Amor

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Potter le miró aturdido mientras el líquido negro goteaba por el pelo de Draco, empapaba su camisa y su chaleco, y se encharcaba alrededor de sus mocasines en el suelo de baldosas.

— ¿Qué fue eso? —preguntó, con los ojos bien abiertos y los labios curvados en una sonrisa curiosa.

La mano de Draco tembló al pasarle a Potter el papelito, ahora cubierto con pequeñas manchas marrones de café.

Departamento de Coincidencias y Encuentros

Caso # 143958

Asignación: Coincidencia

Sujeto A: Draco Malfoy

Sujeto B: Harry Potter

El sujeto A se acerca al mostrador a las 9:28am. El sujeto B se aproxima por detrás del sujeto A a las 9:28am. El sujeto A deja de ser un maldito idiota y permite que el amor finalmente se cincele en su frío y vacío corazón.

Para ser completado a las 9:30am

Potter miró el papel, su sonrisa se hizo más amplia, mientras el café se filtraba a través de la ropa de Draco.

—No habría dicho que no, esa noche en el pasillo —Draco empezó, antes de lamerse los labios y probar las amargas gotas negras del café frío—. Aunque no estuviera borracho.

Sacudiendo la cabeza, los ojos de Potter se desviaron al suelo, donde se estaba formando un pequeño charco de café.

—Eso no lo sabes. —murmuró.

Draco sacudió la cabeza y puso sus dedos bajo la barbilla de Potter, levantándole la cabeza hasta que se miraran a los ojos.

—Había querido hacer eso durante años. Tocarte. Besarte.

—Entonces hazlo.

Draco suspiró, cerró los ojos y se inclinó.

Sus labios se tocaron, tentativamente, y Draco pensó que podía fundirse en él. Podría haberlo hecho, si no fuera por el maldito barista que tosió, en voz alta.

—Señores, vamos a necesitar que se muevan para poder limpiar este desastre. —el hombre detrás del mostrador le echó a Draco una mirada fulminante, con todo el derecho a estar enfadado después del descarado derrame de café que Draco acaba de causar.

—Oh, claro. —Draco se sonrojó y se apartó del camino cuando alguien con una fregona llegó al creciente charco de café. Antes de que pudiera moverse demasiado, la mano de Potter alcanzó la suya, y esta vez, esta vez, Draco le dejó tomarla, le dejó entrelazar sus dedos con los suyos. Qué bien se sintió él al tomar la mano de Potter mientras este los guiaba fuera de la cafetería y hacia las calles bulliciosas.

Potter acercó a Draco, sus manos unidas se apretaron contra su pecho, su otro brazo se enredó firmemente alrededor de la cintura de Draco.

—Prometo que no la cagaré esta vez —le susurró Potter al oído—. ¿Qué te parece si volvemos a tu piso y te limpiamos?

Esa fue toda la advertencia que recibió antes de que Potter los Apareciera a la entrada del departamento de Draco. Se tambalearon incómodamente en el pequeño escalón delantero mientras Potter le urgía a que abriera.

No hubo golpes en su puerta, ni malas noticias, ni un conciso poema de ruptura. En su lugar, Potter se empujó a sí mismo al piso de Draco y, Merlín, al corazón de Draco.

Todo Que Perder [ Drarry ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora