Capitulo II: Travesía por la vida

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Después de haber partido de Málaga con dirección desconocida, Carlos decide entrevistar a cada uno de los tripulantes de su barco, introdujo a su camarote a toda su tripulación uno por uno y les hizo la mismas preguntas en este orden:

_ ¿De donde procende?

_¿Que edad tiene actualmente?

_¿Cuantos surms disponeis? (Sinceridad por favor)

_¿Escuchas música?

_ Si la última repuesta fue si explica el contenido de éstas

_ ¿Piensas que los surms es un dios?

_Si la última respuesta fue no explica el por qué y cuáles son tus creencias

_¿Te gusta el arte antiguo?

_Si la última pregunta fue si explica el por qué

_¿ Eres fiel a tu capitán?

Cuando todos y cada uno pasaron el cuestionario, Carlos se sentó aliviado al saber que no había ningún traidor entre ellos, y empezó a comer los pimientos, cebollas, patatas, etc, que el cocinero había preparado al wok tan gustosamente. El cocinero era delgado y más bajito que el capitán, su piel era blanca como la cocaína, y sus morenas rastas le llegaban hasta el suelo,  iba siempre acompañado por su mono Bob, que decidió llamar así cuando le encontró y puso en alto su música para ver como reaccionaba, también llevaba siempre con el semillas de cannabis autoflorecientes y que si todavía hibiera luz artificial estarían listas en 3 meses más o menos pero como el Gobierno cortó el suministro eléctrico en todo el mundo se duplicaba el tiempo de producción, cosa que a Wash, que así le llamaban en forma de burla por tener que lavar tantos platos, no le hacía mucha gracia

A las tres semanas de haber zarpado se quedaron sin comida vegetal, ya que en ese tiempo únicamente comían verduras dado a que no tenían tiempo suficiente como para parar en alta mar a pescar. De los 500 L de agua que Carlos subió a la nave sólo les quedaban 210 L, el resto llevaba usándolo una semana para que los alimentos vegetales pudieran crecer en cubierta, en un pequeño huertecillo que ubicó detrás del timón, o eso es lo que el creía, Wash el cocinero ya había gastado bastante agua en las tres matillas que tenía junto al ventanuco que había situado en la cocina.

Piratas del siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora