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Tal vez esta historia no iba a tener un final tan horrible.

Era lo único que pensaba al delinear con la punta de mi dedo índice las curvas desnudas del cuerpo del menor mientras apreciaba como era iluminado por un tenue rayo de luz que se estaba comenzando a colar por la ventana. Los últimos tres años a su lado habían sido sin lugar a duda los mejores años de mi vida inmortal.

A pesar de que era tan diferente a como lo recordaba, seguía siendo igual de carismático y enérgico como siempre. Seguía siendo el niño tan precioso que tanto amaba. 

Pero la sombra de la desgracia se asomaba a todo momento, el tiempo si estaba afectando a Donghyuck. Y me temía que al final lo termine arrancando de mi lado para dejar una marca aun más grande en mi corazón. 

— Buenos días. —habló Hyuck aún adormilado pero con la sonrisa más preciosa en su rostro.

— Buenos días... —dije sin evitar que un poco de mi agonía se imprimiera en mi voz.

— Tenemos que hablar Mark... —comencé a negar mientras trataba de hundir la cabeza en el espacio que tenía entre el cuello y la mandíbula— Cariño, sabes que tengo que ir.

— No tienes que ir, no es tu obligación Hyuck. —el otro tomó mi cabeza entre sus manos y me obligó a verlo a los ojos.

— Es una guerra que involucra a mi país, no puedo quedarme de brazos cruzados mientras mis hermanos y mis amigos luchan. —mi visión se nubló y supe que ya había comenzado a lagrimear cuando sentí sus pulgares limpiar mis mejillas.

— Pero tú no tienes nada que ver con esa guerra. —ahora si el miedo se había apoderado de mí y hablaba con un hilo de voz— Puedo sacarte de aquí Hyuckie, nos podemos ir ahora y alejarnos de esta terrible guerra antes de que sea demasiado tarde.

— Mark. —me llamó y, con mucha dificultad, le regresé la mirada. Sabía que yo era incapaz de negarle algo que en verdad deseaba— Tengo que ir, ¿me entiendes?

Nos quedamos un momento en silencio, hasta que finalmente asentí.

— Pero voy contigo. —fue lo único que atiné a decir. Causando una hermosa risa del chico que estaba abajo de mí.

— Oh Mark. —atrajo mi cabeza a su pecho y me abrazó con todas sus fuerzas— No te preocupes, derrotaremos a esos alemanes en un solo día.

Please... stay || markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora