LEMON 3: Beso en un día de atardecer

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—Mmm...

Se escuchaba un leve gemido en la oficina del Hokage.

Y ahí, en esa oscura habitación con sola la presencia de los colores de la puesta del sol, se podía distinguir la figura del Hokage y su asistente juntos en su silla. Él tenía la boca de Shizune aprisionada.

¿Cómo habían llegado a esa situación?

Hace unos minutos...

—Oh, Shizune, estoy cansado...

Todo había comenzado con una queja suya.

—No quiero trabajar... —dejó caer su cabeza sobre el escritorio. Estaba haciendo un berrinche.

—Oh, vamos. Haga un último intento, solo revise esa pequeña pila —dijo ella desde su lugar de trabajo. Comenzaba a atardecer y faltaba dos horas para la salida y esos documentos se requería al día siguiente.

—¿Pequeña? —Kakashi desvió su mirada perezosa a su izquierda, ¡esa pila no era nada pequeña! —Ahhh —suspiró derrotado, realmente había llegado a su límite.

Shizune lo observó, realmente se veía cansado. No, no estaba cansado, estaba estresado. Y Shizune, como era de esperar, se preocupó.

Él levantó la vista, aun manteniendo su barbilla en el escritorio, sus miradas se encontraron.

Ahh, creo que te estoy preocupando —pensó Kakashi al ver su semblante y su silencio. Pero las cosas eran así, él era el Hokage y su trabajo no era fácil. Solo él podía hacerlo y nadie más.

Aun así, a pesar del pesado cargo que tenía, él reconocía que hubiera sido mucho más difícil su mandato sin ella. Definitivamente, no se imaginaba él solo en el puesto sin ella a su lado, no se imaginaba a nadie más apoyándolo como ella lo hacía. Sin Shizune, sus días no hubieran sido divertidos y alegres. Para Kakashi, ella era su fuerza en momentos así.

—Shizune —la llamó y ella puso atención a sus palabras.

—Necesito un beso.

Le pidió con una sonrisa serena.

Ella se sorprendió ante su pedido y Kakashi contempló su reacción, le gustaba ver su expresión sorprendida mientras el atardecer iluminaba su rostro.

Existía la posibilidad de que lo rechazase, después de todo, estaban en la oficina y ella era una persona correcta, todo lo opuesto a él, que era un descarado. Aun así, quería ese beso. Un beso de la persona que amaba. De la persona cuyos labios, si los veía detenidamente, eran de un rosa delicado.

—Necesito un beso para recuperar fuerzas.

Aclaró su pedido mientras se apoyaba en su silla.

Necesitaba de esos cálidos y dulces labios que se apoderaban de sus sentidos para poder recuperar sus fuerzas y terminar con esa pila de trabajo. 

Esperó su respuesta, todo dependía de ella ¿Qué haría Shizune?

Ella dudaba desde su lugar.

Desvió su mirada intentando no hacer contacto visual con los ojos del Hokage. Ella era tan correcta y él tan descarado; que su pedido hacía que ella se sintiese dividida.

KakaShizu:  Historias de Pasión entre el Hokage y su Asistente [LEMON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora