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ㅤ El reloj marcaba las una de la madrugada cuando llegó a casa.
Abrió la puerta y caminó despreocupado hacia la sala, donde se encontró a Minho dormido en el sofá. En el televisor resplandecía la imagen congelada de una de las escenas del film Holocausto Caníbal. A Chris se le cruzó por la cabeza que los demás ya estaban durmiendo, y por la cantidad de portavasos que había en la mesa, dedujo que Minho estaba acompañado. Justo en ese preciso momento, Changbin salió de la cocina con dos botellas de cerveza en sus manos.
─ Hyung, al fin llegas. ─dijo bajito, como si quisiera evitar que Minho se despertara. Sin embargo, se despertó sobresaltado cuando Chris dejó caer su mochila al suelo. Ambos lo miraron. Changbin dejó ambas bebidas sobre la mesa y posteriormente se perdió en la cocina con la excusa de que buscaría otra botella para él.
Minho, con la mejor de las intenciones, se puso de pie mientras tomaba una de las botellas de la mesa y caminó hacia el líder con los brazos extendidos. ─Buenas noches, hyung, y feliz Halloween.
Chris no perdió tiempo. Le arrebató la botella de la mano de una manera violenta, observando primero la mueca de molestia que se dibujó en el rostro de Minho, la misma que fue inmediatamente reemplazada por el terror en su máximo esplendor mientras Chris elevaba la botella en el aire. Y la reventó en su cabeza. Los vidrios estallaron, saliendo disparados por todos lados con tanta potencia que incluso llegaron a lastimar a Chris, quien cerró los ojos con fuerza al sentir el impacto contra el cuerpo del contrario. Se sintió como en una película; todo pasó en cámara lenta, siendo perfectamente capaz de observar los pedazos de vidrio y las gotas de sangre suspendidos en el aire. Cuando el cuerpo de Minho se desplomó en el piso, Chris se despertó. Tenía el resto de la botella en su mano derecha, y temblaba tanto que apenas podía mantenerse de pie. Cruzó miradas con Changbin, quien como fantasma apareció de repente en la sala. Nuevamente actuó de manera rápida, con un movimiento tan eficaz que Changbin ni siquiera lo vio venir. Lo tomó del cabello e inclinó su cabeza unos 140° hacia la izquierda. Le sonrió mientras le incrustaba la botella rota en el cuello. El vidrio penetró su piel de una manera tan limpia que Chris no pudo evitar reír de puro gozo mientras la sangre hacía una magnífica aparición.
El cuerpo de Changbin se balanceó hacia atrás, lentamente perdiendo por completo la estabilidad. Chris lo observó a los ojos en el preciso instante en que se desplomaba en el suelo, y podía jurar que fue capaz de ver cómo su amigo luchaba por aferrarse a la vida que se le escapaba inexorablemente. Sus miradas no se desprendieron en ningún momento. Las grandes manos de Changbin presionaban inútilmente el hueco en su cuello. La sangre llegó a teñir gran parte de su ropa, y no tardó en ensuciar la alfombra. Chris se arrodilló ante él. Lo observó con una sonrisa tranquila mientras tomaba su mano temblorosa entre las suyas. Al ver sus ojos de cerca, lo sintió tan vacío que le dieron ganas de llorar. Tantos momentos compartidos se escapan; los buenos recuerdos, aquellos sentimientos de primavera… todo se escapa. En sus ojos no quedaba más que miedo y tristeza. Y, de repente, en sus ojos ya no había nada. No había brillo, ni siquiera miedo. Los ojos de Changbin se apagaron, y Chris supo que ya se había ido. Así, con esa sonrisa triste en su rostro, se acercó más a su amigo y lo envolvió fuerte entre sus brazos. Sintió su calor antes de que se escapara también. Besó su frente con tanta delicadeza que apenas lo sintió, y luego le cerró los párpados. Estaba durmiendo. Su respiración cedió, al fin estaba descansando. Chris lo admiró con sus ojos brillosos y aquella sonrisa llena de orgullo, y mientras sostenía su mano, susurró: ─Te veré luego, descansa.
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HERE'S YOUR FUCKING HALLOWEEN
TerrorInsistieron tanto, que Chris no tuvo más opción que brindarles el mejor (o el último) Halloween de sus vidas. finalizada. prohibida su copia/adaptación