Vee POV's
La noche de Año Nuevo era cálida a mi parecer aunque el frio invierno congelara mis pulmones, nunca me gusto esta festividad, el significado de un nuevo cambio y eso siempre significaban problemas para mi, pero algo ese día me decía que iba a ser diferente, un nuevo año, nueva ciudad nueva yo.
Seria una gran mentira decir que no estaba nerviosa por vivir en una ciudad que no conocía ni muchos menos tenia conocidos, pero al menos mis amigas se animaron a vivir conmigo una aventura y no quedarnos en un solo lugar por el resto de nuestras vidas.
La calle estaba llena de parejas viendo su primera nevada o algunos ya iban por su decima, la soledad me invadió poco a poco mientras mas caminaba sola por aquella ciudad llena de luces y cosas clichés, yo había venido aquí por un motivo y ese no era tener pareja no tenia muy claro, quería estudiar administración de empresas en uno de los mejores paises con estabilidad económica.
Un sonido abrumador me saco de mis pensamientos, era mi querido estomago pidiéndome algo de comer, a lo lejos pude divisar una tienda de conveniencia, apresure mi paso mientras esquivaba a la personas, era odioso salir con tanta gente afuera, al llegar a la tienda salude a la persona que iba a salir y me adentre a buscar algún refrigerio que satisficiera mi estomago, no me lograba decidir entre unas galletas que quería.
— ¿Difícil decisión?— Me pregunto un chico alto con gorra y mascarilla negra, sentí un pequeño escalofrío por aquella acción tan repentina.— Te recomiendo estas, no son tan dulces y tienen arándanos.— Dijo para luego tomar un paquete y ponerlo en mi canasta.
— Gracias.— Dije mientras hacia una pequeña reverencia a mi mayor
El chico se rio tímidamente.— No hay de que, espero encontrarnos algún día para que me digas que te parecieron.— se quitó la mascarilla para darme una sonrisa tan cálida como el verano, el chico se retiro de mi vista con pasos grandes.
Mi labios solo hicieron una sonrisa ladina al chico que desparecía de mi vista, camine al mostrador, salude para luego pagar, mientras caminaba abrí el pequeño paquete de galletas para de gustar una, al momento que di un mordisco un delicioso sabor inundo mis papilas gustativas, el chico tenia razón no eran tan dulces y el arándano le daba un toque mágico, decidí apurarme a ir al departamento, ya pasaban un poco mas de las 2 am y las chicas debían estar preocupadas por mi.
Una semana después...
— Dios santo, ya es tarde para mi audición de modelaje, no puedo creer que no me hayan despertado a tiempo.— Comento Kyra con disgusto, hoy era su primera entrevista de trabajo para modelaje, ella era hermosa y estaba segura que pasaría a la segunda ronda.— Ya me voy, deséenme suerte, las quiero.— Dijo para acto seguido cerrar de golpe la puerta.
— Espero que no se ponga nerviosa como siempre.— Comento Michi, mi otra roomie.
— No le des malas vibras, sabes perfectamente bien que ella lo va a lograr— comente con seguridad.— O si no lo logra lo seguirá intentando, ya sabemos que ella es muy aferrada y no dejara su sueño por una pequeña equivocación.
Michi solo sonrió, aunque le podia ver la preocupación en sus ojos, yo solo pose mi mano en su hombro para darle a entender que ella lo lograría. Kyra es una aprendiz de modelaje y Michi estudia arquitectura y yo por otro lado estudio relaciones internacionales ambas en la universidad de Yonsei, me siento feliz de no llegar sola a esta pais, aunque no era la primera vez que no vivía con mi familia, un año atrás vivía en Huston, Texas por petición de mis padres, ya que no creían que vivir sola a 18 en un continente lejos de suyo y sin familia ahi ero lo mas adecuado para mi, por lo cual accedí a estudiar en EEUU pero apenas termino mi primer año escolar, puse las cartas sobre la mesa y dije lo que realmente quería hacer con mi vida a mis padres, ambos divorciados y viviendo sumamente lejos uno del otro, aquellos padres que después del divorcio se odian el uno al otro, mi padre me apoyo con la única condición de que le hablara todos los días y que me cuidara mucho, ya que no quería perder a otro hijo, al contrario mi madre se reusaba a la idea de dejarme ir, pero si tu tuvieras una hija mayor que cuidara a tu hijo menor que ella por 13 años, y que fuera como una esclava es obvio que no la dejarías ir, pero esta vez no.
Aun me acuerdo de sus ásperas palabras que me dijo antes de salir de su casa con todas mis cosas para irme de ese horrible lugar "Si te vas nunca vuelvas a poner un pie en este lugar, no me hables, no nada porque al poner un paso afuera tu madre murió" aun sigo escuchando sus gritos atrás de mi, al momento del que me fui sentí un que un gran peso fui liberado de mi.
