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Octubre 3.

"Prrrr"

Sonaba la alarma avisando que las clases habían finalizado, Akaashi estaba perdido en sus pensamientos, sin darse cuenta que finalizaron las clases y todos se estaba retirando hacia sus casas, otros estaban con sus amigos y otros se iban de paseo con sus amigos. A Akaashi no le importaba eso, el no era una persona de hacer muchos amigos, y tampoco le daba bien hacerlos. Daba respuestas cortas o contestaba con un "Si" "Está bien" "Ok" así que las personas lo consideraban alguien aburrido y despreocupado de todo.
Akaashi no se consideraba así, simplemente no le interesaba, y hablaba cuando tenía quep hacerlo.

Oi, Akaashi, tienes que irte a tu casa.

Hablaba su compañera de asiento. Akaashi despertó de su transe y miro alrededor, no había casi nadie, solo dos o tres chicos. Asintió hacía la chica, ordenó sus cosas y se dispuso a irse.

El chico se dirigía hacía el gimnasio, le había pedido permiso al profesor para usarlo cada vez que terminarán las clases, el profesor acepto con tal de que limpiará y cerrará el gimnasio cuando se iba.

Llegando al gimnasio, abrió la puerta y dejo su bolso al costado de la puerta. Agarro una pelota de volleyball de el cesto de pelotas. Se colocó mirando hacia la pared, y hacia unos pases, mirando fijamente a un punto. Pensaba en una cosa que siempre se le venía a la mente.

"Aburrido"

Todo era aburrido para Akaashi, ¿Que podía hacer? No tenía amigos, no se llevaba bien con sus padres y nisiquiera estaban en casa. Todos los días era lo mismo, despertar, clases, gimnasio, casa, cenar, estudiar, dormir. Esa era la rutina de Akaashi que siempre cumplía.

...

Ya había pasado una hora desde que había llegado al gimnasio, guardo la pelota de volleyball, limpio un poco, cerró el gimnasio y se fue directo a su casa. Repasaba lo que haría al llegar, cenar, estudiar y dormir.
Cuando llego, se quedó mirando fijamente la casa. Era grande, tenía un bonito color, estaba bien cuidada.

"Para que tener una casa tan grande, si estás solo todo el tiempo"

Akaashi siempre pensaba eso, pensaba en alquilar un departamento para si mismo y conseguir un empleo de medio tiempo para poder pagar la renta y los gastos.

— Ya llegué. —

Decía cada vez que regresaba, otra vez, sin respuesta alguna. Sus padres se habían ido un mes al extranjero por cuestiones de trabajo, a el no le importaba si estaba solo, porque estén sus padres o no en el país, casi nunca venían a casa. Los veía casi siempre para cenar, pero tampoco era que charlaban un montón. Las únicas preguntas que lanzaba su padre era "¿Cómo  vas con tus estudios?" El siempre decía que iba bien y nada nuevo en particular, encararlo y decirle porque no preguntaba otra cosa o porque casi no estaban, no era buena idea. Ya que siempre recibiría la misma respuesta "No es de tu incumbencia" Así que no preguntaba y solo contestaba con un "Bien".

...

Termino de cenar, lavo las cosas que utilizo. Y se fue a su habitación a repasar temas que hablaron en clase y hacer su tarea.
Ya pasada dos horas, sus ojos estaban cerrando se, así que acomodo sus cosas, puso la alarma y se fue a dormir.

...

La alarma sonaba, un tono de pájaros sonaba, le agradaba escuchar eso cada vez que despertaba, los consideraba sus compañeros e incluso hacían más ruido cuando esté no se despertaba.
Se levantó, y se puso su uniforme, un pantalón gris, remera blanca y una corbata roja, con un abrigo celeste cielo. Agarra su bolso que estaba tirado en el costado de su cama. Bajo y se preparó su desayuno. Algún café rápido de hacer y tostadas con algo de jalea. Aunque Akaashi sepa cocinar perfectamente, ya que no había nadie que lo haga por el, no quería hacer un desayuno súper elaborado. Se conformaba con lo clásico y básico.
Termino de desayunar, lavo lo que utilizo y salió de la casa yendo a la preparatoria.

" 𝐖𝐞 𝐟𝐞𝐥𝐥 𝐢𝐧 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐢𝐧 𝐎𝐜𝐭𝐨𝐛𝐞𝐫 "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora