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Traté de abrirme paso entre la multitud vitoreante, con el propósito de alejarme lo más posible de la celebración. ¿Qué celebraban? ¿Qué por fin iban a dejar de asesinar gente sin razón? Eso sólo es tener decencia humana. La imagen de toda esta gente celebrando el fin de la guerra me enfermaba a más no poder, espero que estén felices por haberme arrebatado a mi pequeño rayo de sol.

Entré al diminuto y polvoriento departamento que no había sido tocado en 4 años, todo estaba exactamente como lo habíamos dejado. Abrí la botella de licor que se encontraba en mi mano y me tiré a un lado de la cama mientras daba un gran trago. Pensé que haber despertado sin Hyuck a mi lado y haber pasado todos esos años buscándolo habían sido la peor parte de mi existencia inmortal. Pero no se acercaba ni por asomo a tener que vivir con el horrendo recuerdo de mi amado diciendo sus últimas palabras, luchando por su vida.

Sabía que era mala idea el haberlo dejado que caminara directo hacia el peligro, lo supe desde el primer día. Y ahora tenía que vivir con el cosquilleo que su mano había dejado entre las mías, la imagen de mi pequeño disculpándose por no cumplir su promesa y el eco de mi voz suplicándole que no me dejara todavía presente en mi cabeza.

¿Ahora cómo podría vivir sin él? ¿Cómo podría seguir viviendo después de haber probado un poco más lo que era la vida a su lado?

No se puede, esa es la respuesta. No se puede vivir sin la fuente de tu felicidad.

Eso fue lo último que pensé antes de saltar por el pequeño balcón en el que habíamos pasado tantos momentos mi Hyuckie y yo... sólo para volver a despertar sentado en el suelo junto a la cama y la botella vacía, intacto.

La ira se apoderó de mí y lancé la botella mientras comenzaba a gritar, cada vez más fuerte.

¿Qué es lo que Dios quería de mí?

Please... stay || markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora