Hallie
—¡Hallie, ven conmigo!— vociferó aquella voz tan conocida y a la vez tan desconocida para mi.
Sonó lejano, no muy cerca de mi.
En un tono no muy amable.Observé a mi alrededor con miedo, fallando en el intento de encontrar al dueño de aquella voz, no había absolutamente nada ni nadie conmigo.
Estaba parada en medio de una pequeña capa de luz que yacía sobre mi cabeza. Con la gran oscuridad que había alrededor, sentí miedo de que algún monstruo saliera y me llevara consigo, por muy ilógico que suene.
Sentí escalofríos en todo mi cuerpo en el momento que una fría mano se posó sobre mi hombro apretando este con fuerza y furia.
—Anda, será divertido —susurró, sentí su aliento contra mi mejilla, quise voltear a verlo, para saber quien era que me hablaba, pero no podía, una fuerza desconocida no dejaba que me moviera, estaba completamente paralizada.
De una cosa estaba segura, tenía miedo, mucho miedo.
—Vamos— sostuvo mi mano y me jaló fuera de la capa de luz, al instante esta desapareció sumergiendonos en una aterradora oscuridad, si de por sí todo estaba oscuro, ahora está más.
Mientras caminabamos algún líquido caía encima de mi y un olor desagradable comenzaba a emanar de algún lado, ¿a donde vamos?, ¿por qué apareció tan repentinamente ese olor putrefacto?
—Verás lo divertido que la pasaremos, Hallie.
Susurró aquello con malicia, sabía que por el tono de su voz nada iría bien, no podía salir corriendo ya que no podía ver y tampoco podía moverme. Él me llevaba casi arrastras.
Más y más líquido caía sobre mi, todo mi rostro estaba cubierto por tal líquido. Tal vez era agua.
—¿Quieres saber que es?, se que sí.
Quise responder cuando me di cuenta que aparte de tener mi cuerpo paralizado tampoco podía abrir la boca para hablar.
—Hmmm— intenté crear algún tipo de sonido con la garganta.
—Oh, cierto— paró abruptamente como recordando algo, la oscuridad aún permanecía todavía con nosotros.— No puedes hablar, que tonto ¿no?
››Lo que cae es sangre, delicioso, ¿verdad?, y el olor es... mejor me aguardo hasta llegar, sigamos.
¿Sangre?, ¿delicioso?
Me alarmé rápidamente, no quería que me matara este desconocido.
Los latidos de mi corazón aceleraron el paso, tenía miedo de sufrir algún ataque al corazón justo ahora, no sabía que estaba pasando pero quería saber... ¿a donde nos dirigimos?, ¿quien es él? y ¿por qué su voz me es tan familiar como a la vez no?
Debía esto ser una broma de mal gusto, tanta sangre no podría estar cayéndome encima, ¿de quien será?
Volvió a jalarme mientras caminaba conmigo detrás, mis manos las llevaba sostenidas y completamente inmovilizadas. Estaba desesperada y ansiosa, no por llegar, sino por salir de aquí rápido.
Mientras mas avanzabamos la oscuridad iba disminuyendo, a la vista aparecía una silla negra y en una pared detrás muchas fotos mías.