Capítulo Siete

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Algo temblorosa, Poppy acerca su rostro al de Ramón, dejando solo unos escasos centímetros de distancia entre sus labios, esperando que su amigo la alejara o la besara de una bendita vez. No pasaron ni dos segundos cuando ambos ya se habían unido en un tierno beso.

Al principio era torpe y extraño, ya no tenían alcohol en sus cuerpos y estaban conscientes de cada uno de sus movimientos. Poppy dirigió sus manos al cabello de su amigo para acercarlo más a ella, sintiendo la necesidad de sentirlo lo más cerca posible, de tenerlo solo para ella. Ramón no se quedó atrás, tomo a su amiga de la cintura y tembloroso la alzo para que quedara sobre su regazo. Ambos sonrieron al sentir lo cómodo e íntimo que aquello se había vuelto. 

–¿Sabes? No debemos preocuparnos por esos bobos, ni de lo que suceda mañana. Solo tengo ojos para ti – susurra Poppy mientras acaricia la mejilla de su acompañante. El escalofrío de felicidad que causó la confesión de la rosada fue suficiente para que su piel se volviera de un azul marino y su cabello un azul oscuro.

Ambos observan estupefactos lo que acababa de suceder. ¿De verdad el había recuperado sus colores? ¿Finalmente el era feliz?

Mas que emocionados, se unieron en un nuevo beso, lleno de alegría, lleno de pasión.

Ya no existía el mundo exterior, no importaba que Poppy fuera princesa o que Ramón no cantara, que el día de las almas afines sea mañana o en diez años mas. Ellos estaban seguros que se querían el uno al otro para toda sus vidas.

Las manos de la futura reina se colaron por debajo del chaleco de hojas que tan bien lucía su amigo. De adolescente, siempre fantaseaba con poder admirar el cuerpo bien formado que el tenía, y ahora no perdería la oportunidad.

Un suspiro de satisfacción salio de los labios de Ramón al sentir el calido y suave tacto de su chica, sin dudarlo mucho comenzó a dar caricias en sus piernas y subía sutilmente el vestido con cada movimiento. Queriendo ir aún mas lejos, se separó del beso y bajo sus labios hasta el cuello de la princesa, donde dejaba un par de mordidas y lamidas que provocaban uno que otro gemido.

Sin querer separarse del otro y mucho menos acabar ese momento, la sala del chico no tardó en tener algunas prendas desparramadas por el suelo y una pareja dispuesta a dejar todo de si, dirigiéndose a la habitación.

El recostó suavemente a su chica en su cama y se detuvo a apreciar la vista que tenía ahora mismo de ella. Tenia el cabello revuelto, su piel suave y brillante tenia una ligera capa de sudor gracias al ambiente caliente que ambos había creado, su ropa interior era infantil y colorida, lo cual causó un estrago en su corazón, notando que ella era la misma niña de la que se había enamorado desde hace ya tantos años.

Poppy también aprovecho a admirar el hombre que tenía sobre ella; su cabello revuelto le causaba suspiros y su cuerpo bien formado debido a su dura vida de superviviente la dejaban anonadada. Pero lo que realmente la dejaba sin palabras eran sus ojos, aquellos que ahora mismo le expresaban tanto amor, cariño y protección, que le pediría matrimonio en ese preciso momento para asegurarse que fueran solo para ella.

Y ambos se sonrieron enamorados, sabiendo que eso duraría para siempre.

Se dieron un beso suave y delicado mientras sus manos seguían explorando el cuerpo del otro. Un gemido salio de los labios de Poppy al sentir las manos de Ramón sobre sus caderas, dando un leve apretón mientras acercaba sus partes intimas hacia la suya. Ambos suspiraron de placer, queriendo más y más.

Comenzaron a frotarse sobre su ropa interior mientras el beso volvía a ser rápido y con deseo, sus respiraciones eran cada vez más pesadas y no podrían aguantar mucho sin unirse realmente en cuerpo y alma.

Más que seguros, ambos quitan con desespero las últimas prendas que quedaban en sus cuerpos, finalmente entregándose completamente al otro. Ramón se posicionó entre las piernas de Poppy realmente nervioso, estaba honrado de que ella le entregara su primera vez, pero temía hacerle daño.

Con sumo cuidado y delicadeza, comenzó a entrar en tan estrecha zona mientras tomaba las manos de su amada y entrelazaba sus dedos, tratando de demostrarle que estaba ahí para ella.

Al principio Poppy se quejó un poco, intentando distraer su mente del dolor punzante que había sentido allí abajo. Escuchaba las pesadas respiraciones de su ahora novio (porque estaba más que segura que no necesitaban palabras para acordar que se amaban), y entendió que el se estaba conteniendo con el tal de no hacerle daño. Su corazón se lleno de amor al ver lo considerado que era, y todo rastro de dolor fue reemplazado por placer.

Rodeó la cadera de su chico con sus piernas, llevándolo más profundo dentro de ella y haciendo que ambos soltaran un sonoro gemido ante lo bien que se había sentido.

No tardaron mucho en perder cualquier rastro de cordura, en pocos minutos el silencio de la habitación habia sido llenado con los gemidos y palabras sin sentido que se dedicaban,  del ruido que causaban sus labios al besarse con ansias y del choque constante de sus caderas en busca de su liberación.

–A-ah, Ramón - gime Poppy cuando siente que toca cierto punto en su interior que la enloquece totalmente. Clava sus dedos en la espalda del reciente azulado y aquello solo lo impulsa a ir más rápido golpeando varias veces aquella zona, sintiendo que se acercaba cada vez más a la cima.

Un par de embestidas más tarde, ambos caen rendidos ante la intensidad de aquella cúspide de placer. Poppy toma la primera manta que ve a su alcance y los tapa a los dos, exahusta por el día lleno de emociones y actividad física. Cierra sus ojos y se entrega al sueño más profundo y tranquilo que alguna vez haya tenido; sabía que el estaba allí a su lado, protegiéndola y amándola.

Ramón se quedó admirando la belleza que irradiaba su princesa, aún no entendía como habia logrado que aquella hermosa mujer se enamorara de él, pero estaba seguro que aprovecharía cada bendita ocasión para hacerla feliz.

Sonrío al notar que ya no era necesario ir al evento mañana, pues el era el único que sabía que sus almas ya estaban unidas desde aquella tarde hace años cuando se conocieron de niños, en el primer Día de las Almas Afines que habían pasado juntos.

Había sentido ese click.

Desde el primer momento sus almas estaban destinadas a estar juntas.

[N/A: este es el ultimo capitulo💖 haré un epilogo sobre que fue lo que paso en el dia de las almas afines que les correspondía a estos dos tortolos, pero el final final es este:3]

Día de las Almas Afines [Broppy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora