Indulto

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Observó a Tenten entrar en el consultorio, sus pasos eran dificultosos y se notaba que el voluminoso vientre le era cada vez más difícil de manejar. Una vez la castaña estuvo en la camilla con el vientre destapado encendió el ecógrafo y aplicó el gel para poder hacer las revisiones respectivas. Le faltaban apenas unas semanas para la fecha probable de alumbramiento y afortunadamente la bebé se estaba girando, se movía bastante y la sonrisa de la futura madre era amplia al sentirla.

- Se llamará Hikari – le contó en cuanto apagó la máquina y empezó a hacer las anotaciones en su libreta, era increíble ver lo tranquila que se veía en comparación con la Tenten que había regresado a la aldea y a la desesperada que se había ido casi corriendo del consultorio el día que se notó en la ecografía que era una niña. El matrimonio la había rodeado de una indudable alegría

- Hikari Hyūga – complementó, y la castaña solo se sonrojó asintiendo al tiempo que se limpiaba el gel del vientre para poder vestirse de nuevo – debes estar muy pendiente pues algunas veces se pueden presentar algunas contracciones pero eso no significa necesariamente que estés en trabajo de parto, cuando ocurran tienes que respirar profundo y contar cuánto tiempo pasa hasta la siguiente

- Sí Tsunade-sama

- Por hoy no es más, nos vemos en una semana

No regresó a su oficina, se quedó sentada a solas un rato más allí. Solo dejando que el tiempo pasara lentamente mientras pensaba que ojalá esa criatura por nacer no se pareciera a su padre, y que aunque no estaba interesada en tener que involucrarse en algo parecido, seguía dudando que los Hyūga estuvieran muy contentos con el matrimonio de Neji y que este fuera a reconocer a una hija ilegítima. ¿Cómo sería la infancia de esa pequeña? Si de casualidad ellos llegaran a ir a alguna reunión en esos terrenos y esta descubriera que todos tenían otro color de ojos que no coincidía con el suyo, así heredara los de su madre, y eventualmente intentara despertar un dōjutsu que no tendría.

Las semanas fueron avanzando, había retomado su costumbre de caminar y en ese tiempo solo una vez se había acercado a la casa de Tenten, viendo por la ventana que daba a la calle que los dos estaban simplemente recostados en el sofá mientras ella hablaba y hablaba. Se alejó de allí, y siguió en su tarea de descubrir todos los secretos que ocultaba la noche en la aldea.

Era martes, estaba en su oficina concentrada en su inacabable papeleo cuando una de las enfermeras golpeó la puerta del pasillo que la llevaba directo al hospital. Su presencia era solicitada pues Tenten había roto fuente y ella siempre había estipulado que iba a atenderla en persona. Gritó a Shizune para que la acompañara mientras Tonton solo se subía a su silla que había quedado vacía para seguir durmiendo, en serio que envidiaba a esa cerdita.

La castaña estaba sentada en la camilla, con los ojos cerrados mientras respiraba de la forma en que le habían explicado previamente y apretaba con fuerza la mano del Hyūga que estaba de pie a su lado sin saber cómo ayudarla. Le hizo señas para que se acostara y subiera los pies en los soportes, de inmediato pudo ver la timidez que caracterizaba a todas las mamás primerizas cuando llegaba ese momento. Odiaba a las enfermeras y doctoras que trataban mal a las mujeres por ese reflejo, era apenas natural sentir vergüenza por estar así de expuesta, así que con toda la tranquilidad que pudo le expresó que era necesario y pacientemente esperó hasta que el dolor hizo que la pobre hiciera caso para comprobar su dilatación, faltaban un par de centímetros así que debían esperar un poco más. Podía jurar que en un momento que tuvo que salir la escuchó decir una grosería sobre su fallecido abuelo y fundador de la aldea. Casi 1 hora después finalmente Tenten estuvo lista para pujar.

Hikari nació llorando, Shizune a su lado procedió a cortar el cordón umbilical mientras ella con cuidado la llevaba hasta la zona designada para limpiarle los conductos nasales y con delicadeza hacer el pinchazo en el talón que les daría la gota de sangre necesaria para hacer los exámenes que descartarían posibles enfermedades hereditarias. Sus ojos se encontraban inflamados, y aunque con una leve inspección con chacra pudo notar que no había nada malo en estos pero necesitaban esperar que pudiera abrirlos para una nueva revisión. La pequeña tenía el cabello castaño, lo cual era un alivio, y un llanto fuerte que estaba empezando a desesperar a todos, por lo que se apresuró a entregársela a la nueva madre que inicialmente estaba asustada sin saber siquiera cómo agarrarla. No le tomó mucho lograr aflorar su instinto maternal y tan pronto la acercó a su seno la pequeña empezó a mamar, consiguiendo calmarla pues al menos lo básico y primordial que era poder alimentarla ya lo estaba haciendo.

Hiyori (NejiTen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora