Capítulo 3 - El nombre

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El árbol conocido como Coil crecía generosamente, con un tallo fuerte y brillantes hojas verdes alcanzó la altura de 2 metros. Ren vestía una manta anudada por las esquinas en su hombro y sus cuidadores estaban reunidos a su alrededor, mudos y pensativos. Había pasado un mes desde la llegada de Ren, en ese tiempo aprendieron mucho sobre los humanos y él hizo lo mismo con ese mundo.

Entendió que los espíritus del bosque: seres que nacen y son parte del mismo, cuidando el equilibrio. Solían vivir en el centro del bosque de los elfos hasta que se desató una guerra contra los demonios. Al final dejó al bosque tan dañado con miasma que fue imposible para la mayoría de las criaturas sobrevivir.

Las que sí lo lograron se convirtieron en criaturas corrompidas y el bosque se volvió un nido para monstruos y otros demonios inferiores. Para los espíritus fue igual, el miasma los mataría y por eso necesitaban a Ren. El Coil necesitaba maná para crecer y Ren poseía el maná, era un trato que ayudaba a ambas partes. Sin muchas opciones en su mano, esperaría hasta el día en que pudiera salir y buscar a su familia.

Sin embargo, ahora los espíritus se enfrentaban a un nuevo dilema.

–¿Qué tal... Fuwa?

Tierra alzó a Ren y le picó la panza dándole cosquillas.

–Es blando como una gomita. Fuwa. Fuwa.

[¡Deja de nombrarme como comida!]

–No me gusta, dejémoslo como cría, responde bien por ello, ¿no Cría?

Ren lanzó una mirada furtiva a Fuego.

–¿Ven? Volteó.

–Será Fuwa.

–¡Shiro! –Agua se lo quitó de los brazos– Como su cabello.

[¡No soy un perro!]

Una ráfaga se lo arrebató, Aire lo lanzó por los aires y lo atrapó.

–Si es por color que sea Aoi, sus ojos son igual a un cielo de tormenta.

–También podría ser Midori.

–Pink.

–Kuro.

Empezando a nombrar colores, no hizo más que suspirar. El nombre no podía importarle menos. Vio la barrera de luz que el Coil producía como un domo a su alrededor, calculó unos 4 metros de radio y se fijó en los pares de ojos rojos más allá, brillaban en el borde del claro en la parte que los árboles torcidos y contaminados de miasma comenzaba. Debía encontrar una forma de atraer a humanos u otra raza; aunque los espíritus trataban de cuidarle, fue un milagro que sobreviviera en ese lugar.

–Está frunciendo el ceño –comentó Fuego.

–Creo que está cagando.

Abrió los ojos decepcionado. ¿Cuánto faltaría para encontrar ayuda?

–Oh, terminó de cagar.

[¿Quién rayos está cagando?]

–Caga mucho.

Abrió su boca indignado y frunció su ceño al no poder hablar aun.

–Whoa, lo hiciste enojar –se burló Aire de Tierra.

–Podríamos llamarlo Caqui –comentó Tierra en burla.

[Ni muerto me pondrán así.]

Balbuceó y soltó una sarta de sonidos, sus intentos fallidos por hablar los emocionó, creyendo que le había gustado. Fuego no concordaba, dio un paso entre Ren y los demás. Su rostro expresaba su disgusto.

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⏰ Última actualización: Oct 20, 2020 ⏰

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