🥀 ; Capítulo 3

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— Gracias por tus cuidados, hermano Reiji, me aseguraré de no ser una molestía.

El vampiro más joven estaba por realizar una reverencia, sin embargo, fue detenido cuando las palabras tajantes salieron de la boca de su hermano: — Tu presencia ya lo es.

El cenizo asintió suavemente en una demostración de paciencia y contestó con voz clara.

— Lo lamento pero no me iré pronto, eso es seguro.

Había un tono de determinación en su habla, aquel gesto recibió una mirada aguda de Reiji, el cual poseía una mueca de antipatía. Pronto pero sin prisa, él se dio la vuelta y se retiró sin decir otra palabra, mas la mano de su hermano menor tomó el borde de su manga.

El segundo hijo de Beatrix giró su rostro, por un segundo hubo sorpresa en sus ojos, una acción inesperada que fue respondida con la misma expresión, ambos perplejos.

Alguna vez, hace algunos años, un niño sujetaba la manga de otro, ambos con una complicidad tácita en sus sonrisitas las cuales delataban travesuras al porvenir.

— He-

— ¿Qué crees que haces? —se zafa como si hubiera quemado su piel.

Al escucharlo, el otro volvió en sí mismo aunque no lo suficiente, ya que sus labios permitieron que escapara la pregunta: — ¿Por qué me odias?

No tiene sentido.

Hubo un mutismo funerario, la temperatura descendió para el de cabellera clara cuando pudo descifrar la expresión de Reiji. La rabia en sus iris ardían como las brasas de un horno.

— Repugnante.

Fue lo único que oyó salir de la boca del otro, antes de que éste desapareciera. (t/n) contuvo la respiración un segundo antes de exhalar un pesado y casi tembloroso suspiro.

「 Al menos lo intenté. 」

Aunque podía pensar aquello, de todos modos, se sentía abatido. Han pasado los suficientes años para que él mismo haya madurado y ahora puede ver desde otra perspectiva la situación, empero la causa sigue siendo un enigma. Incluso si le da vueltas al asunto, ¿cómo esa situación derivó en un resentimiento tan duradero?

Ingresó a la habitación, su viejo cuarto, de hecho, estaba intacto y fue como viajar al pasado, los estantes con libros infantiles, una mesa de noche con una alarma con forma de carro rojo, hasta sus pequeñas pantuflas bajo la cama. Se rió suavemente, entonces alzó su vista hacia las sábanas, mientras se ponía de pie después de haberse agachado para tomar el calzado, fue cuando sintió un escalofrío.

Sus ojos se abrieron con plena perplejidad, volvió a colocarse de cuclillas y observó con detenimiento.

— ¿Estos son...?

Deslizó la almohadilla de su dedo por la superficie y las agujas colocadas con severo esmero casi le bajan la presión. Una gota de sudor frío recorrió su frente y contuvo cualquier palabras que estaba por decir. Si hubiera estado un poco distraído se habría sentado en ese mismo lugar.

「 Parece excesivo. 」

El hijo de Akiyo revisó toda la habitación, no encontró otra cosa peligrosa, aunque los dibujos hechos con crayones de él siendo ahorcado con una cuerda supuso que solo entraban a la categoría de raro. Evitó el extraño sentimiento de intranquilidad y cambio las sábanas del lecho, entonces comenzó a desocupar su maleta.

— Dónde...

Hasta que no encontró su celular por ninguna parte, revisó dos veces todos los lugares antes de levantarse y evocar su santa paciencia para salir. Entonces, lo primero que hizo fue recorrer los pasillos, supuso que estaría bien también dar un recorrido por la mansión, sus recuerdos eran un poco difusos. Casi como memorio motoro, sus pies lo guiaron hasta un lugar, el lugar en el que estaba colgada aquella pintura que le causaba pavor en su infancia: Cordelia. El retrato de una de las esposas de su padre, ella siempre le había provocado miedo, se le ponía la piel de gallina ante cada una de sus miradas. Alguna vez, mucho tiempo atrás, la llamó "bruja".

—¿Qué haces aquí?

—Hermano.

Él giró su rostro al escuchar a su hermano menor, el cual le responde con una mueca mientras observa aquel recuadro.

—Ahora tu voz suena verdaderamente horrible —se burla de él, Laito dirige su mirada al mayor, antes de añadir—. No la mires demasiado, no lo vales.

Siguió su camino, golpeando su hombro contra el de (t/n) cuando pasó a su lado, alejándose despreocupado.

「Se me olvidó preguntarle sobre mi celular

El cenizo lo perdió de vista y negó con la cabeza al percatarse de su oportunidad perdida, después de darse un tour propio, se sentó en el sofá de la sala principal. Fue cuando, desafortunadamente, se encontró con Subaru.

—Subaru, hola de nuevo. Disculpa, ¿haz visto mi-? ¡Oh! Ahí lo tienes.

El tercer hijo de la familia se animó al ver al vampiro más joven sujetar el móvil, la carcasa gris con algunos stickers eran absolutamente familiares. Ni siquiera quiso cuestionar por qué lo tenía, solo lo quería devuelta. No obstante, el contrario parecía ignorarlo.

—Subaru, ¿me lo puedes dar? Por favor.

Extendió su mano cuando estaba a una distancia prudente, entonces recibió la mirada escarlata, tuvo un presentimiento ominoso, pero se esforzó por seguir sonriendo.

Subaru dio un paso hacia él, entonces su mano se colocó sobre la suya y apretó hasta formar un puño, destrozando con facilidad el aparato, dejando caer los restos en la palma del otro.

「No estoy enojado

「☆」

está enojado.

🥀 Lunes, 24 de junio del 2024.

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⏰ Última actualización: Jun 24 ⏰

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