Odio tu forma de pensar.
Que te tomes la vida como si tuvieras otra de repuesto. Odio tenerte en un altar y que no sea recíproco. Pero, por mucho que te odie, te quiero. Porque?
Porque fuiste el único en estar ahí. Adoro que por las noches no te duermas para ver si tengo pesadillas, que me hagas mi desayuno favorito, que me cantes, me limpies las lágrimas y me recuerdes que siempre serás mi armadura. No eres perfecto, yo tampoco, pero eres lo único que quiero en este puto mundo.