Annabeth cerró la puerta de su apartamento en silencio. Podía escuchar música proveniente de la habitación de ella y Percy. Dejó su bolso, se quitó los zapatos y caminó silenciosamente por el pasillo. Percy estaba sentado en su cama, escribiendo en un cuaderno que estaba sobre una almohada frente a él. Su computadora portátil también estaba abierta junto a él. Annabeth apenas podía oírlo cantar con la música que sonaba.
Ella se apoyó contra el marco de la puerta, mirándolo en silencio por un minuto con una pequeña sonrisa. Percy echó un vistazo a su computadora portátil y continuó escribiendo algunas oraciones más antes de dejar el bolígrafo, levantó los brazos para estirarse y saltó un poco cuando vio la mirada de Annabeth.
—Dioses, Beth —dijo, sin dejar de estirarse—. Me asustaste.
Annabeth se rió en voz baja y entró en la habitación, se quitó la sudadera y la dejó caer a los pies de la cama. Se inclinó hacia adelante y apartó la almohada con el cuaderno. Haciendo todo lo posible por no darle un rodillazo. Annabeth se arrastró hasta la cama y se sentó en su regazo.
—Hola —dijo en voz baja mientras lo besaba suavemente. Él la rodeó con los brazos con fuerza y sonrió.
—Hola —respondió—. Alguien es tierna hoy. ¿Estás bien? —preguntó, metiendo su cabello detrás de su oreja y ahuecando su mejilla. Annabeth asintió, apoyándose en la palma de su mano.
—Solo... te extrañé hoy —dijo Annabeth.
Los ojos de Percy brillaron cuando sonrió y se inclinó para besarla de nuevo. Cuando se apartó, el corazón de Annabeth dio un vuelco ante la mirada de admiración que le dio. Ella sonrió suavemente al sentir que sus mejillas se calentaban bajo su mirada.
—¿Cómo te fue con Piper? ¿Hicieron algo divertido hoy? —preguntó.
Annabeth se mordió el labio cuando sintió una pequeña sensación de pánico. Era ahora o nunca. Ella asintió.
—Tengo algo que mostrarte —le dijo en voz baja.
—Está bien —murmuró Percy, besándola suavemente—. Muéstrame.
Annabeth se mordió el labio de nuevo y asintió. Ella se deslizó hacia atrás de su regazo hasta que estuvo sentada frente a él. Antes de que pudiera arrepentirse, agarró el dobladillo de su camiseta y se la pasó por la cabeza. Percy arqueó las cejas y pareció gratamente sorprendido.
—Mmm —tarareó en voz baja—. Hasta ahora, me gusta a dónde va esto.
Annabeth sonrió y puso los ojos en blanco ligeramente. La broma calmó un poco su ansiedad. Tomó un pequeño respiro antes de moverse y quedar de espaldas a Percy. Ella se apartó el cabello largo, dejando al descubierto la parte superior de la espalda.
—Oh —exhaló Percy. La espalda de Annabeth se enderezó un poco cuando sus dedos tocaron ligeramente el nuevo tatuaje en su omóplato—. Eso se ve muy bien, Beth. ¿Te lo hiciste hoy?
Annabeth asintió en silencio. Le rogó a cada dios que Percy lo descubriera antes de tener que explicarlo.
—Me gusta, creo que... —él se calló—. Espera...
Annabeth casi se tensó, pero se obligó a relajarse. Esperó pacientemente a que él pusiera las piezas juntas. Sus dedos apenas tocaron su piel cubierta con el film transparente.
—Es que ...—susurró, y posó una mano en su cintura—. Annabeth, ¿esa es la constelación de Perseo?
Ella se mordió el labio y se volvió con cuidado. Percy la miró con asombro. Annabeth asintió, observando su reacción. Él abrió y cerró la boca un par de veces mientras trataba de hablar.
—Yo ... —dijo—. No sé qué decir.
Su rostro no mostraba ninguna emoción negativa, pero Annabeth todavía se sentía ansiosa. Ella retorció sus dedos juntos.
—¿Te gusta? —preguntó, con la voz inusualmente baja—. Tuve la idea hace unas semanas y Piper me dijo que debería hacerlo, así que fuimos hoy. Yo, um, pensé que sería una buena idea porque quiero decir, sé que no eres el Perseo pero sigue siendo tu nombre, así que sigues siendo tú y me gustó la idea de tener algo permanente sobre ti conmigo, ¿sabes? Así que pensé que sería una buena idea. Y estoy muy feliz con eso. Así que espero que a ti también te guste.
Annabeth probablemente podría haber seguido divagando, pero Percy le puso las manos en las mejillas.
—Me encanta.
Ella sintió que la ansiedad en su pecho comenzaba a disiparse.
—¿Si? —ella preguntó. Los ojos de Percy brillaron mientras asentía.
—Por supuesto que sí —tiró de ella hacia adelante, colocándola de nuevo en su regazo, con sus brazos alrededor de su cintura—. ¿Te dolió mucho?
Annabeth negó con la cabeza.
—En nuestra escala de dolor fue un mínimo.
Percy asintió.
—Me encanta, Beth —susurró, mirándola—. Me encanta y te amo tanto.
Annabeth sonrió y se inclinó hacia adelante para presionar sus labios firmemente contra los de él. Él suspiro, casi en silencio, de satisfacción, acercándola más. Cuando ella se apartó, apoyó su frente contra la de Percy.
—Yo también te amo —respondió ella.
Percy se inclinó hacia atrás para mirarla y colocar un mechón de cabello detrás de su oreja.
—Yo también necesito conseguir uno —le dijo. Annabeth parpadeó e inclinó la cabeza confundida—. Un tatuaje para ti —aclaró.
Annabeth sintió que su corazón casi se le salía del pecho.
—No creo que haya alguna constelación de Annabeth —respondió, sonriendo.
Percy se encogió de hombros.
—Voy a averiguar algo.
***
Un mes después, Percy llegó a casa con un tatuaje de un ancla en la parte interna del brazo. Annabeth no lo entendió al principio. Todo lo que Percy tuvo que decir fue:
—Cuando estaba en el río Estigio, Nico me dijo que pensara en algo que me anclara al mundo mortal ...
Y Annabeth se había lanzado a sus brazos antes de que el pudiera decir nada más.
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One Shots Percabeth
HumorOne Shots y Fics de Percabeth traducidos, otros hechos por mi, solo con el fin de disfrutar más de nuestro otp