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Me considero a mi misma una de esas personas que siguen adelante sin importar que tan grande sea la roca con la que tropiezan, caigo, me sacudo el polvo y sigo caminando. 

Pero existen días como el de hoy, en los que no me apetece hacer nada. 

No sabría decir por qué, pero hay días en los que lo único que necesito es pasar todo un jodido día en la cama para reponer las fuerzas que he gastado y mentalizarme para poder seguir caminando. 

No digo que me pase llorando y lamentandome todo un día para hacer como si nada al día siguiente, lo que digo es que no me apetece hacer nada, literalmente.

No me pasa muy seguido, pero cuando me pasa, todo se vuelve tan insignificante como la araña que vive debajo de la cama. 

Así que el martes, mágicamente se convirtió en el insignificante martes, con la insignificante Elle tendida en su insignificante cama, recibiendo insignificantes mensajes mensajes de diversas insignificantes personas a las insignificantes 10 de la mañana. Soy conciente del hecho de que tuve que haber estado en la insignificante escuela a las insignificantes 6:30 de la mañana, pero, como ya dije, no me apetece, así que llevo tres insignificantes horas y media escuchando la insignificante alarma sin apagarla por el simple hecho de que no me apetece estirar mi insignificante brazo para apagarla. 

La insignificante pregunta aquí es: donde está mi insignificante madre? 

Y la insignificante respuesta sería: Abrió la insignificante puerta de mi insignificante habitación cuando mi insignificante alarma sonó por segunda vez y volvió a cerrarla sin pronunciar ninguna insignificante palabra.

Fue un día insignificantemente aburrido, pero no hice absolutamente nada. 

No hice ni un insignificante movimiento cuando me di cuenta de que James entraba por mi insignificante ventana. 

-Por qué no fuiste a clase hoy?- Tampoco hice ningún insignificante movimiento ni sonido ante esta insignificante pregunta. 

-Es por lo de anoche?- Silencio. 

-Si es así, lo siento, no creí que fueras a ponerte así- Esta insignificante oración, fue la que me sacó de mi insignificante y cómodo aturdimiento, por primera vez desde que me pasa. 

Es extraño, las primeras veces mamá me gritaba, pero de todas formas no reaccionaba, no puedo creer que esté reaccionando a las palabras de este insignificante ser. 

Aclaro, reacciono por el jodido e insignificante tono de voz que utilizó, es realmente detestable. 

-Largo- Mi voz suena algo ronca por no usarla en todo el día, no hago ni un insignificante movimiento, sólo digo las insignificantes palabras. 

-Eh?- Si hay algo que odio mas que el huevo, es repetir las cosas, en casos especiales, como cuando sé que la persona realmente no me escuchó, lo repito si no es así, pueden meterse su repetición por donde les quepa. 

Como soy una persona tranquila y en este momento todo me parece insignificante, lo único que hago es gritar de nuevo mis insignificantes palabras, no recomiendo que griten la segunda palabra que digan en el día si no han tomado siquiera un vaso de agua. 

Sé que Brown estará jodidamente hermoso si lo viera, pero en este insignificante momento no quiero hacer ni un insignificante movimiento, por lo que sólo escucho que sale y sigo con mi insignificante tarea de simplemente existir. 

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Honestamente, no tengo ni idea de lo que estaba pensando cuando se me ocurrió escribir esto, así que si les gustó denle estrellita, si no pues no. 

Agradezco el hecho de que siquiera lo lean y espero poder continuar escribiendo. 

Aviso: Este capítulo no está siquiera revisado, antes de subir cap siempre reviso, pero esta ves me dio weba así que si encuentran errores me disculpo. 

Medes pido.

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⏰ Última actualización: Oct 27, 2020 ⏰

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