Capítulo II: Sospecha

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Los gemidos y el calor inundaban la habitación, se escuchaban sus cuerpos chocar uno con otro, dios como lo extrañaba.

—Más, más, por favor.

—¿Te gusta, cariño? ¿Te gusta así de duro?

No obtuvo respuesta inmediata. Le molestaba que no le respondiera.

—Contéstame— exigió el rizado.

—Mhm, me encanta

Estaban apoyados contra la mesa que se encontraba justo a un lado de la cama.

¿Por que no usar la cama?

A ellos les gustaba hacerlo en donde sea, experimentar diferentes posiciones en diferentes lugares de la habitación.

—Por dios, como extrañaba esto— dijo el rizado mientras daba embestidas mas fuertes.

Soltó un gemido ruidoso cuando tocó su punto dulce, el punto que sólo el rizado lograba alcanzar y lo llevaba al éxtasis.

No tardó en venirse, el rizado dio unas embestidas más subiendo la velocidad hasta que logró llegar al orgasmo.

Sus respiraciones estaban frenéticas, se quedaron un momento en la misma posición recuperándose del orgasmo.

El rizado lentamente fue saliendo de la apretada entrada, se quitó el condón y lo botó en el bote de basura más cercano, para después acostarse en la cama cerrando lentamente los ojos, había quedado exhausto.

—¿Vas a quedarte esta noche? — preguntó el chico con un brillo en los ojos.

—Sabes que no, tengo que volver a casa— resopló con cansancio —¿Qué hora es?

El chico soltó un bufido claramente enojado.

—No tengo idea, pero entonces lárgate y regresa cuando tengas definido que es lo que quieres. — dijo el chico mientras se recargaba en la pared cruzando sus brazos.

El rizado resopló ante la molestia del chico.

Harry sabía cómo hacerlo feliz de nuevo.

No hizo más que levantar la cabeza y quedar embelesado con el hombre que tenía enfrente y perder la mirada en él, haciéndole saber que lo estaba observando para incomodarlo con la mirada.

Tenía el cabello ondulado, de un color avellana claro pero sin llegar al rubio, ojos color miel, una cintura envidiable y un abdomen para morirse. Era la perfección ante sus ojos.

El chico, incomodado por la mirada profunda que el rizado le estaba dando lo reprendió —¿Qué miras? Ya lárgate.

—Carter, ¿te han dicho que eres un hombre hermoso? —dijo mientras se levantaba lentamente de la cama y lo tomaba de la mejilla.

El mencionado se puso un poco sonrojado, Harry siempre lo hacía ponerse así.

—Será mejor que te vayas— dijo mientras se alejaba del toque del rizado —y no vuelvas hasta que no vea un papel de divorcio contigo.

Esto hizo que Harry tragara en seco, jamás iba a dejar a Lou, ¡era el amor de su vida, y su familia! Tan solo de pensar en él sentía escalofríos en su cuerpo.

Harry negó y se acercó un poco más a Carter.

—Sabes que eso no es posible.

—Ese no es mi problema.— Contestó tajante.

—Te tengo una sorpresa— dijo Harry cambiando el tema, acercándose peligrosamente al chico.

—Habla— contestó sin interés mientras veía sus uñas, tendría que ser duro si quería formalizar con Harry.

Si pudiera regresar el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora