IV

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ALEX y George se encargaban de anotar las locas ideas de las adolescentes mientras que Cristina y yo los mirábamos desde lejos

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ALEX y George se encargaban de anotar las locas ideas de las adolescentes mientras que Cristina y yo los mirábamos desde lejos. Todo estaba bien… desde lejos.

— No me gustaban las adolescentes cuando yo lo era. –Me dijo Cristina.

— No puedo entender su entusiasmo por la graduación. –Comenté viendo con desagrado a las chicas. –Yo lo detestaba.

— Mi madre me obligó a ir. Mi pareja me vomitó en el vestido y luego intentó tocarme.

— Oh por dios. –Reí ante tan confesión. –Mi cita… a quién engaño no tuve cita.

Ambas reímos al escuchar la experiencia de la otra.

— Hey, ¿Dónde has estado? –Le pregunté a Mer que se acercaba a nosotras.

Los quejidos de alguien interrumpieron su respuesta así qué entré a ver qué pasaba.

— ¿Te dio una convulsión? –Le preguntó George a Alex, el cual tenía la cabeza apoyada en la mesa.

— ¿Me sacaría de aquí? –Preguntó sarcástico levantando su mirada. –Bien. Elijo la convulsión.

Rodé los ojos divertida ante el comentario.

— Por amor a Dios, necesitan una vida propia. –Dijo enojado mientras se levantaba del asiento.

— Es la sobrina del jefe. –Dijo George cansado de la actitud de Alex.

— Esta bien. –Interrumpió Claire. –Los lindos siempre son malos. Es como una regla.

—  ¿Alex? ¿Lindo? –Pregunté de brazos cruzados. – ¿Necesitas lentes o algo?

—  Ja…Ja…  –Se burló el nombrado.

— Bien. –Habló Natalie. –No te atrevas a juzgarnos por tratar de hacer feliz a nuestra amiga quien está muriendo de cáncer. El color no importa. Quizá no a ti… Pero si importa.

Suspiré para luego comentar. –Tengo una idea.

Alex, George, Mer, Cristina y yo fuimos a buscar a Bailey. Una vez que la encontramos, nos alejamos para discutir quien hablaría.

— George, ve tú. –Ordené.

— ¿Por qué yo? –Preguntó a la defensiva.

—  Solo ve. –Le di un pequeño empujón para que se acerque a Bailey. Los demás lo seguimos por detrás.

— Dra. Bailey. –La llamó. –No quiero molestar, pero…

— ¿Qué? –Preguntó ella. Por su tono seguía enojada con todos. George se resguardo junto a nosotros para no recibir todos los gritos.  – ¡Más vale que alguna diga cuál es el problema ahora!

—  El problema es elegir los colores, –Explico Alex fastidiado de las adolescentes. –Los globos y lo “submarino” “No, de Titanic”. “No, como en Tears in Heaven”. “No, Es muy morboso”. “Debería ser rosa”. “Debería ser rojo”. “O de un maldito arcoíris”.

—  Quiere decir que esperamos que hable lenguaje adolescente. –Habló George antes de que Bailey se lo tomará a mal.

Al final, Bailey si hablaba lenguaje adolescente.

— Plateado con blanco. –Sentenció. –Es místico y mágico. La semana de la moda neoyorquina tuvo pasarelas de plata y blanco.

Mi cara expresaba un gigantesco “wow”. ¿Cuál era su secreto? Yo ya me quiero ir con solo sentir la emoción de las chicas.

— Resalta con ropa de cualquier color. –Siguió Bailey. Las chicas la miraban con adoración ante sus comentarios. –Resalta.

— ¿Resalta? –Preguntaron ambas chicas al unísono.

— Resalta. –Afirmó. Luego se giró hacía nosotros. – O´Malley, Karev y Smith, compren 500 globos en plata y blanco y 100 en negro. Negro brillante, no mate. Yang, quédate con Camille, levántale la moral. Grey, ve con Patricia, Ve que ordenen la estación de enfermeras y la sala de espera. ¿Entendido?

Todos asentimos cansados y fastidiados.

— Ah, no. No tienen derecho a mirarme así. –Se defendió Bailey. –Hicieron peligrar mi licencia médica, casi matan a un paciente, le mintieron al jefe de cirugía y me hicieron quedar mal. Haremos este baile, y bien hecho. Andando.

(•••)

— Estoy orgullosa de nuestro trabajó. –Le comenté a Alex y a George viendo como había quedado el hospital. La fiesta ya había comenzado, no debían faltar casi invitados. –Si nos despiden, podríamos ser decoradores de ambientes.

Alex rió con su típica sonrisa sarcástica mientras que George parecía tener la cabeza en las nubes. Chasquee mis dedos frente a él y reaccionó con un pequeño salto del susto.

— ¿Qué sucede? –Pregunté un poco alto por la música.

— Nada…  –Respondió. –Ya vuelvo.

El desapareció entre la gente quedando sola con Alex.

— ¿Vamos por los bocadillos? –Le pregunté.

— Vamos.

(•••)

Ambos estábamos comiendo la pequeña comida cuándo la música lenta comenzó a sonar.

— ¿Dónde está tu pareja? –Le pregunté dándole un bocado a la comida.

— No tengo. –Respondió. –¿La tuya?

— Tampoco tengo. –Quedó un pequeño silencio así que hablé. — ¿Quieres bailar o es muy vergonzoso?

— No perdemos nada. –Dijo mientras se levantaba y me extendía la mano. Lo pensé unos segundos y accedí.

No era la mejor bailarina y el tampoco, así que, no era tan malo.

(•••)

— Tu cita fue Alex Karev. –Se burló Meredith mientras íbamos a la habitación de Denny. Callie nos había dicho que era importante.

—  Cierra la boca. Tu cita fue un veterinario. –Contraataqué. –Un veterinario.

— Ambas están muy mal. –Afirmó Cristina.

Nos encontramos junto con George en la puerta de post operatorio. Olivia, la enfermera esperaba frente a nosotros.

— ¿Qué pasó? –Pregunté preocupada.

— Pensé que ustedes no querrían que acudiera al jefe…  –Titubeó Olivia.

— ¿Dónde está ella? –Cuestionó Yang.

—  Está adentro, con él.
Los seis pasamos hasta al cuarto del paciente.

Allí se encontraba Izzie, abrazada a Denny… sin vida.

— Izzie…

— Creo que fue un derrame cerebral. –Murmuró ella.

[•••]

Hola!!

Auch, este final de capítulo sí que dolió escribirlo.

Ese bailesillo entre Alex y Eliza, if you know what i mean... Ok no jajajaja.

Espero que les haya gustado.

Bye!!!

Soft Friend | George O'malleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora