estelle tenía esa edad, si quieres tomarlo ...

Sally hizo una pequeña pausa. ¿Había visto a Annabeth devolver la nota? Sus ojos volaron del papel a Annabeth, y luego continuó como si nada hubiera pasado.
La mente de Annabeth estaba dando vueltas. Bree había estado aquí. Todos la habían conocido. Todos sabían de ella, ¿por cuánto tiempo? Durante la fiesta de cumpleaños, claro. ¿Qué pensaron de ella? ¿Qué pensó Sally? ¿Y Estee? Annabeth nunca había escrito una nota de agradecimiento en su vida.

Sintiéndose enferma, Annabeth aceptó cortésmente el libro de Sally y fue a buscar a su hija. Grace y Estelle estaban sentadas en la alfombra de Estelle, jugando con Barbies. Annabeth frunció el ceño y se cruzó de brazos, apoyada contra el marco de la puerta, pero no dijo nada. Las mismas palabras haciéndole un molesto eco en la cabeza.
"dioses, olvidé que eras así."
Golpeó suavemente contra el marco de la puerta.

—Hola, niñas.

El rostro de Grace se iluminó por un breve segundo y luego se convirtió en descontento.

—Más tiempo, mamá.

Annabeth suspiró, pero también sonrió.

—Puedes tener otro minuto, bebé.

Estee se levanto rápidamente y abrazó a Annabeth con fuerza antes de volver a la alfombra.

—¿Puedes decirle a Percy que todavía me debe un viaje a la playa?

Las cejas de Annabeth se arrugaron.

—¿No puedes decírselo tú misma? Lo ves más que yo.

Estee arqueó una ceja especulativa.

—¿Yo?

—Um, sí.

Los ojos de Annabeth se posaron en un libro que claramente se había caído de la cama de Estelle. Lo recogió para colocarlo sobre el escritorio.

—Oye, ¿estás leyendo a Nancy Drew? Pensé que todavía estabas en tu cosa del espacio exterior y la naturaleza.

Estelle miró hacia arriba con una expresión de leve disgusto.

—Bree me lo trajo. Fue su favorito. Ella está tratando de agradarme.

Annabeth dejó caer el libro sobre el escritorio como si de repente se quemara.

—Ah

Un centenar de preguntas pasaron por su mente, pero se las tragó.

—¿Estás lista, Gracie?

Grace frunció el ceño, pero le devolvió la Barbie a su tía.

—Él te extraña, sabes...—Estelle no miró a Annabeth mientras hablaba—. Lo oí decirle eso a mi papá.

El estómago de Annabeth se congeló. ¿Qué demonios se suponía que debía hacer ella con esa información?
Observó cómo Estelle ponía chaquetas a las muñecas, usando una concentración estudiada. La frente de la niña de nueve años estaba arrugada, una ligera mueca en su rostro, como si no siguiera concentrada, pudiera llorar.
¿Podría estar mintiendo?