UN MES DESPUÉS
Desde esa salida a comer, hemos estado más unidos Dylan y yo, y era algo que me alegraba. Cada día que pasaba, podía darme cuenta sobre lo que sentía cada vez que estaba con él, era un sentimiento increíble. Me sentía: feliz, nerviosa, me sentía yo misma. Con él, podía ser como realmente yo era, podía reír, gritar, bailar, incluso llorar. Era mi primera vez siendo yo misma con una persona, ni con mis padres fui así y eso me llena de duda. ¿Qué tiene de especial él? Eso aún no lo sabía, pero poco a poco mis preguntas tendrán respuestas.
Desde esa salida, hemos adaptado una pequeña rutina, la cual se basaba en: Al salir del colegio, el me acompañaba siempre a mi auto. Esta tarde no fue la excepción y me llevó hasta él.
-Karine, te invito este viernes a una fiesta que habrá en mi casa.
-Mande? – Pregunté.
-Este viernes, habrá una fiesta en mi casa- Suspiró -Mi hermano la hará y estará algo alocada, a mí no me gusta ese tipo de fiestas así que te invito para que no esté solo.
-Ah, está bien... pero ¿dónde vives?
-Yo paso por ti, tu solo estate lista a las 7 en punto- Sonrió- Bueno me iré, debo de dejar en el aeropuerto a mi madre, te veo mañana- Me abrazó para después seguir su camino.
En ese abrazo sentí de todo, me sentí tan feliz que las ganas de gritar llegaron, mi corazón se aceleró y mis mejillas se enrojecieron. Yo al lado de Dylan era feliz y me pude dar cuenta después de este mes de amistad, quizá sea muy poco tiempo, pero no había vuelto a ser feliz después de que mis padres murieron. Ya un mes de conocerlo y saber que soy feliz a su lado, pero aún no sabía exactamente qué era lo que sentía hacia él.
Rápidamente subí a mi auto y cerré todo para poder gritar. Estaba realmente emocionada y feliz, también estaba ansiosa por la llegada del viernes.
Con algo de torpeza, encendí el coche y activé el aire acondicionado, después comencé a avanzar hacia el supermercado. Era martes, segundo día de la semana y aunque no faltara mucho para el día viernes, sentía que sería toda una eternidad para mí, por eso debía mantenerme distraía para no tener ansiedad.
Como era diario, conduje hasta mi trabajo y estuve ahí dentro durante el resto de la tarde. Mientras más avanzaba en la universidad, más tarea me encargaban y pues más tiempo tomaba en hacerlas, por eso había noches las cuales solo dormía unas pocas horas con tal de terminar las tareas de todos los profesores.
Sí, estaba estresada ya que no descansaba para nada bien y me levantaba muy temprano, debía siempre mantenerme positiva, aunque por mi propia cuenta yo no podía, los únicos que me hacían olvidar todo mi estrés era Dylan junto a Sara y Sergio. Ellos eran capaces de lograr quitarme el estrés muy fácil. Durante los días estudiaba aquí en la escuela y trabajaba, mientras en las noches hacía tareas y seguía estudiando, pero ¿Por qué lo hacía? Si esto no era algo que me gustara realmente. Estudio actualmente derecho por petición de mis padres, pero no es algo que me guste y lo que me apasiona es algo diferente ya que amo la literatura y escribir. Recuerdo que de pequeña hice un pequeño libro para un proyecto no tan importante en mi calificación y fue el mejor de mi escuela, desde ahí me di cuenta que era algo que de verdad me gustaba, "el escribir". Hubo un día el cual yo les dije a mis padres sobre esto de la escritura, pero no me hicieron mucho caso y cuando fue la segunda vez que les dije, me lo negaron totalmente diciendo: "si estudias eso, vivirás bajo un puente y morirás de hambre". Nunca me apoyaron bien en lo que de verdad me gustaba y me dijeron "Si estudias derecho, te irá mejor". Así que por ellos estoy estudiando actualmente esta carrera, pero es algo que realmente no me gusta. Ahora que estoy sola, podría cambiarme de estudios, pero no me atrevía y seguía con mis deberes.
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La realidad del mundo
Romansa-Te amo- -Es mi hijo- -Vente conmigo y déjalo- -Quédate por el resto de nuestras vidas conmigo- ¿Que pasaría si todo esto es una mentira?- -Mamá...-