IX (Maratón 1K I/II)

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No podía creer lo que el beso fue capaz de hacer, no me sentía listo de esto, de declararle a Nancy que esto era una mentira, apenas cuando un rayo de alegría se contemplaba en su cara

3 días, 3 putos días, el maldito de Richard me dejaba todo el trabajo en 3 días.

Como lo haría? Atravesé el portal y trataría de decirle a Nancy la verdad.

•••

Toque la puerta de la casa de Nancy 3 veces, el numero 3 hacia que me pusiera nervioso cada vez que lo menciono.

"Oh Michael, que alegría verte, pasa" Saludó Nancy.

"Gracias Nancy, ¿Como, como haz estado" Pregunté algo nervioso.

"He estado de maravilla gracias, y tu?" Preguntó ella con una gran sonrisa. "¿A que se debe tu visita?"

Mierda.

Mierda.

Mierda.

No estaba listo. Ella me miraba con sus ojos grandes y no podía decir algo, ni siquiera podía decir la letra a.

Trague saliva en seco.

"Recuerdas mi intercambio a Londres?" Me excuse. Soy un puto maricón.

"Si. ¿Que pasa con el?" Dijo Nancy con mirada triste.

"Me tendré que ir en 3 días" Dios esto es muy feo.

Si veo que Nancy esta triste. No quiero saber como estara cuando se entere de la verdad.

"Michael, se que son muy pocos dias los que te conosco, pero quiero decirte o más bien confesarte unas cosas antes de que te vayas y no lo sepas" No!

"¿Si?" Que no sea esa frase por favor.

"¿Tu, tu me gustas" Mierda No.

Y ahí me quede, Richard tenia razón. No debí haber sentido cosas por Nancy ninguna vez. Ahora todo se había ido a la mierda.

Yo la mire a los ojos, y ella miro a los mios buscando una respuesta. Me fui acercando a ella, ella solo se dedico a cerrar sus ojos, al igual que yo. Y paso de nuevo.

Nuestros labios se juntaron plasmando un beso. Que a los segundos fue incrementándose de fuerza y pasión. Nancy abrió sus labios y nuestras lenguas jugaban, una atacando a la otra en una guerra de amor.

Nancy abrió el cierre de mi sudadera y con ayuda mia lo quito. Yo solo metí mis manos dentro de su blusa, acariciando su cintura. Y con ayuda suya, se la quite.

"Yo también te amo Nancy"

Coloque las piernas de Nancy alrededor de mi cintura y me dirigía a su cuarto. Al llegar la recoste en su cama con suma delicadeza para que no llegara a golpearse, me senté en la cama y ella se puso sobre mi.

Esto era malo, yo no debía hacer esto.

Comencé a besar su cuello y ella metió sus manos dentro de mi playera, tocando mi abdomen el cual estaba un poco marcado. Empezó a alzar mi camiseta y yo la retire de mi cuerpo.

Una cosa llevo a la otra y terminamos de una manera que no es buena de contar.

"Ángel" | Michael CliffordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora