⚜️Consentimiento⚜️

279 40 1
                                    

(R)

La brisa soplaba de forma delicada, movía mis largos cabellos de forma lenta y constante, me sentía realmente confundido, esa popular guerra entre la mente y el corazón, misma de la que me quejaba tanto, misma de la que tanto me jactaba que nunca tendría, esa misma que me está atacando ahora.

Estaba recargado en una de las bardas que daban a la salida de la universidad, Luzu me había escrito que no tardaría en llegar para irnos a casa. De ese mensaje ya habían pasado varios minutos, estaba empezando a impacientarme, había sido un primer día bastante duro, con demasiadas emociones, con demasiadas dudas... y demasiadas preguntas.

- Lo siento Rabis, estaba conociendo la habitación de Samu - Luzu apareció de un momento a otro algo agitado, demostrando así que había tenido una larga carrera para llegar hasta donde lo esperaba.

- ¿Su habitación? - Pregunté algo extrañado, pensé que tenía dinero.

Era usual que en los dormitorios se quedarán en mayor cantidad los estudiantes que no tenían tanto dinero o bien los que venían de una clase de intercambio o desde lugares muy lejanos.

- Si tiene, pero decidió quedarse aquí, aunque por lo poco que hablamos hoy me dijo que tenía una casa pero que prefería estar aquí.

- Que extraño, yo no querría quedarme en esta escuela a dormir jamás, con trabajos puedo dormir en mi nueva habitación, imagina compartir mi espacio con alguien desconocido.

- Seguramente te comerían vivo Rabis - Luzu empezó a reír algo fuerte haciéndome reír a mí también.

Fuimos en busca del auto para irnos a casa, Luzu parecía haber disfrutado su primer día de clases, eso me hacía sentir bastante feliz, su sincera sonrisa era lo que yo más quería, me recordaba a su madre, me recordaba a las veces que ella nos hacía reír, a todos esos momentos tan lindos, Luzu era esa esperanza de que todo mejoraría, de que al final, el mundo no era tan malo.

Llegamos bastante rápido a casa, ambos bajamos del auto y subimos a nuestro departamento, apenas entramos, Luzu se dirigió a la cocina gritando que me llamaría cuando todo estuviera listo.

Arrastrando los pies me abrí paso hasta mi habitación, me dejé caer sobre mi cama y cerré los ojos casi de inmediato, la única imagen que tenía en mi cabeza era la de aquellos hermosos ojos amatistas, tenía en mi hombro la sensación de aquellas lágrimas que habían empapado esa zona de la sudadera.

Había pasado solo un maldito día, solo un día y las cosas parecían haberse complicado demasiado. La presencia de ese chico en mi vida era demasiado pesada, me arrastraba a un lugar al que no deseaba ir.

Sin quererlo estaba tan empapado de su esencia que incluso ahora que estoy lejos de él, solo puedo preguntarme:

"¿Qué estás haciendo?"

(S)

Estaba descansando en mi lado de la habitación, mi compañero había estado ausente por varias horas dejándome sumido en una enorme paz, cerré mis ojos unos segundos encontrándome casi al instante con aquellos ojos tan preciosos.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro, tenía en mis labios intacta la sensación de aquella cálida mejilla, mi mente empezaba a ceder, empezaba a dejar al mando a mi corazón, dejándolo sentir sin tener la sensación de que estaba mal.

- ¿En quién está pensando mi guapo compañero de cuarto? - La alegre voz de Raúl apareció rompiendo por completo la escena que se estaba formando en mi mente.

- Hola Raúl, pensé que vendrías más tarde.

- Coño que no me llames así gilipollas - dijo poniendo cara de indignación.

Yo te elijo a ti  //Rubegetta// ReescribiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora