Capítulo 06

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Golpes secos eran los únicos que se escuchaban dentro de aquellas cuatro paredes.

Ni siquiera los espectadores ni el entrenador hablaban, solo miraban con la boca semi abierta la pelea que se llevaba a cabo en aquel ring.

Pero bueno, ¿quién no admiraría a los dos mejores chicos de boxeo de la generación pelear con todas sus fuerzas?

Incluso si alguien que no los conociera realmente no creería que aquel par eran mejores amigos.

¿Por qué razón? Las miradas de odio que compartían en ese momento y los brutales golpes que se repartían eran simplemente anormales.

Hwang Hyunjin vs Bang Chan. Definitivamente una pelea que no acabaría sin alguna lesión.

En uno de los golpes que el azabache soltó, Christopher perdió el equilibrio por un milisegundo. Tiempo suficiente para que Hwang le implantara un limpio puñetazo en la mandíbula, noqueándolo de inmediato.

El australiano cayó dolorosamente sobre el suelo del ring, marcando la victoria del chico con un lunar debajo del ojo, pero este en vez de festejar, su mirada llena de rabia desapareció de inmediato y se agachó al costado de su amigo, tratando de despertarlo.

Fue aquella acción que despertó a los demás del trance, ayudando de inmediato a Bang que poco a poco recuperaba la conciencia.

—Woah, un canguro bebé —susurró Chan con una sonrisa boba mientras acariciaba el rostro de Hyunjin totalmente mareado.

—Sí, sí, lo que tú quieras. Levántate, vamos a la enfermería, mate —respondió el pelinegro ayudando a su amigo a pararse, siendo claramente ayudado por su entrenador, quien repartía algunas indicaciones para sus otros compañeros.

Caminando (o más bien arrastrando) torpemente al australiano que seguía soltando comentarios al azar, pasaron inevitablemente por el salón de ballet, llamando la atención de Jeongin, quien no tardó en salir disparado del estudio para mirar a sus amigos.

—¿Qué fue lo qué pasó? —preguntó preocupado el castaño.

—Solo fue una práctica, no tienes que preocuparte de nada —respondió Hyunjin con una sonrisa adolorida.

—¡¿Cómo quieres que no me preocupe si básicamente Chan está a punto de desmayarse mientras que tú estás lleno de moretones y con el labio roto?!

Hwang se tentó su labio por instinto, soltando una queja al percatarse que efectivamente estaba sangrando. Estaba tan absorto en la pelea que hasta se olvidó del dolor.

Estaba a punto de refutar cuando Bang, soltándose del agarre del profesor y de su amigo para echarse sobre el menor, habló.

—¡Pequeño cisne!

—Hey —habló con un tono molesto Hyunjin, siendo olímpicamente ignorado por su amigo.

—Jinnie puede parecer un simio rabioso y antipático, pero, ¿sabeees~? El otro día él me dijo que le gu-

Y Chan no pudo terminar su frase cuando un leve golpe en su estómago fue implantado por el más alto, callándolo por completo.

Se apresuró a tomar al rubio entre sus brazos para arrastrarlo con más rapidez lejos del más pequeño, sin dar explicaciones ni a Yang y mucho menos a su maestro, a quien no le quedó de otra que disculparse con el menor y siguiendo a sus dos revoltosos alumnos, dejando atrás a un confundido bailarín.

Y Jeongin no estaba confundido por la extraña escena que acababa de presenciar, sino que estaba confundido por el fuerte rubor que abarcó el rostro de Hwang en cuanto interrumpió a Chan.

Y si era sincero, podía jurar que su corazón estaba a punto de salir de su boca.


[...]


—Hombre, me debes un golpe más.

—Te juro que si la enfermera no estuviese aquí, ya te hubiese matado por asfixia.

—Tan malo, ni porque me noqueaste me tienes compasión.

Hyunjin y Chan estaban siendo tratados en la enfermería.

Mientras que el azabache intentaba no rascarse sobre las benditas en sus pómulos, el australiano sujetaba una bolsa de hielo en su cabeza, sintiéndose un poco mejor después de su intenso mareo.

Y sí, aunque estuviesen completamente lastimados, aún se seguían insultando entre sí.

—Christopher...

Bang se tensó al escuchar su nombre "internacional" de los labios de su mejor amigo. Eso solo significa peligro.

Con una sonrisa nerviosa y tragando su saliva fuertemente, Chan le respondió —¿Sí?

—No vuelvas a mencionar eso frente a él, ¿entendiste? —mencionó el más alto con un leve sonrojo en sus mejillas el cual se expandía hasta sus orejas, dejando impactado al rubio —. No te conté eso como para que lo andes divulgando en pleno pasillo. No me hagas arrepentirme de nuestra amistad. Ah, y solo yo puedo decirle pequeño cisne. La próxima vez que te escuche llamarlo así te volveré a noquear, ¿me escuchaste?

Aún impactado, el rubio asintió torpemente sin saber que responder realmente.

Ver una faceta tan vulnerable en un chico como Hyunjin era todo un impacto. Seguramente Chan lo escribiría en el diario de su hermana esa misma noche.

Así que ese era el poder del amor, ¿no?

Días de Juventud | hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora