Estaba apunto de terminar mi desayuno y realmente esperaba regresar a la comodidad de mi cama, lamentablemente eso no sería posible, por lo menos no ahora. Miré a la Sra. Kim, una beta que entraba al gran comedor en ese momento, ordenando el lugar de mi padre para su llegada al otro lado de la gran mesa, parecía apurada pero aún así la llamé para verificar que cumplió con mi pedido.
- ¿Ya se fue Eunha?
- Si, su alteza. Se fue justo a las 9:30a.m.
Se giró de nuevo saliendo del gran comedor sin antes dirigir una reverencia respetuosa de 90 grados, miré el reloj, marcaba las 10:15 a.m. y simple asentí sin decir más mientras terminaba mi desayuno en silencio y soledad, ¿por qué debía ser yo el que se despierte más temprano en todo este castillo? Y no, los del personal no contaban. Diez minutos después entró mi padre vestido de un perfecto traje blanco con unas cuantas cadenas color oro en su saco perfectamente planchado y su corona brillante en su cabeza viéndose como el verdadero rey que es. Por su aspecto y su gran sonrisa, supuse que estaba de buen humor, uno muy bueno diría yo. Saludó respetuosamente al personal que se encontraba en la sala, se sentó directamente en su asiento esperando
pacientemente su desayuno y me miró aún con su sonrisa, mentiría si dijera que no me dió miedo.- Jay.- saludó sonriente de repente y me hizo levantar la mirada rápido y con mi bocado todavía en mi boca.
-¿Pasa algo? - pregunté con algo de preocupación y comencé a masticar mi comida.
- No, ¿Por que debería pasar algo? respondió aún sonriendo. Antes de poderle responder, entró mi madre sonriendo de la misma manera que lo hacía mi padre, con un elegante vestido ajustado color hueso, unos guantes de tela del mismo color y su corona que se acomodaba perfectamente en su cabeza acompañada de un lindo peinado sencillo e inmediatamente supe que algo estaba mal, para empezar, yo no sabía que mi madre podía siquiera sonreír.
-Buenos días, jay-shi. se acercó y beso mi cabeza para después acariciarla en un gesto maternal muy poco común en ella, haciendo que me levanté de mi lugar en una combinación de asustado y sorprendido.
-Bien, ¿Qué pasa? En serio, me asustan.
Ambos se miraron y parece que sonrieron todavía más, como si eso fuera posible.
-Sabes que ya casi se acerca tú cumpleaños número 20.- inicio su madre.
-Así que es tiempo de tú preparación para por fin convertirte en todo un rey.Miró a su esposo el cual asentía con un brillo de orgullo en sus ojos ante las palabras de su mujer.
- Hoy saldrás a los alrededores a conocer a tú futuro reino, a tú futuro pueblo, a tú futura gente.- demandó el rey.- Señorita Kim, hágame el favor de avisar a los guardias que preparen el caballo de el príncipe park y unos cuantos guardias para que lo escolten en el recorrido. Lo necesito listo a las 12:00 en punto.
La mujer hizo una reverencia.- A sus órdenes, majestad.- salió del comedor en rumbo a cumplir la orden real.
- ¿Es en serio?.- volvió hablar Jay.
Realmente esperaba este momento algún día, pero no esperaba que ya fuera a llegar tan pronto. Él no se sentía completamente preparado para la responsabilidad de convertirse en un rey de un reino tan grande como lo era el de su padre. Tomó asiento de nuevo en un intento de asimilar la reciente noticia con una ligera sonrisa en sus labios que no mostraba sus dientes. Imaginó lo grandioso que sería poder gobernar un reino a su manera, todo el reino absoluto en su poder aunque no era una gran diferencia a como lo era ahora siendo príncipe.
- Espero que ya hayas terminado tú desayuno, porque tienes que ir a prepararte para el recorrido.- sonrió de vuelta su madre.- Será algo tarde cuando vuelvas, pero procuraremos esperarte para la cena.
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𝐶𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝑅𝑒𝑖𝑛𝑜 (JAYWON)
FanfictionJay Park, príncipe de Argath, está acostumbrado a la buena vida, sin preocupaciones de nada ya que todos hacen todo por él, tiene todo lo que quiere cuando quiere con solo pedirlo, sin hacer a un lado el hecho que gracias a eso se ha vuelto un alfa...