"Ángel" | Michael Clifford

XI

...

Han tenido esa sensación de estar en una pesadilla, pero todo sucede en la vida real?

Creanme, no se siente bonito. En cambio, es un horror.

Pensar que todo iba bien y ahora Richard lo arruino me provoca nauseas. Pero no es su culpa. Todo es culpa mía, por ahorrarme este discurso en el tiempo que debía.

Todo fue por amor.

Un silencio incomodo ganó lugar en esta situación.

"Michael, ¿Quien es el?" preguntó una Nancy asustada.

"Que grosero ha sido de tu parte al no presentarme Mickie, Nancy, soy Richard."

"¿Como sabes mi nombre?" chilló Nancy retrocediendo un paso.

"Michael, te dije que le hablaras la verdad"

Mierda, no.

"Me estoy confundiendo. Michael ¿Quien es el y de que habla?"

"Anda Michael, hablale a la pequeña Nancy sobre mi y que lo que ha vivido es una puta mentira!"

"Cierra la puta boca Richard! Tu no eres nadie para levantarme la voz"

"No digas nada, después te puedes arrepentir..." menciono Richard levantando una ceja.

Creanme, no me estoy arrepintiendo de nada.

"¿Que me pueda arrepentir? Por favor Richard, desaparece de aquí, eres una puta molestia. Harías un gran favor.

"Un favor para quien, para el maricón que tengo de frente que no habló nada por miedo a que dicha persona huyera de el?"

"Ya Basta! Todo seria más fácil si tu no estuvieras aquí!"

"Hubiese sido más fácil si TU!" dijo Richard apuntándome con su dedo índice. "No hubieses desperdiciado tus putos días con tus mariconadas y follandote a la perra que tienes aquí!"

Eso basto para hacer algo de lo que jamas me arrepentiré.

Lo golpeé.

Pero el se vengó. El tenia poder en mi.

Sentí un gran dolor en mi espalda, a la altura de mis costillas, como si estuviera sacando algo de mi piel a la fuerza. Me arrodille, gimiendo y gritando del dolor, era muy fuerte, la sangre corría por mi espalda y voltee a verla a ella. Mantenía su boca tapada con sus 2 manos y los ojos llenos de lágrimas. Estaba horrorizada por el show que Richard y yo teníamos.

Uno.

Dos.

Tres a siete piquetes en mi espalda.

Decenas, centenas, miles, muchos.

Y se extendieron.

Miles de frases vinieron a mi mente. Pero solo 2 de ellas se plasmaron en toda mi cabeza.

"Tuve la necesidad de salvarte."

La frase con la que detuve a Nancy, la chica que estaba frente a mi y a la que me asignado para salvar e irme a tierra prometida. Y saber que diciendo esto, terminaría en un grave lío.

"Eres como un ángel. "

Lo que Nancy mencionó y al segundo quede horrorizado, como ella lo estaba ahora. Horrorizado por no saber si ella me había descubierto o por el hecho de que la salvé para que no fuese atropellada. Cuando eramos buenos amigos, porque después de esto no se que sucederá con nosotros. Pero nunca hubo algo mas después de aquel te amo que nos dijimos antes de hacerlo.

Creo que nunca me perdonare esto, ni ella me lo perdonará, ni el mismo mesías y ni el mismo Dios lo podrá hacer.

Las pocas fuerzas que me quedaban debido al gran peso y dolor que sentía en mi espalda, no me mantuve mucho tiempo arrodillado y caí de pecho.

"Michael!" escuche el grito femenino y mire como ella venia corriendo hacia mi. Me tomo del rostro y me abrazo. Yo también la abrace y empecé a llorar.

"Nancy" solloce en su oído "Soy un ángel"

Y al decir esto pude sentir como el peso de mi espalda de hizo mas ligero.

Mi sombra asomaba algo fantástico. Unas alas en ambos lados de mi cuerpo.

Nancy me miro con algo de asombro en sus ojos.

"Que?"

"Soy un ángel Nancy" solloce una vez más. "Perdon por toda la mentira en la que haz estado viviendo todo este tiempo. Pero no fue para hacerte perder el tiempo, fue para ganarme un lugar en el paraíso. Lamentablemente todo se fue a la mierda."

Richard miraba la escena con una de sus sonrisas cínicas. Maldigo la hora en que me asignaron a Richard.

"Michael..." menciono Nancy al borde de lagrimas, pero la interrumpí.

"No Nancy, no lo lamentes. Tu en este momento deberías estar feliz, esa era mi misión... Hacerte feliz, me dijeron que habías caído en depresión después de la perdida de tus padres, por eso aparecí el día que te quisiste suicidar tirándote de aquel puente."

"Michael..."

"Y el día que saliste de aquel supermercado, no fue casualidad encontrarme contigo, debí salvarte también porque estabas a punto de ser atropellada y cuando me dijiste que era como un Ángel, sentí miedo. Miedo a que me descubrieras. Mirame ahora."

"Esto es mi culpa" dijo Nancy sollozando. "Si tan solo..."

"No fue tu culpa Nancy, ni fue culpa de Richard. Todo es culpa mía, no acate las reglas y me enamore de ti, no fue u error y no me arrepiento de nada. Fusite la primera persona de la que me enamore, aun estando muerto. Solo pido que no me olvides." dije tomándole las manos. "Recuerdas aquella canción de tu dueto de robots?" pregunte sonriendo a pesar de las lágrimas. "Aquella que hablaba de porque no jugar? Pues me arriesgue, sin pensar lo que pasaría, pero ahora estoy pagando las consecuencias, y lo merezco."

Nancy toco mi mejilla y trato de borrar las lágrimas y el rastro que había de ellas en mi cara.

"Nose como agradeceré el haberme encontrado contigo Michale, se que no es el tiempo adecuado ni soy la perdona indicada, pero siempre habrá algo entre nosotros, aunque me duela no poder verte, sabré que siempre estarás a mi lado, despertaste algo que nadie había hecho nunca en mi vida."

"Solo espero que nunca me olvides, seas paciente y el iia que el cielo te llame, te esperare con los brazos abiertos, al igual que 2 personas que te aman y no han dejado de estar a tu lado, aunque no los mires."

"Podria esperar toda una eternidad si la recompensa fuera encontrarme contigo de nuevo."

"Basta de mieles y algodones de azúcar. Clifford, nos largamos."

Trage en seco.

Iba al cielo, pero supe que el amor que ambos sentimos nunca morirá si ella no me olvida.

La abrace como nunca lo hice.

"Te amo Nancy. Nunca lo olvides, algún día vendré por ti."

"Y yo esperare con ansias ese día."

Le di un largo beso de despedida, me separe y me puse de pie andando hacia donde Richard.

Volteé a donde Nancy y ella solo asintio en forma de acceder a irme, extendí mis alas y me eleve un poco, ella me miraba desde abajo y yo puse mi mano en el pecho.

"Te amo, mi ángel" dijo una Nancy devastada por esa mala despedida, pero feliz por los recuerdos y el amor que nunca olvidaria.

Estamos tomando un largo camino a casa Michael.