La sangre me hervía y escuchaba mi corazón en los oídos, tenía tantas ganas de darme media vuelta y correr hasta llegar a Navyra de los océanos. Pero debía hacer acto de presencia en la sala del trono, así que lo único que podía hacer era bajar la cabeza y morderme la lengua.
Tras pasar las puertas delanteras de la residencia principal subimos unas escaleras de caracol que nos llevaron al salón del trono, una gran área circular con piso de madera, techo alto y al frente un gran trono de madera donde se encontraba sentado, el, Kanato. Un joven de piel pálida, pelo corto y negro, mirada afilada y puntiagudas orejas altas.
Al vernos entrar se puso de pie, en salón solo nos encontrábamos Kida,Anna, Sussan, el chico de pelo largo al que Kida llamó Louis , los hombres de Chisato y yo.
Como era de esperarse Kanato no se veía nada feliz, Kida al verlo se tensó y soltó la mano de Louis.
-creí que dijiste que tu eras el protector de Castellar- Kida me susurro
-Lo soy, solo el me está ayudando- Susurre
-Abajo-dijo Kanato con un tono tan sereno como severo. Todos nos paralizamos- de rodillas- Kida y yo nos arrodillamos, bajamos las orejas y pusimos la frente en el suelo. El resto tardo unos segundos, pero también se hincaron. -Kidarity
-Si, hermano, he vuelto- Dijo Kida aun con la frente en el suelo
-Tardaste más de lo previsto, tienes asuntos urgentes que resolver para con tu reino
-Si, hermano, de ahora en adelante me encargare- Había olvidado lo sumisa que se volvía Kida bajo la influencia de Kanato
-Lionell- Kanato se dirigió a mi
-Si Kanato-respondí aun con la frente en el suelo
-Tu misión era sencilla, debías escoltar a la princesa Kidarity a su reino, sin embargo, no solo fallaste, si no que pusiste tanto tu vida como la de ella en riesgo.
-Kanato, mi teletrans...
-¡No quiero excusas! – Kanato gruño y sentí como mi cuerpo se estremecía, no podía si quiera alzar la mirada, ese era el poder del alfa, el líder del clan Canidae. Su sola presencia somete a cualquiera con menor voluntad que él. -Lo único relevante es que fallaste, como príncipe heredero de Castellar y como prometido de la Princesa Kidarity.
-Hermano - Kida habló- no todo es culpa de Leo, digo, del príncipe Lionell. Mi conducta no fue la mejor, me resistí cuando fue a buscarme y rompí el teletransportador de Lionell.
-Cuando se perdió la señal del teletransportador de Lionell, se envió al equipo de Chisato en su búsqueda.
-y te lo agradezco mucho hermano, nos salvaste la vida a mis amigas, a Lionell y a mi
-¡Fuera! Déjenme a solas con el príncipe y la princesa- Cuando todo salieron de la habitación. Kanato se arrodillo ante Kida y coloco un dedo en su mentón para levantar su cabeza del suelo- Kidarity, me alegro de que te encuentres bien- la abrazo, Kida le respondió el abrazo.
-Hermano, te extrañe, te extrañe mucho- la voz de Kida se entrecorto
-No es propio de las princesas llorar- Kanato lamio la mejilla de Kida, luego tomo la mano de ella y la beso- Ve a asearte, en la noche abra una ceremonia para celebrar el regreso de los príncipes herederos.
-Si hermano, gracias- Kida dio una media reverencia y salió por la puerta. Mientras yo seguía de rodillas con la frente en el suelo.
-Muéstrame el teletransportador- Extendí mi brazo hacia Kanato
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The rising of rainbow wings
Novela JuvenilCon la llegada de un misterioso chico al campus, ella no solo revelara su verdadera identidad si no también un nuevo mundo donde la evolución tomo otro camino. En esta novela corta ilustrada te sumergirás en una aventura salvaje, fantástica y co...