[T R E I N T A -Y- S E I S]

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Limpio mi rostro por tercera vez desde que subí al auto.

Siento vergüenza de mí mismo. Soy tan estúpido.

Nadie se atrevería a tocarme.

Hemos esperado que sea una hora tardía, donde no puedan reconocernos en caso mi madre haya decidido extender la noticia y dicho que fui secuestrado o quién sabe qué tontería habrá inventado. La noche cae sobre la ciudad, me puse un suéter grueso porque tenía mucho frío.

—Lo siento —murmura.

—Como sea, todo es mi culpa.

Sigo con el juego que tenía mucho antes de instalar esa aplicación para hacer amigos o algo así, ya no quiero pensar en ella.

—No es así.

—Joel, deja de hablar y sigue conduciendo —pido tratando de que mi voz no salga rota.

Al parecer él no opina lo mismo.

—Erick... tú me gustas —confiesa tomándome por sorpresa ahora que lo manifiesta de manera más directa.

—Y-Yo...

—Déjalo, solamente quería que lo supieras por si... —se calla antes de continuar—. ¿Sabes qué? Olvida todo esto, solo quédate con la parte de mi pobre confesión.

Sonrío un poco por el tono que usa.

Pero no respondo. Jamás me había gustado alguien, y yo tampoco he sido la primera opción de otros. Esto es nuevo para mí.

Sinceramente no sé a dónde vamos, pero ahora mismo iría hasta el fin del mundo con él si de esa forma estamos seguros.

Ay, mierda.

Me pongo cursi por primera vez.

Siento mis mejillas arder por el sonrojo que me causan mis pensamientos.

—Dormiré un poco —aviso dejando el celular dentro de la guantera.

—Está bien.

Subo las piernas girándome hacia el lado de Joel, acerco mis brazos hacia mi pecho y cierro los ojos. En cuestión de segundos quedo profundamente dormido, soñando que soy feliz.

///

—Er, ya llegamos.

—Déjame —balbuceo girando, lo que es mala idea porque fue tan brusco el movimiento y termino golpeando mi cabeza contra la ventana—. Mierda.

Formo un puchero involuntario cuando Joel empieza a reír. Sobo la zona adolorida, llevo las manos hacia el seguro del cinturón para quitarlo, pero ya no estaba puesto.

Nuestro gran equipaje consciente en dos maletas de tamaño mediano, ambas de Joel porque nada es mío. Busco mi celular y una vez que lo encuentro guardo el aparato en el bolsillo delantero del pantalón. Caminamos hacia lo que parece ser una casa pequeña y al parecer alejada de la ciudad.

—¿Vas a secuestrarme?

—Si de esa forma estás seguro, probablemente sí.

Es un idiota.

Nos detenemos en la puerta luego de que Joel golpeara tres veces. Me balanceo un poco. Al final aparece una mujer de edad avanzada sosteniéndose de un bastón.

—¿Joey? ¿Eres tú?

Miro confundido a Joel, hasta que se agacha a dejar las maletas sobre el suelo y camina en dirección a la viejecita.

—Hola, abuela. 

***

Esta historia la quiero terminar lo más pronto posible, por esa razón últimamente actualizo más de tres capítulos en un mismo día. 

Y de forma honesta, jamás creí que Joel tendría una abuela xd

Besos.


Ganaste un amigo || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora