Capítulo IV: Indiferencia

1.7K 115 73
                                    


Eran domingo por la noche y Harry estaba preparando su maleta por el gran viaje que emprendería al siguiente día, mientras que Louis acomodaba a sus pequeños en sus respectivas camas para dormir, a pesar de tener una mansión, a los niños les daba miedo dormir solos.

Louis iba entrando a la habitación viendo como Harry acomodaba su ropa perfectamente doblada dentro de la maleta. Tan meticuloso como siempre.

Se veía tan bien de espaldas, pues con esa camisa azul le hacía resaltar su marcada espalda gracias al ejercicio que hacía.

Harry siempre había sido cuidadoso con su cuerpo, aunque últimamente notaba que hacía un poco más, quizás sólo era para sentirse bien consigo mismo.

O tal vez por que se quería ver bien para alguien más. Dijo alguna voz en el fondo de su cerebro.

Decidió acercarse y lo tomó por los hombros, acercando sus labios a su cuello depositando pequeños besos, para que con un poco de suerte Harry volteara y atacara sus labios.

El rizado ni siquiera se inmutó del toque del menor.

Louis se dio cuenta de eso y fingió que no le dolió, se separó del rizado y se sentó al borde de la cama fijando su mirada en cada movimiento que su esposo hacía.

—¿A qué hora te irás?

—Temprano.

—Por eso, ¿A que hora?

—8am.

La forma de responder de Harry se sentían como fuertes olas de viento frío en el pecho de Louis.

El ojiazul soltó un suspiro, resignado a que era otro mal día de Harry  —Bien, te acompaño, quiero ir a dejarte al avión.

El rizado paro en seco, no podía ir con el, debía pasar por Carter.

Harry le dio una mirada pesada.

—No hace falta, tu quédate en casa, al final de la semana estaré aquí, ¿si?

—Pero quiero ir a dejarte...

—¿Y los niños? Tengo que estar dos horas antes en el aeropuerto, ¿piensas levantarlos temprano solo por tu capricho de acompañarme?

—Pensaba dejarlos con Amelia...

—No hace falta Louis, te veré el Domingo.— dijo en tono seco volviendo su mirada a la ya terminada maleta para cerrarla.

—¿Hasta el Domingo?— sus ojos azules se llenaron de lágrimas, pero no se permitió llorar, sólo sería una semana.

—¿Irás conmigo mañana a Bangkok?

—Sabes que no puedo, Harry.— Louis una noche anterior le había comentado que quería acompañarlo pero no podía por unos asuntos del trabajo. Y Harry solo contestó "Qué lástima".

Harry tocó el puente de su nariz con los ojos cerrados —Entonces no me acompañes al aeropuerto, encuentra algo con que distraerte y deja que haga mis negocios en paz.

Louis sintió una presión en su pecho, le dolió lo que Harry dijo, ¿Louis lo estaba hostigando?

Seguramente por eso Harry estaba alejado de él, y si eso quería, bien, Louis le daría su espacio.

Harry se alejó después de lo que dijo, vio la mirada de Louis, triste y con ojos aguosos, pero no se permitió sentirse mal, no tenía por que, Louis le colmaba la paciencia últimamente.

Sin más Louis se comenzó a quitar su traje dejando a relucir las bragas que usaba, esa noche hacía demasiado calor, y pensaba dormir sólo en bragas, por el calor, claro, no tenía dobles intenciones.

Si pudiera regresar el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora