Capítulo 5

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Mallory

Adler y yo pasamos al supermercado para comprar los ingredientes que me faltaban para preparar la cena. Vegetales, condimentos, y todo lo necesario para preparar pasta con mariscos.

Llegamos a mi casa, bajamos las compras y entramos. Adler para en seco y se detiene a ver todo a su alrededor. Parece sorprendido.

—¿Qué pasa? — pregunto, riéndome un poco.

—Pasa que tienes una súper casa. Que digo casa, ¡mansión!

—Créeme, esta es de las casas más pequeñas del barrio. — rio y él abre sus ojos exageradamente.

—¿De qué trabajan tus padres? No me digas que son narcos. — dice mientras entramos a la cocina y colocamos las bolsas sobre la isla de la cocina.

—¡Claro que no! — suelto una carcajada —. Mi padre es de los mejores abogados del pueblo y tiene su propio bufete de abogados. Y mi madre trabaja desde aquí desde casa. Es dueña de las boutiques de diseñador más reconocidas en Londres. Lo maneja todo desde aquí porque no quiere salir de Nightwood Hills. — termino de hablar y Adler se sienta en uno de los taburetes giratorios de la cocina.

—Wao, ¿y ellos qué piensan de que tú quieras poner tu propio restaurante y ser chef?

Se acomoda en su asiento y apoya sus codos en la mesa mientras yo empiezo a sacar la comida de las bolsas.

—Al principio no les encantaba la idea. Dijeron que ser chef es muy complicado y que al principio me iba a morir de hambre porque no ganaría mucho dinero. Pero después de investigar infinidad de universidades en Londres y una presentación de PowerPoint de por qué debería ser chef y de que no moriré en el proceso, los convencí. — voy al fregador y lavo los vegetales.

—Me alegro por ti.

—¿Y tú qué vas a estudiar? — le pregunto y saco los mariscos del congelador.

—Aún no lo sé. He pensado en derecho y ciencias políticas o medicina, pero aún no lo tengo claro.

—Bueno, me pondré a cocinar y si quieres puedes poner música. En el escritorio de allá están las bocinas y puedes conectar tu celular por Bluetooth.

Se levanta y toma las bocinas. Segundos después escucho una canción que no logro reconocer.

—¿Cuál es esa canción? —Pregunto, mientras corto los vegetales.

—November Rain de Guns N' Roses.

Vuelve a sentarse en su puesto de antes y enarco una ceja.

—Oh, nunca la había escuchado.—  admito.

—¿Qué? ¿Cómo que nunca la has escuchado?

—No, no escucho Rock.

—¡Oh, mi corazón! ¡Mi alma, duele! Tus palabras me han apuñalado en el pecho.

—Eres más dramático que un actor de telenovela.— suelto una risa.

—Bueno, prepárate porque aquí viene el segundo episodio de Mallory hiere a Adler con sus palabras anti-Rock.

Rodeo mis ojos y continúo cocinando. Mientras yo me concentro en mezclar todos los ingredientes, Adler tararea mientras imita en el aire tocar la guitarra eléctrica.

Termino de cocinar y Adler me ayuda a poner la mesa para sentarnos a comer.

—Hablabas en serio cuando dijiste que eras la mejor chef del pueblo. —Dice él, seguido de otro bocado. —En serio está delicioso.

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