Tiempo

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Su retiro de ANBU fue autorizado cuando Hikari tenía 5 meses, justo a tiempo para alcanzar a ayudar a Tenten a entrenar un poco antes de su prueba de admisión para la academia. Ella estaba asustada porque sentía que había perdido toda su condición física tras haber estado casi 1 año y medio sin entrenar. Su solicitud fue aprobada, difícilmente había alguien más en esa aldea que supiera y dominara la misma cantidad de armas que ella. A él ya le habían dicho que en la próxima promoción de graduados de la academia le sería asignado su propio equipo de genins, para la mayoría era casi un honor ser seleccionado para ese cargo pero personalmente no se veía entrenando adolescentes impulsivos. Pero bueno, realmente no le habían dado la opción de elegir. Mientras ese día llegaba había vuelto a las misiones de jōnin.

Luego ocurrió el nuevo acuerdo de las tres aldeas que alejaría a su esposa por dos meses al año, hizo lo posible por ocultar su molestia con el tema para hacerle a ella un poco más llevadero el asunto, además que era claro que ninguno de ellos tenía voz o voto frente a Tsunade. En los 2 meses que trascurrieron entre que ella empezó a trabajar en la academia y que tuviera que viajar por primera vez, aprovecharon para entrenar a costa de que su hija pasara unas horas adicionales en la guardería. No concebía la idea de dejarla ir sin estar completamente seguro que podría defenderse sola. Ella también era una jōnin excepcional que con solo unos entrenamientos al mes había logrado recuperar su nivel.

Ese primer mes que estuvieron solos, Hikari lloraba bastante cuando él la metía en la cuna para irse a dormir, ese era un secreto que se había guardado para sí mismo, por la forma en que Tenten los había abrazado al regresar estaba claro que ella también la había pasado bastante mal con ese tiempo separados. Para el segundo viaje de ese mismo año había puesto en práctica el consejo que había recibido de acostar a dormir a la bebé con un chupo, Tenten había dicho antes que no le gustaban esos objetos, así que él lo negaría hasta la tumba, pero había facilitado bastante las cosas.

Asami, Ikki y Yasu eran sus genins a cargo, se graduaron de la academia a los 12 años y todos eran bastante revoltosos. Ninguno tenía una habilidad especial, solo hablaban más de lo que él consideraba necesario y le preguntaban bastante por su color de ojos. Los próximos exámenes chunin eran en 8 meses y a todos les hacía ilusión poder presentarse. Creó un plan de entrenamiento por fases, no quería enfocarse solamente en el taijutsu, así que unas semanas practicaban solamente ninjutsu, otras semanas era rastreo, algunas veces se los llevaba fuera de la aldea para poner a prueba sus habilidades de ubicación y supervivencia, y como ellos solo habían alcanzado a tener 2 meses de clase de armas con Tenten como maestra también había creado ejercicios de puntería e invocación, sin dejar de lado jamás la importancia de realizar combates entre ellos. Sabía que pensaban que era muy exigente. Cuando llegó la fecha de inscripción, aunque era consciente del progreso que tenían no consideraba que fuera suficiente para que pudieran ascender, así que no los anotó, esperarían a los exámenes del siguiente año. Ese día llegó a casa con un dolor de cabeza imposible por todo lo que le habían reclamado y gritado decepcionados. Gracias a eso había dejado de ser solo exigente, ahora también se había ganado la fama de ser un sensei insensible.

Asistieron a los exámenes ese año como simples espectadores. Gracias a la alianza, entre las tres aldeas habían mejorado bastante los combates de ese año, definitivamente sus pupilos no estaban listos, de tanto en tanto Tenten a su lado le comentaba algo sobre lo que había tenido que reforzar en el participante de turno.

Después que terminaron los exámenes, les fue asignada una misión clase D para proteger a un mercader que regresaba a su aldea natal, era algo sencillo. Por el camino los habían atacado y él se había quedado junto al mercader permitiendo que fueran sus alumnos los que pelearan. Los vio intentar atacar, pero descuidar la retaguardia. No ponerse de acuerdo entre ellos y cuando Ikki estaba tendido en el suelo no habían hecho nada para defenderlo, casi parecía una venganza por no haberlos inscrito en el examen. Bufó enfadado e intervino, en un par de movimientos dejó inconscientes a los ladrones y levantó a Ikki del suelo. Guardó silencio hasta que dejaron al protegido en su hogar pues no quería que oyera la reprimenda que estaba a punto de darles. Los escuchó lloriquear, pero ninguno de ellos era Hikari para que le importaran sus lágrimas. No podían llamarse shinobis después de actuar de esa forma, además que habían puesto en riesgo una misión y el nombre de la aldea por no ser capaces de hacer algo tan sencillo como poner en práctica lo que les había enseñado. Una de las excusas que le dieron fue que no habían visto o tenido peleas reales, inhaló profundo para no terminar de perder la poca paciencia que le quedaba ¿acaso para qué consideraban que eran los entrenamientos? Tenían que agradecer que eran tiempos de paz. Observó el reloj cuando atravesaron las puertas de entrada de la aldea, y entonces tuvo una idea. Aun no eran las 3 de la tarde por lo que Tenten todavía estaba en la academia, así que le dijo a Yasu que fuera hasta allá y le dijera que era solicitada en el campo de entrenamiento, que por favor llevara sus pergaminos ¿querían ver un combate real? Les daría el gusto.

Hiyori (NejiTen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora