Capítulo 9.

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Contenido para mayores de edad. +18

POV. Alexander.

Termino mi café, algo irrelevante; últimamente he tenido esas ganas horribles y buenas de tatuarme otra vez, hay zonas que todavía están en blanco y quisiera llenarlas de tinta. Agarro el libro y lo guardo, por último saco mi libreta y lápices, de reojo veo que en el piso se encuentra una bola afelpada blanca, son unas llaves, una de ellas tiene un número con marcador y en la parte de atrás una A en blanco, tiene un llavero con el nombre del internado, obviamente serán de Abigail, me quedé un poco preocupado cuando me dijo que se sentía mal y pienso en ir por la vieja escuela recuerdo una floristería cerca pero no está abierta, decido mirar mi google maps para ver donde hay una cerca, me aparece que está en la ciudad la más cercana. Que horrible pero es para que se sienta mejor.

Luego de 43 minutos llegó, he decidido comprar unas rosas rojas, la señora que me atiende me pregunta si en papel o las empaca en una caja, obviamente para no levantar sospechas escojo la caja, le pagó a la señora y salgo, veo a la salida una cafetería, le llevaré un chocolate caliente y un croissant, entro a mi coche, me esperan otros 40 y tantos minutos en carretera, luego de 20 minutos estoy en un semáforo, miro al lado, una tienda de lencería, dudo en entrar pero decido aparcar el coche y entrar lo primero que se me venía a la mente son los colores negro, rojo y blanco, esos son los que mas me llaman para ella.

- ¿Necesitas ayuda?- esa voz, quedo paralizado al recordar. Me doy la vuelta.

- Adalia..- ella está sorprendida al verme al igual que yo al verla, está más delgada.

- Dios mio, Alexander, ¿Cómo estás?- piensa que no pasó nada acaso? piensa que la tratare como a una amiga, como si nada?!

- Bien, se ve que tu también estas bien, saludos a tu hijo y por si es mucho pedir, necesito a alguien más para que me ayude.- se ve incomoda con mi respuesta, pero que se piensa.

- lo siento, solo estoy yo para arender a la gente.- que buen karma tengo definitivamente. Dudoso de ir a otra tienda o quedarme, algo me dice que me vaya, pero otra parte me dice que es mejor enfrentarla, así que me quedo.

- bueno, emm quiero colores negro rojo y blanco.- ella camina hacia la parte de atrás del local, veo unos conjuntos muy sensuales escojo un conjunto de dos partes blanco, un conjunto negro de solo encaje y uno rojo con muchas cuerdas, me gusta como se ve, soy bueno con las tallas, solo espero que estos le quede.

- Gracias Adalia.- me dirijo a la salida y ella me detiene, me mira apenada.

- Oye- juega con sus dedos.- en serio lo lamento, todos los días me mato la cabeza con "que hubiera sido si estuviéramos juntos", se que estuvo muy mal y solo espero que..- la detengo, ya estoy cansado de escucharla hablar de lo que pasó.

- No digas nada, ya pasaron siete meses y ahora estoy conociendo a alguien más, no serás una amiga mas, ni mucho menos el estúpido de Herman que por cierto,- me acerque a su oído.- lo mataré si se llega a cruzar en mi camino de nuevo.- le susurre, camine hacia el coche ella me siguió detrás de mí.

- ¡Espera!- dijo deteniendo el coche. - se que puede sonar raro para ti ya que ahora ni me consideras tu amiga, pero toma mi numero por si algo, estaré ahi para escucharte.- me dio la tarjeta la mire por unos segundos "Adalia finisher", rápidamente noto que borraron el apellido y pusieron el de ella, me rio sutilmente y me voy rápido de ese lugar.

Después de hora y media en coche, los trancones hicieron que llegara a las 7:28 de la noche al internado, a esta hora la jovencitas deben estar en el comedor aun asi me espero 15 minutos más para entrar, no quiero que alguna jovencita me vea con una caja de rosas y comida, pensaran que se las daré a alguna de ellas o que se las daré a una profesora, y si es cierto, lo de que se lo daré a una alumna, estoy muy jodido, lo sé, pero dentro de poco ya cumple 18, no será tan grave. O eso creo, con tal de que todo sea con consentimiento de ella y mío, no creo que haya problema, solo que yo soy su profesor y ella mi alumna.

Subo rapido las escaleras en eso llego al piso de la habitación de Abigail, estoy nervioso, muy nervioso, no debería estar haciendo esto pero no se por que siento la necesidad de ayudarla y cuidarla, posiblemente esté sintiendo cosas hacia ella, quien no lo haría? sería la pregunta del millón, es una chica muy hermosa escucho que alguien se aclara la garganta.

- Profesor Clark, que gusto de verlo.- Miro hacia la voz ya conocida, la señorita Miller, la única chica con la que he visto a Abigail conversar.

- Señorita miller, ¿Cómo se encuentra?- ella se cruza de brazos y se apoya en el marco del pasillo, descaradamente me mira de abajo para arriba y levanta una ceja.

- Bien, no más que usted por lo que veo, perdone pero y esas rosas? ¿para quien son?- sin miedo alguno me acerco a ella.

- Son para mi madre, mañana cumple años y recién pase a recogerlas de la ciudad.- ella se calma y se aleja un poco.- perdone, ¿pero que hace aquí? debería estar en el comedor ahora o quiere un castigo de la profesora de matemáticas? - me mira horrorizada y sale corriendo del pasillo maldiciendo la situación.

Miro la puerta de Abigail, recuerdo que hace unos días la empuje bruscamente hacia la pared, no quiero entrar en ese trance de saber qué hubiera pasado si.. saco las llaves de su habitación y abro la puerta, veo una silueta cubierta por unas cobijas blancas, no fue al comedor, dudo en si pasar pero soy obligado a entrar por unas voces de unas personas, me encierro en el cuarto, ahora todo se encuentra oscuro, escucho como ella se mueve en su cama, me siento al lado de ella y le doy un beso en la mejilla, prendo la luz de la mesita de noche, ella me mira todavía dormida.

- Te vuelves a meter en mis sueños, no te basta torturarme con tu exquisito cuerpo? dominame Alexander.- interesante...

Sigue ella dormida, me levanto dejando las rosas, comida y lencería en el escritorio, ella me mira, camino hacia la puerta y le hecho seguro, ella levanta una ceja, me quito mi abrigo y lo dejó en una silla, me desapunto los botones de mi camisa, los primeros y los de la muñeca, por último me quitó la corbata caminando hacia ella, ella como que se despierta en definitiva, agranda esos ojos azules, por mi parte me subo en ella, agarró sus muñecas y las ató a la cabecera de la cama, ella se muerde el labio y yo le subo el camisón que lleva puesto hasta sus ojos, no lleva nada debajo, me vuelvo a levantar y veo su cuerpo, me quito la camisa, le agarro una pierna y la empiezo a besar, de los pies hasta su boca.

Luego de eso la pongo en cuatro, ella se agacha y deja arriba las nalgas, me quito el cinturón y la empiezo a azotar suavemente, ella gime y veo como sus nalgas se van poniendo un rojo carmesí, se que empezara a gemir, si sigo.

- Muerde tu almohada, no queremos que nos pillen en el acto o si?- ella hace caso y yo prosigo, en un momento quiero que sienta como estoy y me pego a ella brutalmente, ella gime y empieza a mover su cadera pegada a mi miembro, yo lo único que puedo hacer es agarrarla fuerte de la cintura, el ambiente está muy caliente, agarro su cintura y la separo de mi, le doy una nalgada fuerte.

- No lo harás a menos de que yo te ordene.- otra nalgada, me agacho y empiezo a hacerle un oral, me gusta que esté lista para mi y me encanta mas que se moje por un simple beso, escucho sus gemidos, de repente escucho un celular, no es el mio.

- Alex, mi celular, pasámelo por favor.- contesto y pongo el celular a un lado de su cara, ella alcanza a escuchar.

- Hola tía, bien gracias.- se escucha agitada, no lo pienso dos veces y sigo con lo que estaba haciendo, ella trata se separarse pero yo la agarro de las piernas atrayéndola hacia mi, me separo y bajó la cremallera de mi pantalón para sacar mi miembro duro, lo rozó en sus partes.

- No Alex, todavía no- yo sigo rozando mi miembro en ella, - no nada tía, es una amiga, Alexandra.- me rio y le pego una nalgada.- bueno tía, adiós.- veo que la pantalla de su celular muestra que la tía colgó.

-Por favor, quítame esto de la cara, te quiero ver.- lo hago, acomodo el camisón arriba de las muñecas haciendo un nudo, la volteo quedando entre sus piernas, ella me mira lentamente.

- Alexander, hazlo, no aguanto mas.- veo fuego en sus ojos, la lujuria la domina.

Un Nuevo Comienzo© [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora