Febrero de 2019.

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Amanda García lo tiene todo planificado, como siempre. Son las 7:32 de la mañana, y aún tiene 15 minutos, a lo mucho, para afinar sus últimos movimientos en su apartamento antes de salir para dirigirse a su trabajo habitual. Ella trabaja en una Consultora Ambiental en Barcelona. En este mes el trabajo ha estado liviano, así que ha tenido más tiempo para distraerse por la ciudad, hacer intentos de vida social, visitar a su madre, arreglar desperfectos en su departamento, visitar a su hermana que también vive sola al igual que ella aunque no muy lejos de su barrio, o agarrar algún contrato temporal de fotografía. Así es, Amanda, de 38 años, también es fotógrafa, una de las mejores de la ciudad, tal vez del país, sin ánimos de presumir.

Mientras riega a sus geranios y piensa en trivialidades de la cotidianidad escucha de pronto que su teléfono móvil suena en la sala, dentro su bolso ya listo para el momento de salir. Amanda deja de regar los geranios y acude a contestar la llamada. Reconoce el número y no puede evitar hacer esa sonrisa, como mueca de picardía felíz, en sus labios.

Una agradable voz varonil suena al otro lado de la línea:

- Amanda, soy Álvaro, buen día. Mil disculpas que te ande llamando tan temprano, espero que no te esté interrumpiendo en algo.

- Hola Álvaro- contesta ella animada, y se sienta en el sofá.- No te preocupes, no interrumpes. Cómo andas, qué pasó ahora.

- Jaja, yo ando acá todo ajetreado, como es fin de mes, ya sabes, hay que preparar el material para el número que viene...

-Claro, ya será marzo, debes tener un montón de trabajo...

-... sí, y justo tendré una entrevista este fin de semana y Pablo no podrá tomar las fotos, se le presentó un inconveniente de último momento y...

-...y necesitas que te "soquilie"

- ... Sí!

Ambos ríen. "Oh, sí. Trabajo, justo lo que estaba esperando" se dice Amanda para sus adentros, y sonríe.

-Entonces, - continúa Álvaro- estarás disponible?. Necesitaría que te vengas acá el jueves para firmar el contrato máximo hasta la tarde. Porque el viernes...ah, aquí viene la parte crucial...

-Cuál es.

-... La entrevista es en Berlín.

Amanda deja caer levemente, casi como una rendición, la cabeza hacia atrás apoyándose sobre el respaldo del sofá. Tiene un presentimiento, y éso es casi como una condena.

Tras ese silencio, Álvaro continúa al otro lado de la línea:

- Así que, con Anita, que hará la entrevista, un asistente, yo y tú, si te animas obviamente, deberíamos partir este viernes al amanecer para estar en Berlín por la mañana, preparar el terreno y comenzar la entrevista exactamente a las cuatro de la tarde. Todo como un reloj.

- Entonces, - contesta finalmente Amanda- conllevaría todo el día...

- Claro. Porque tenemos hasta las siete de la tarde, como máximo, para culminar la entrevista, las fotos, y éso. Estás dispuesta?

Amanda lo pensó un segundo, y supo que si las cosas debían ser así, no tenía, a estas alturas de su vida, sentido que lo siguiera evitando.

- Está bien. - dice ella- Venga, hagámoslo.

DANIEL BRÜHL || Una terrible pero intensa historia de amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora