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Caos... Siempre había escuchado que mi vida estaba relacionada con el caos, desde los primeros años de mi vida, desde que paso el incidente del cual sigo sin comprender como sigo aquí viva.

¿Qué es el caos? O mejor dicho ¿Por qué me persigue?

Tal pareciera que solo me persigue porque no debí nacer, desde mi fecha de cumpleaños hasta los sucesos ocurridos de mi vida pareciera que la vida siempre me dice que no tengo lugar en esta historia.

Como en estos momentos... ¿Por qué arde Hogwarts?, ¿Quién ocasiono este incendio?, ¿Por qué no me puedo mover?

Todas esas preguntas me están consumiendo y aunque mis impulsos son de correr, lanzar hechizos para ayudar aquellas personas que están siendo atacadas, invocar una lluvia para que calme las llamas... No puedo... Ni siquiera puedo girar mi cabeza, simplemente veo el castillo en llamas como si fuera una advertencia.

Si me preguntaran como se siente, es como estar debajo del agua, esa sensación de ahogo, se siente tan real pero a la vez tan falso como si ese panorama fuera de otro lugar en el cual ya he estado.

— ¡____! — Giro mis ojos para ver a la persona que se acerca para ver que me sucedía, ni siquiera logro conocer a aquel chico de gafas que comienza a agitar mi cuerpo, sus ojos me demuestran la preocupación — ¡Despierta! —

Siento mi cuerpo ser zarandeado en un intento desesperado para que me mueva, pero aunque mi instinto de supervivencia me dice corre, mis piernas parecen estar pegadas al suelo. Lo ultimo que puedo ver es como una gran piedra viene hacia nosotros.

El impacto de la roca contra mi cuerpo y luego...

Veo el techo de Hogwarts intacto, mis pulmones inhalan todo el aire que les es posible, puedo ver mis manos cubriéndome de algo inexistente.

— La clase se cancela, salgan todos y nos vemos la siguiente sesión, respira, ¡____!, respira no, no te duermas — El rostro del profesor Dumbledore lucia igual que el de aquel chico desconocido.

A pesar de sus palabras no pude mantenerme despierta porque mis ojos rogaban porque los cerraba, aunque fuera un instante.

A pesar de sus palabras no pude mantenerme despierta porque mis ojos rogaban porque los cerraba, aunque fuera un instante

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— Ya, ya está despertando —

— Newt, cálmate, ya te dijeron que está bien, sino dejas de temblar te voy a amarrar a la silla —

— Perdón... —

Abrí los ojos que me pesaban mas que todos los libros juntos, tuve que parpadear varias veces para acostumbrarme a la luz de la enfermería, al girar mi cabeza pude ver como Leta y Newt me miraban como si una enorme rama me hubiera salido de la cara.

— No me digan que Abbott cumplió con su promesa de que me salgan ramas — Ambos negaron con la cabeza por lo que solté un suspiro de tranquilidad — Entonces quiten esas caras que parecen que hubieran visto alguien morir —

Te encontré ( Newt Scamander y tú )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora