Incentivo

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-¡NOOOO!- fue el grito desgarrador de un niño al ver como un villano atravesaba el pecho de su padre con una espada.

-últimas palabras, héroe Dragneel- dijo el sujeto que acababa de traspasar el pecho del padre del niño.

-jejeje- rió el hombre peliverde, antes de tomar al sujeto por la cabeza y atraerlo a su rostro, aún con la espada clavada en su pecho.

-tú, te irás conmigo- dijo el hombre, antes de abrir la boca y de que esta saliera un llamarada de fuego, calcinando el rostro de aquel sujeto y matandolo.

El pequeño niño vio como su padre frente a el caía de rodillas al piso.

-I....Izuku- dijo el padre en voz baja, el muchacho peliverde reaccionó y se puso frente a su padre, viéndolo con lágrimas en los ojos, no entendía nada, primero iban al hospital para ver que Quirk tenía, al otro iban saliendo del hospital luego de enterarse de que no tiene ninguno y que nunca lo tendrá, luego llegan a su casa y lo ataca un sujeto con una espada, su padre le pide que corra, pero el no hace caso, el sujeto va por el niño para matarlo, pero su padre se atraviesa y es atravesado en su lugar.

El padre toca la mejilla de su hijo y limpia sus lágrimas.

-Cuída a tú madre Izuku- dijo el hombre mientras sangre salía por su boca y pecho, lugar donde aún tenía la espada.

-lo....lo haré Papá- dijo Izuku entre llantos y con la voz quebrada.

El hombre sonrió, acercó a su hijo y puso su barbilla sobre la cabeza del pequeño.

-Izuku, yo sé, que puedes ser un héroe- dijo el hombre, el niño se estremeció ante esa declaración, su padre, el héroe número 6 de Japón, dueño de una compañía multimillonaria que ayuda a los héroes, le había dicho que podía ser un héroe, aún sin tener un Quirk, su padre creía en el.

Lágrimas bajaron por el rostro del pequeño.

-dile a tú madre, que lamento no poder volver- dijo el hombre, antes de toser y caer al suelo a un lado de su hijo.

Izuku vio a su padre, los ojos sin vida del peliverde mayor, junto a una sonrisa en su rostro, Izuku solo pudo limitarse a llorar sobre el cadáver de su padre.

Una frase, grabada a fuego en su memoria.

-Yo sé que puedes ser un héroe-

Las autoridades junto a algunos héroes llegaron poco tiempo después, los había alertado la gran llamarada del padre de Izuku.

Los policías y algunos héroes vieron al pequeño junto al cuerpo de su padre, muchos lo reconocieron como Dragneel, rápidamente llamaron a Inko, la madre de Izuku.

La mujer estaba en una conferencia sobre temas importantes de la compañía, apenas recibió la noticia no dudó en salir corriendo del edificio y dirigirse a su casa.

Al llegar, la mujer vio como metían el cuerpo de su esposo en una bolsa para cadáveres, junto a una espada en una bolsa que tenía el estampado de 'evidencia' junto al cuerpo de un sujeto desconocido para la mujer.

Inko fue corriendo hacia su hijo y lo tomó en brazos, dándole un abrazo maternal mientras ella lloraba en silencio, Izuku también estaba llorando.

-Mamá- el niño llamó a su madre, la cual deshizo el abrazo y vio a su hijo, el cual la veía con una mirada triate llena de lágrimas.

-papá me dijo que puedo ser un héroe- dijo el niño, haciendo una sonrisa mientras aún lloraba.

-lo serás hijo- dijo la mujer, reprimiendo las ganas de llorar y dándole un beso a su hijo en la frente, para luego volver a abrazarlo.

El tiempo pasó, Izuku e Inko mudaron a una casa más reservada pero que aún era bastante grande, esta quedaba a las afueras de Musutafu, la antigua mansión donde vivían quedó al cuidado de las autoridades.

Inko pasó a tener el control de la empresa de su esposo, antes ella y su esposo se dividían el control, pero en el testamento de su esposo este le dejó todo el cargo a ella, y cuando tuviera suficiente edad, a Izuku.

Así la vida continuó, Izuku fue inscrito en una escuela normal a petición de este, tal y como lo esperó, en la escuela se burlaban de el por ser un Quirkless, no es que a el le importara mucho.

Izuku al cumplir 5 años le pidió a su madre que lo inscribiera en escuelas de artes marciales, esta no aceptó al inicio, pues Izuku aún era muy pequeño, pero luego de que el peliverde le dijera que era para ayudarlo a ser héroe, esta no se pudo negar.

Izuku a parte de ser bastante más serio y maduro para su edad, también era inteligente, comenzando a fabricar sus propios inventos en su casa, era millonario, así que los fondos no fueron un problema.

El pequeño Izuku se esforzaba día tras día, el quería ser como su padre, un héroe.

Toda esa determinación venían de las palabras de su padre, su apoyo, su cariño, todo eso era lo que motiva a Izuku a seguir mejorando.

Ese, era su Incentivo.

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Total de palabras: 855

Bueno, hasta aquí el prólogo de la historia, espero les haya gustado, ya en el siguiente capítulo comenzará la historia como tal, bueno eso amigos, se despide su amigo, Rayden-Sama.

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