Antes de partir, Kaede le mostró a Sesshomaru/ Sochitara lo que había quedado de su traje, su ala delta y el comunicador de pulsera, a lo que el joven los llevó al exterior de la casa y activó el protocolo de autodestrucción, a excepción del ala delta automática que prefirió guardarla, porque no estaba en tan malas condiciones y podría repararla una vez regresaran. Kaede le facilitó un Keiko hi de color blanco para cubrir su torso.
Luego de hacer unos pocos preparativos, el grupo acompañó a Kagome y Sesshomaru/ Sochitara hasta las faldas del Mausoleo del Monte Azusa. Kikyo se acercó a su joven aprendiz y la apartó del grupo por un momento.
-Escúchame, Kagome – le dijo a modo de advertencia, muy seria y serena – pase lo que pase, debes ser consciente de quién eres – espetó mirándola intensamente a los ojos.
-Comprendo – dijo Kagome sin estar muy segura.
La entrada los aguardaba con una enorme escalera, cuyos peldaños parecían ascender hasta el cielo, los cuales estaban cubiertos por una densa niebla.
Ambos jóvenes comenzaron su travesía subiendo los peldaños uno por uno en silencio, era curioso que por primera vez experimentaran tanta incomodidad estando juntos, después de haberse escrito con tantas confianzas, Kagome pensó en que era absurdo que se comportara así, por lo que prefirió romper el hielo, además tenía una duda que le estaba molestando desde que lo encontró tumbado en el suelo con esas heridas en su cuerpo.
-Oye, Sochitara – le dijo de pronto, a lo que el aludido se volteó a mirarla, la chica se decidió por ser directa - ¿Qué relación tenías con Kagura? – dijo con suavidad casi arrepentida de haber preguntado; el joven a su lado la observó, porque desconocía cuál era el origen de esa pregunta.
-Nula – dijo brevemente, recordando que fue gracias a Rin que empezó a sentir compasión por Kagura, desde que la pequeña niña que lo acompañaba saltó al río con el fin de salvarla al verla malherida; pero no podía decir que sentía algo más allá de la mera compasión, ni mucho menos alguna relación - ¿A qué se debe esa inquietud? – preguntó el joven de oscuros cabellos observándola.
-El alma de Kagura fue quien te salvó de la caída – le informó Kagome con suavidad - ¿No lo sabías?
-No lo recuerdo – dijo simplemente – posiblemente todas las almas que capturé se liberaron luego de derrotar a Moryomaru – agregó con simpleza, mientras miraba a la joven a su lado y notaba su incomodidad - ¿Qué te pasa? – le preguntó serenamente - ¿Hay algo más que necesites saber? – preguntó tranquilamente mientras subían las escaleras, de alguna manera le preocupaba verla así.
-No me pasa nada – respondió Kagome mirando a otro lado – tan sólo, me habría gustado estar allí para ayudarte – le dijo sinceramente.
-Lo estuviste – le dijo Sesshomaru/ Sochitara – fue gracias a ti que pude vencer a Moryomaru – agregó mientras miraba al horizonte y avanzaban, la chica solo lo miró confundida.
-¿Qué quieres decir? – le preguntó la joven.
-Me mantuviste informado, gracias a tu ayuda también me fue posible idear un arma que pudiera derrotarlo ¿Acaso no es suficiente para ti? – le preguntó mirándola, omitió deliberadamente mencionar el hecho de que se vio obligado a derrotar a Moryomaru dada la fragilidad de su actual cuerpo; inicialmente planeaba usar el arma en caso de emergencia.
-Me halagas, Sochitara, pero no siento que haya hecho una gran contribución – le dijo la chica mirándolo, a lo que el joven sonrió ligeramente, sorprendiendo a la joven quien veía por primera vez esa expresión en él. Ella lo había visto sonreír en otras ocasiones, pero eran sonrisas crueles y sardónicas, esta vez, por el contrario, era una sonrisa sincera que lo hacía ver aún más atractivo a sus ojos, por lo que no pudo evitar ruborizarse.
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Paradojas del espacio tiempo
FanfictionSesshomaru llega a la época actual por un extraño portal, sin embargo, por extrañas circunstancias desconocidas llegó en una versión humana que parece ser su reencarnación ¿Podrá volver a su época y recuperar sus antiguos poderes? ¿Podrá adaptarse...