Me fui a vivir al departamento de mi tío que tenia en capital del pais por un par de meses mientras terminaba el papeleo de la visa para irme, en esos meses cree algunos recuerdos inolvidables junto a el, mi primer tatuaje, cuando fuimos de antro los dos, o aquella vez que nos perdimos en el tianguis, ambos teníamos esa convicción de aventura, como el siempre dice, aquellas grandes alas para hacer lo que queramos, amaba pasar tiempo con, pero los meses pasaron y llegue a Corea junto a mis amigas, un 29 de Diciembre, ese día al pisar tierra surcoreana me propuse algo, no dejar que nada ni nadie me lastimara y no volver a caer en ese hoyo del cual tanto me costo salir.
— ¡Oye Vee! Si no terminas rápido tu desayuno se nos hara tarde para llegar a la escuela.— Dijo Michi sacándome de mis pensamientos
— Ya voy, tan solo espérame, no quiero ahogarme con un pan.
Después de eso salimos las dos ya listas para tomar el autobús a la universidad, mientras caminábamos de la casa a la parada observaba todo con detenimiento, era la primera vez que iba a ir a la escuela, Michi por su parte ya había ido a ver las instalaciones y dar el recorrido el cual yo me perdí por trabajar turno extra en la cafetería, no era de extrañarse que se me pasara una fecha, mientras a lo lejos vi una silueta familiar, estaba de espaldas acá mismos juntos a otras dos personas un poco más bajas que el desconocido, hice la vista ciega y continué mi recorrido, pero algo me lo impidió o bueno, alguien, al ver con qué había chocado vi a un chico de cabello negro y corto, alto a coloración mía y unos ojos rasgados tan bonitos, aunque la mascarilla cubría la otra mitad de su cara no dudaba que fuera lindo; Reaccione lo más rápido posible y le ofrecí una reverencia en modo de disculpas mientras me golpeaba mentalmente, giré un poco la cabeza para ver a mi amiga reírse por mi incidente, la recriminé con la mirada, el chico tocó mi cabeza para darme a entender que me levantara.
— No había necesidad de que te quedaras tanto tiempo así ¿sabes?— Aquella melodiosa voz que salió por sus labios fue una dulce melodía para mi.
— Es que fue mi culpa, si no fuera tan descuida no hubiera sucedido esto, Dios, en serio lo siento, si quieres te invito un café o algo, lo que tú quieras.
— No, ¿cómo crees? Fue solo un incidente.
— En serio, toma mi oferta, por favor.— Dije algo apenada.
— Lo pensaré, pásame tu número y yo te llamaré después— dijo el chico mientras me extendía su celular, rápido ingrese mi número y se lo regrese con una sonrisa ladina.— Nos vemos pequeña y fíjate por donde caminas, ¿okey?
Vi como se retiraba con un aura tan alegre y juguetona, me alegra a verme chocado con él y no con un idiota, veo a Micho haciéndome señas para que fuera con ella a contarle lo sucedido, me acerco a paso lento mientras saco un paquete de galletas, esas galletas que me recomendó aquel chico de volvieron mi adicción, no me aburrida de ellas, eran deliciosas, al llegar al asiento que me guardaba mi amiga le doy un gran mordisco a mi galletas para verla eufórica por saber lo que oso atrás.
— ¿Qué me ves?— Digo con comida en la boca.
— Dos cosas, la primera es que por favor no hagas eso, es asqueroso y la segunda es que me cuentas qué pasó con el chico.
Trague la comida a secas para luego decir.— No mucho, le pedí disculpas y le ofrecí un café para reparar el daño, me dijo que lo pensaría y me pido mi número, eso fue todo.— Dije sin darle importancia.
— ¿No mucho? ¿A eso le dices no mucho? Vaya caso que tengo aquí, ese chico parecía tallado por los mimos ángeles, desde aquí sentía que era una persona alegre y apuesto que tú también.
— Dudo que me llame, parece de los típicos chicos que buscan conquistas con su cara bonita y que fingen su personalidad, ya viene el autobús, levanta ese flojo trasero tuyo.
El autobús llegó a la parada y así di por empezado mi primer día como universitaria de segundo año, no lo empecé de la mejor manera pero algo es algo, nos sentamos juntas, yo en la ventana, en el camino no pude sacarme de la mente tres cosas:
¿Quién rayos era ese chico tan amable? ¿Me llamará? Y ¿Por qué esa silueta se me hizo tan familiar?Agh, tantas dudas rondando en mi cabeza y apenas son las 7:30, odio los lunes por este simple hecho, si empiezo así se que la semana será difícil.
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𝐧𝐲𝐱 | 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐲 𝐊𝐢𝐝𝐬
Literatura KobiecaI think that the strongest emotions control us like puppets, if we see from another perspective we are happy people and from other people in total despair. Espero que la disfruten tanto como yo al escribirla. Historia completamente de mi propiedad. ...